La Junta de Andalucía dio al Ayuntamiento Roquetero más que razonable plazo que finalizó el pasado 2 de abril, para que pusiese en orden tan atípica y dolorosa situación, una mofa por lo demás y un escarnio a todos los vecinos a quiénes con ello somete a un agravio comparativo, ya que a estos se nos exige un cumplimiento riguroso de la Ley en todas las actividades que pretendemos emprender. Hasta el momento, y que nos conste, no tenemos noticias de que se haya producido el menor atisbo de reparación. El PGOU, que ahora se acaba de aprobar en primera instancia con los únicos apoyos en este caso del Partido Popular, ha sido la mejor oportunidad perdida para al menos haber intentado reponer en lo posible el daño originado.
Los daños materiales siempre, en mayor o menor medida pueden ser reparados, otra cuestión bien diferente son los daños psíquicos y morales, estos mucho más difíciles de resarcir, y en algunas ocasiones su absoluta reparación es del todo imposible. En el Centro Comercial Gran Plaza tienen puestos su dinero y esperanzas muchas familias que necesitan con urgencia seguridad en sus horizontes. Somos conocedores de las muchas noches sin dormir y el desasosiego, una mezcla de rabia e impotencia cotenida, que ya se dilata demasiado en el tiempo. Y que no puede continuar. Si por cualquier circunstancia este Centro Comercial se fuera al traste, serían estos y todos los vecinos los perjudicados por partida doble dado que a nosotros nadie nos va a reponer lo injustamente retenido. Desde luego, quién no se va a ver perjudicado en sus intereses es el Sr Gabriel Amat y su círculo más cercano. Ellos han vendio en su día los terrenos que ocupa esta superficie por una suculenta cantidad de dinero que está segura en sus bolsillos, y nada o muy poco tienen que perder.
El buen político además de ser capaz de diseñar con rigor un PGOU que sirva como nuestro mejor abal para enfrentar el futuro con éxito, a de ser humilde y ético, lo que implica anteponer por encima de cualquier otra consideración a los ciudadanos como un fin, y jamás tratará de utilizarles como un simple medio para sus fines, por muy nobles que pretendan hacérnoslo ver. No es buen político áquel que en lugar de hablar con sinceridad y claridad para informar a los ciudadanos se esconde tras brumosos discursos panfletarios parapetado en hilarantes intervenciones no por ello exentas de un sarcástico dramatismo entre lo pintoresco y la más alucinante irracionalidad. De cada fracaso obtendremos una enseñanza que necesitabamos aprender. Cuando las puertas de un modelo económico se cierran tras nosotros solo los necios o los presos de malévolas intenciones se empeñan en tratar de derribarlas, ignorando que otras están abiertas al porvenir.
Todos iguales ante la Ley, al menos en nuestra democracia, sin que el dinero la desiguale. La Justicia es una pesada máquina que se mueve lenta pero imparable. Primero fue Marbella, a la que siguieron otros municipios. Ha habido multitud de detenciones y encarcelamientos de empresarios, técnicos y responsable políticos con rango de Alcalde por casos de presuntos y probados hechos de corrupción urbanística y otra larga serie de delitos. El último caso ha tenido lugar en nuestra provincia, en Zurgena. Han sido detenidas siete personas por presuntas “lindezas” relacionadas con la construcción y tipificadas como delito en nuestro código penal. Roquetas de Mar ha estado recientemente en candelero por otros condenables y bochornosos actos que en nada benefician nuestra imagen y son totalm,ente opuestos al reflejo y sentir de esta población. Nada nos causaría mayor satisfacción a todos los vecinos