Vicasol, cooperativa hortofrutícola líder del Poniente almeriense, ha puesto en macha su precampaña, la etapa menos conocida de los ciclos de producción en el campo pero la que más control, precisión e inversión requiere, ya que es ahora cuando agricultores y técnicos toman las decisiones de las que depende toda la campaña.
Como novedad, Vicasol ha implementado este año un nuevo proceso que consiste en la suelta de enemigos naturales en el semillero, de esta manera las plántulas llegan a las fincas con puestas de huevos de nesidiocoris tenuis, otorgando una protección total desde el inicio.
El 100% de la producción de Vicasol se realiza con control integrado y ello requiere una mayor entrega en estos primeros pasos. Así, en cada uno de los invernaderos se realizan tareas previas como la mejora y acondicionamiento de la estructura para asegurar su hermeticidad, la solarización con la que se consigue realizar una buena desinfección del suelo y eliminación de las malas hierbas, para de esta manera mejorar las propiedades beneficiosas del suelo al mismo tiempo que se prepara con el aporte de materia orgánica.
En estos primeros compases de campaña, el agricultor tiene que elegir el cultivo y la variedad del mismo que va a plantar, el semillero, el proveedor de fauna auxiliar y un sinfín de detalles en los que son acompañados por los técnicos de Vicasol para la toma de decisiones.
Peligros
Pero esos primeros pasos del curso no están exentos de peligros que pueden marcar todo su desarrollo. Así, durante estas fechas en las que se están trasplantando los cultivos más tempranos, se trabaja con especial cuidado para evitar temperaturas demasiado altas dentro de los invernaderos, por lo que es necesario adecuar el nivel de blanqueo, que será diferente según el cultivo y la variedad. Asimismo, en algunos casos se llegan a instalar sistemas de aporte de humedad, como nebulización para evitar situaciones críticas de temperatura en las primeras fases del cultivo.
Terminados los capítulos de estructura, suelo y variedad de cultivo, llega el momento de planificar las necesidades de manos de obra y su distribución a lo largo de toda la campaña, ya que hay que escapar tanto de situaciones de capacidad ociosa, -demasiada mano de obra para el nivel de producción-, como de puntas no programadas, -poca mano de obra para el volumen a recolectar-. Así, las previsiones de personal tienen que ir de la mano de la planificación de los ciclos de cultivo, puesto que el escenario ideal es en el que existe un nivel constante de trabajo que permite tener a un equipo humano perfectamente integrado y con mayor cualificación y especialización conforme avanza la temporada.
Durante la precampaña, el agricultor acomete la mayor parte de la inversión con la incertidumbre de un mercado totalmente variable, en el que intervienen numerosos agentes externos, una situación poco conocida y que al mismo tiempo es la clave de un sector empresarial maduro, experto en estrategia a futuros y altamente cualificado tecnológicamente. Y ése es el campo almeriense en sus primeros pasos del año.