Hoy, sentado sobre una roca, vagando mi mente alrededor, puedo observar
Viviendas que dejaron de serlo, polvo.
Asumo mi realidad
Vivir.
Escucho el sonido incesante que retumba en mis oídos,
Emprendo la marcha hacia mi casa.
Tomo la mano de mi mujer y mi hijo, sonrió, trato de transmitirles serenidad, se entrelazan nuestros dedos, aprieto.
Lo que al principio era falta de aliento, se ha transformado en conformidad.
El verano pasará pero sin víveres, agua potable, ni conque calentar nuestros cuerpos…
Nos están asediando.
Conservamos un espíritu joven aunque somos conscientes de la llegada de la vejez.
En esta vida hay que tratar de ser crítico. Hay muchos muertos en ambos bandos.