“Hola querid@s lectores. Les voy a contar la violencia que estoy viviendo. Todo empezó me divorcié del padre de mis dos hijas mayores, alcohólico, y lo pillé con una en la cama.”, afirma Loli, quien describe su vivencia señalando que “pasaron tres años, yo me puse a trabajar, mi hija pequeña tenía seis meses, la mayor cuatro años, me tuve que poner a trabajar, y ahí conocí a dicho elemento, el padre de mi hija pequeña.”
Relata Loli que “,como mis padres han sido de negocios, los llevo en la sangre, a los tres años me junté con él y monté un geriátrico, para quien dude una residencia de ancianos cuando yo lo cogí, estaba con doce abuelos osea en la ruina”.
“Yo me puse a trabajar como una máquina o bestia, dormía dos o tres horas, el día que dormía cuatro era fiesta para mí, y mi ex se puso a trabajar conmigo, que de cara a la gente éramos los jefes, pero él no tenía ni idea, en realidad trabajaba para mí junto con 27 trabajadores.” Afirma Loli, refiriéndose a esta etapa empresarial, que “aquello lo subí, como se suele decir, como la espuma. Llegué a completar las cincuenta plazas de aforo y lista de espera.”
Refiriéndose a su ex-marido afirma que “ahí viene lo bueno, él en su vida había visto tanto dinero junto, mensual, y empezó con drogas, alcohol, juego de máquinas, cartas, putas y maricones, no dejó nada, y mi sudor, mi pan y el de mis hijas lo destrozó todo absolutamente todo”, concluye Loli.