El transbordador, con siete tripulantes a bordo, se elevó en un cielo ligeramente nuboso, sobre un cúmulo de llamas y humo. El rugido de su despegue sacudió ventanas y removió la tierra.
El propulsor externo se separó sin problemas, justo dos minutos después del despegue, dijo el comentarista de la Nasa para el lanzamiento, James Hartsfield.
La nave, con siete astronautas a bordo, consumió el combustible sólido de los gigantescos cohetes y los casi 1,9 millones de litros de carburante de sus motores principales.
Cerca de nueve minutos después del lanzamiento, el transbordador alcanzó la órbita planeada y desconectó sus tres motores principales.
Entre los espectadores que se han desplazado a Cabo Cañaveral para presenciar el lanzamiento se encontraba la primera dama estadounidense, Laura Bush.
Según los comentaristas de la Nasa, el despegue sigue su curso según lo previsto y también se ha producido en el momento esperado la separación del cohete propulsor, casi dos minutos después del lanzamiento.
Durante su misión de casi 12 días, el Discovery debe acoplarse a la Estación Espacial Internacional (ISS), a la que lleva suministros diversos. Asimismo, el vuelo tiene como meta comprobar las modificaciones hechas a la nave para mejorar su seguridad. En febrero de 2003, la nave Columbia explotó al entrar en la atmósfera, cuando regresaba a la Tierra, con sus siete tripulantes.
La misión del transbordador es probar nuevas medidas de seguridad y las reparaciones realizadas después de que el Columbia se desintegrara sobre Texas el 1 de febrero del 2003, tras sufrir daños en un ala de la nave que causó el desprendimiento de una espuma aislante. El Discovery también entregará equipamiento y suministros a la Estación Espacial Internacional.
El motivo del accidente fue el daño en el ala de la nave causado por el desprendimiento de una espuma aislante, pero los investigadores también encontraron defectos en la política de seguridad de la Nasa.
Los otros tres transbordadores han permanecido en tierra desde entonces, y la atención inmediata de la Nasa se centró en poner a punto el Discovery.
La nave, con siete tripulantes a bordo, debió iniciar su misión el pasado 13 de julio, pero fue cancelada dos horas antes de la partida cuando se descubrió un desperfecto en uno de los cuatro sensores del tanque externo.
Uno de los principales objetivos del "Discovery" será llevar equipos y vituallas a los dos ocupantes de la ISS y realizar algunas Actividades Extravehiculares (EVA) para revisar las modificaciones que se le hicieron a la nave tras el desastre del "Columbia".
Entre los equipos que el transbordador llevará a la ISS figuran un giroscopio, una plataforma externa de almacenamiento y un módulo llamado "Raffaello" proporcionado por la agencia espacial italiana.
Avance sin contratiempos
El "Discovery" ya está en camino hacia la Estación Espacial Internacional (ISS) en una misión de aprovisionamiento que se inició sin contratiempos y que marca el regreso de EE.UU. al espacio tras la tragedia del "Columbia" en 2003.
"Todo va perfecto. No ha habido impacto de ninguna índole y la nave ya ha alcanzado la órbita terrestre", declaró Rafael Gelpi, ingeniero mecánico de la Nasa, que está siguiendo este vuelo, considerado el más observado de la historia.
Está previsto que el transbordador llegue a la ISS el próximo 3 de agosto y que regrese a la tierra dentro de 12 días, añadió Gelpi.
El despegue, desde el Centro Espacial Kennedy, en la Florida, finalmente se realizó a la hora previsto, las 10:39 hora local (14:39 GMT) y con buenas condiciones meteorológicas.
"En nombre de los millones de personas que creen profundamente en lo que hacemos, buena suerte, que Dios os acompañe y divertíos un poco ahí arriba", dijo el director del lanzamiento de la Nasa, Mike Leinbach, dirigiéndose a los siete tripulantes de la nave instantes antes del lanzamiento.
Miles de personas, entre ellas la primera dama estadounidense, Laura Bush, se desplazaron a Cabo Cañaveral para seguir el acontecimiento "in situ".
Junto a ella estaban también familiares de los astronautas que perdieron la vida en la tragedia del 1 de febrero de 2003, cuando el "Columbia" estalló y se desintegró cuando regresaba a la tierra.
Todos cantaron el himno nacional en los últimos minutos de la cuenta atrás y mostraron su satisfacción en el momento del lanzamiento.
Los comentaristas de la Nasa afirmaron que el despegue se produjo según lo previsto, al igual que la separación del cohete propulsor, casi dos minutos después del lanzamiento.
Posteriormente y antes de que se cumplieran los nueve minutos después del lanzamiento, la nave alcanzó la órbita terrestre.
Con siete tripulantes a bordo, el "Discovery" debió iniciar su misión el pasado 13 de julio, pero fue cancelada dos horas antes de la partida cuando se descubrió un desperfecto en uno de los cuatro sensores del tanque externo.
Uno de los principales objetivos del transbordador será llevar equipos y vituallas a los dos ocupantes de la ISS y realizar algunas Actividades Extravehiculares (EVA) para revisar las modificaciones que se le hicieron a la nave tras el desastre del "Columbia".
Entre los equipos que llevará a la ISS figuran un giroscopio, una plataforma externa de almacenamiento y un módulo llamado "Raffaello" proporcionado por la agencia espacial italiana.
El "Discovery" y sus tripulación, comandada por Eileen Collins, han emprendido hoy la misión número 114 en la historia de los transbordadores espaciales.
Además de Collins, la nave transporta otros seis astronautas: Jim Kelly, Soichi Noguchi (japonés), Stephen Robinson, Andrew Thomas, Wendy Thomas y Charles Camarda.
Todos ellos, vestidos con sus trajes de color naranja, llegaron a la plataforma a primera hora de la mañana, más de tres horas antes del gran momento, para abordar la nave y verificar el correcto funcionamiento de los sistemas de comunicación con las instalaciones de control de lanzamiento del Centro Espacial Kennedy.
La Nasa ha gastado unos 1.400 millones de dólares en la preparación de esta misión, que ha incluido cientos de modificaciones en los cohetes, tanques y equipos del "Discovery", que fue también el primer transbordador accidentado después de que en 1986 estallara el "Challenger" minutos después del despegue.
Tras más de dos años y medio de espera, la Nasa ha podido iniciar esta misión, a pesar de varios intentos fallidos que, junto con las dudas sobre las condiciones meteorológicas, sembraron la duda hasta última hora sobre el éxito del lanzamiento.
El último de esos intentos fue el pasado día 13, fecha en la que se detectó una avería en uno de los sensores de los tanques de hidrógeno que obligó a cancelar la misión.