El movimiento de los activistas que se oponen a la guerra de Irak, que acamparon a menos de un kilómetro de la finca del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, en Crawford (Texas, sur), suscita reacciones hostiles, como la destrucción de las cruces con el nombre de los soldados estadounidenses muertos.
Un individuo aplastó con su coche varias decenas de cruces que habían sido clavadas en el suelo por los manifestantes, según informaron el martes los responsables del campamento improvisado enfrente a la hacienda de Bush.
El incidente ocurrió en las últimas horas de la noche del lunes, cuando el conductor de una camioneta 4×4 aprovechó la oscuridad para pasar por encima de las cruces, unas 500 en total, que los militantes contra la guerra habían colocado en la carretera.
Según los responsables del campamento, el conductor fue interrogado por la policía y puede ser acusado de destrucción de bienes.
"No gritó ninguna consigna, no dijo nada, apenas pasó por encima de las cruces", contó Charlie Anderson, un ex soldado destacado en Irak que se unió a los activistas.
En la mañana del martes, muchas cruces permanecían aún tendidas sobre la hierba, algunas de ellas rotas, mientras los voluntarios colocaban las otras sobre el terreno.
Por la tarde, un portavoz de los manifestantes que no se identificó informó que Sheehan aceptó la propuesta de Fred Mattladge, el propietario de unas tierras linderas a la finca de Bush, y los manifestantes se instalarán en esa propiedad.
La manifestación, iniciada hace diez días por iniciativa de Cindy Sheehan, la madre de un soldado muerto en Irak en abril de 2004, viene concitando considerable atracción de los medios.
"Lo que ha ocurrido ayer (lunes) por la noche nos perturba mucho, a nosotros y a todos los estadounidenses", afirmó Shehan en una conferencia de prensa.
"Tratamos de comportarnos como buenos vecinos y cooperamos con las fuerzas del orden", subrayó.
"Si (los vecinos) quieren que salgamos de aquí, basta con que le digan a su vecino George W. Bush que nos reciba", añadió Sheehan.
La mujer afirma que permanecerá en Crawford hasta lograr su propósito y que si eso no ocurre irá a acampar ante la Casa Blanca.
El incidente de las cruces no es el primero suscitado por la presencia de los manifestantes. El domingo, un granjero del lugar disparó al aire para protestar contra la presencia de intrusos en su propiedad.
El fin de semana pasado, algunas centenas de militantes contra la guerra se dieron cita en Crawford, un pueblito habitualmente apacible de 750 habitantes, perdido en medio de la llanura texana.
El mandatario estadounidense expresó su "simpatía" por Sheehan, pero dejó en claro que no tiene intención de recibirla. Bush ya se encontró con ella en junio de 2004, en una reunión organizada en una base militar estadounidense con familias de los soldados muertos en Irak y Afganistán.
Esta posición fue reiterada el martes por la portavoz adjunta de la Casa Blanca Dana Perino al conversar con la prensa en Crawford.
"El presidente ya la recibió", subrayó Perino. "Uno de los derechos fundamentales es el de libre expresión y ella tiene el derecho de ejercerlo. Aunque el presidente no está de acuerdo, respeta su derecho de manifestar pacíficamente", añadió.
Sheehan, de 48 años, que se separó de su esposo en junio, rechazó comentar el martes la demanda de divorcio presentada por su marido. "No me manifestaré sobre ese asunto, que pertenece a mi vida privada", contestó.