Intentar justificar este hecho simplificándolo así, es tanto como desautorizarnos a pensar tratando de alienarnos para envolver tras la niebla la cruda realidad. El sector agroalimentario está regulado por normas cuestionables, y acuerdos internacionales de lo más intrincado, en los que participan entre otros el propio Banco Mundial, y además, la producción y consumo de ecocombustibles a nivel mundial, aún mantiene cifras tan insignificantes que carecen de nexos recíprocos que puedan sustentar minimamente este argumento.
Permítasenos cierta enfatización dramática del hecho, por lo demás apropiada y proporcional, y por la otra una toma de posición. Es necesario instituir la objetividad y la prudencia ante los planes impulsores de plantaciones cuya producción estaría destinada a la obtención de estos combustibles. Esta falsa revolución que nos pretenden hacer ver verde, implicaría multiplicar por cuatro el consumo de agua cuando mayor es su escasez. De otra parte la extensión de estos cultivos aumentaría extraordinariamente la contaminación del suelo y el subsuelo, donde se encuentran los acuíferos, por la masiva utilización de productos químicos tales como fosfatos, nitratos y pesticidas, una amenaza para la salud que produce escalofríos. Un ejemplo: en marcas comerciales de aguas envasadas como Aquafina de Pepsicola o kinley de Coca Cola, se han descubierto residuos que superan en 109 veces los permitidos en Europa de insecticidas y pesticidas como el HCH y el DDT además de neurotóxicos como el malathion y el chlorpyrifos. Estas compañías gigantes de bebidas y alimentación ya se han hecho con el control de importantes acuíferos en la India y la Amazonia.
Estos artífices de la deformación de la realidad no ponen límite al límite. Escenifican el argumento mostrando una bolsa de arroz (aumento del precio del 500%) producto del que Sake y poco más se puede destilar(al igual que de la leche o los huevos), eso sí, este alimento es la dieta básica de media humanidad. Curiosamente; Vietnam, donde existen unas 11.000 variedades, ha sufrido presiones monetarias para que ceda este tesoro a las multinacionales de las semillas destroyer. El interés de BM por el agua y los alimentos es tal que ha condicionado los préstamos a más de cuarenta países en base a que estos cedan el agua para su privatización a las empresas que ellos designan. Mozambique para obtener un préstamo de 117 MM de Dólares hubo de “ceder” el agua a Saur/ Bouygues que obtiene con ello unos beneficios de 9MM Dólares año. Las mismas entidades sugirieron en el año 2000 a Argentina que vendiese parte de la Patagonia para pagar su deuda; curiosamente aquí, al pie de los Andes se encuentra el que quizá sea el mayor acuífero del planeta y grandes reservas de carne y cereales.
Los mercaderes de la distribución de alimentos a nivel mundial son en gran parte multinacionales francesas como Carrefour o Alcampo cuyos hilos manejan los grandes de los grandes Bancos, como el Crédit Agricole. La fórmula de las grandes ganancias es sencilla: aplazo el pago al proveedor y vendo al contado. Esta fórmula permite obtener dinero al Banco sin necesidad de acudir al crédito interbancario siempre más oneroso. Un mundo de encrucijadas globalmente extraño donde lo único axiológico que podemos deducir es que nos han reducido a un sutil instrumento a su servicio.
Quieren que les paguemos sus desvaríos fracasados de guerras (Irak 550.000 MM de Euros), y ladrillos. De continuar la multiplicidad del precio de los alimentos la Humanidad habrá iniciado un camino de no retorno al estadio inferior de la barbarie. La inalcanzable comida despierta el instinto de supervivencia que nos hace irrefrenables. En muchos países una población desesperada en un punto extremo ha comenzado a sublevarse.
La codicia puede ser la última gota que desborde el vaso de una globalización económica donde hambre, paro y pobreza se le dice decrecer. Es una realidad innegable NO EXISTE ESCASEZ DE ALIMENTOS. Un informe de la ONU, elaborado a partir del año 2003 así lo confirma: el aumento de la producción agrícola y de alimentos en general supera en un 30% el aumento de población. Los países ricos se defienden poniendo barreras y oscuros manejos en bolsa a la libre circulación de materias primas para mantener los precios artificialmente.
Existe una analogía peligrosa entre la situación de nuestra agricultura y la fenomenología de un mercado indeterminado y ambiguo que nos obliga a deshacernos DEL PRODUCTO para que no se desplomen los precios de lo que tanto costó producir. Es algo que genera exasperación y repulsa. Sométanlo a consideración, POR QUE ESTO SI NOS CONCIERNE.