Tres meses de suspensión han recaído sobre el agente de Roquetas de Mar por su implicación en el fallecimiento de un detenido. La Dirección General de la Guardia Civil ha decidido suspenderle de forma cautelar mientras dure la investigación interna abierta tras el suceso ocurrido el pasado domingo en el cuartel de esa localidad almeriense.
La familia del fallecido ha interpuesto una denuncia ante la Comandancia por «lesiones con resultado de muerte», así como por «trato degradante». En la denuncia se mantiene que, «según testigos presenciales, miembros de la Guardia Civil adscritos al cuartel de Roquetas de Mar propinaron una grave paliza con las esposas puestas, con descargas eléctricas, que dieron como resultado el fallecimiento de J.M.G., sin que se sepan exactamente las causas, pero que bien pudieron deberse a los citados y vejatorios malos tratos infringidos».
La investigación interna de la Guardia Civil trata de esclarecer el supuesto uso de una porra eléctrica, que no figura como arma reglamentaria, y otras circunstancias de la actuación de los guardias civiles antes del fallecimiento.
Por su parte, la acusación particular ha solicitado la declaración de todos los agentes de la Guardia Civil «participantes directa o indirectamente» en los hechos, así como de los policías locales y el resto de personas que intervinieron.
No obstante, la institución afirmó ayer en un comunicado que un hombre identificado como J.M.G., de 39 años y que fue detenido por alterar el orden público, falleció el domingo como consecuencia de un paro cardiaco en las instalaciones de la Guardia Civil de Roquetas de Mar.
También ha indicado que sobre las 16.30 horas del domingo se personó en el cuartel esta persona, natural y vecino de Roquetas, porque había tenido una discusión por un accidente de tráfico en el que estaba implicado y, según su manifestación, había estado ingiriendo droga desde el día anterior.
Tras aclarar lo relativo al accidente, el individuo «comenzó a alterarse emocionalmente y sufrió una crisis nerviosa que le llevó a comportarse con violencia contra los policías. Por ello, tuvo que ser reducido y detenido». Una segunda crisis nerviosa le habría provocado un infarto de miocardio. Al llegar la asistencia médica sólo pudo certificar el fallecimiento.
La comisión judicial de guardia procedió al levantamiento del cadáver. Según apuntó la Guardia Civil, el forense apreció en principio que el fallecimiento podría haberse producido por un paro cardiaco. No obstante, estaba previsto que se le practicara la autopsia, aunque su resultado aún no ha trascendido.