La clave de Prometeo, de nuestro colaborador José Antonio Garrido, es el best seller que desde Almería está causando furor este verano, inundando librerías y fresqueando en las terrazas de nuestra geografía nacional. El currículo de este joven científico almeriense no puede ser más prometedor a sus 27 años, ya que es Licenciado en Bioquímica y Biología Molecular y responsable del Servicio de Análisis de Ácidos Nucleicos de la Universidad de Almería, finalista del VI Certamen de Creación Joven Ciudad de Almería.
José Antonio Garrido es además colaborador de revistas literarias tales como La Voz de la Cometa y Transparencias. Ha publicado un cuaderno de relatos breves con la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía y esta novela ha sido publicada por la editorial Grafema de Barcelona.
La clave de Prometeo es la primera novela de José Antonio Garrido y en ella presenta a un investigador que tras pasar en Roma siete años se refugia en Almería al estar confiado en que posee un secreto muy importante.
Relata el autor almeriense que “la literatura siempre me ha interesado no solo como manifestación artística, que lo es, sino también, y sobre todo, como herramienta de transmisión; y yo tenía la necesidad de contar una historia que llevaba tiempo tocando a las puertas de la creación. Todo lo demás viene por añadidura, de poner al servicio de la literatura el trabajo y la investigación”.
Se autocalifica como “un defensor de la literatura por la literatura, dentro de la filosofía del arte por el arte”. Es un lector apasionado y se decanta por la obra original en castellano, con autores como Andrés Neuman, Juan Manuel de Prada y Lucía Etxebarría, sin renunciar a novelistas del siglo XIX donde el género alcanzó su cúlmen.
Opina José Antonio Garrido que “el proceso creativo no es exclusivo de la literatura. La necesidad científica de adaptarse a un método para el trabajo de laboratorio, sin duda ha contribuido en la elaboración de La clave de Prometeo. Tanto las aptitudes como las actitudes necesarias `para escribir un libro y para afrontar un problema de laboratorio tienen muchos puntos en común”.