Está muy claro que los políticos, gobernantes y administradores que hoy día nos desgobiernan son como una plaga de langosta para ésta tierra. Toda la eficacia que prometieron ha quedado reducida en lograr una sociedad no poco pervertida y corrupta, un pueblo completamente desmoralizado y una policía desbordada, ineficaz e inoperante.
Pero no podemos fingir asombro. Todo, absolutamente todo lo que hacen era de esperar
Así lo anunciaron hace ya años los socialistas en aquel proyecto suyo de cambiar éste país, hasta dejarlo totalmente irreconocible.
Hay multitud de ejemplos en la vida diaria, pero para no pecar de ser demasiado extensivo, se recogerán tan sólo un par de ejemplos como "botón de muestra":
De todos los países desarrollados, a nivel mundial, después de Japón, éste es el primer productor de ruidos. ¡Ninguno lo supera!.
Pues bien, las personas que necesitan descansar teniendo como compañía un nivel de ruido superior a los 40 decibelios, ven GRATUITAMENTE mermado su descanso, repercutiendo en su salud, tanto física como psíquicamente en porcentajes altamente dañinos e irreversibles»
Los responsables saben de sobra que existe una tipificación clara y diáfana de normas legales para erradicar esto, y las víctimas, es decir, los ciudadanos, en lugar de OBLIGARLES a cumplir con su deber, se limitan a soportar a diario y acarrear con los nefastos resultados que tales inhibiciones les proporcionan, incidiendo gravemente en su salud.
Pongamos por ejemplo el "tema" de los ciclomotores, cuya anarquía está alcanzando límites sin precedentes en los anales de la Historia. A título de muestra, con alguna frecuencia en los medios informativos se pueden leer titulares de éste calibre: " La policía se declara incapaz de controlar a los ciclomotoristas. Este año se han impuesto más de 2000 multas a conductores de éstos vehículos. Son tantas las multas, es decir, las infracciones, que resulta imposible sancionar". Según sondeos, la lista negra resulta aterradora. Ruidos a escape libre. No respetar ningún tipo de señal de tráfico, burlarse de los agentes, subirse en las aceras o donde les sale de las narices, avasallamiento a peatones que circulan por sus aceras, insultos, amenazas de muerte, carecer de matrícula, licencia, luces, no casco, etc, etc, en suma, la más pura y dura anarquía difícilmente superada por cualquier otra ciudad.
Las personas decentes están hasta el gorro de llamar la atención y de gastarse “lo cuartos” en llamadas a la policía local, Ayuntamiento, Medio Ambiente, etc y también están hasta el gorro de obtener respuestas tan inverosímiles y asombrosas como de ésta magnitud y relevancia: "Eso no es asunto mío, ese no es mi problema, llame Vd. a tal o cual Organismo, la culpa es del Alcalde" y cosas similares. (Hay que presenciar la escena, no tiene desperdicio: de opereta).
El siguiente "cuadro" lo constituye el tema de la descomunal inseguridad ciudadana: Robos, atracos a mano armada, extorsiones, atracos y robos a inmuebles a mansalva, violaciones, agresiones, trafico de drogas y todo lo que venga bien, mafias, drogadictos, exhibicionistas, atracos a personas mayores con total impunidad. Todo ello constituye el típico cuadro digno del diván de un Psiquiatra.
No podemos fingir asombro, pues en vano ésta ciudad ostenta el "record" triunfal y glorioso de ser una de las más sucias, descuidadas, malolientes, inseguras, ruidosas, anárquicas, descaradas, nauseabundas y desvergonzadas de ésta geografía.
Lo grave del caso es que "esto" está tocando fondo y es muy peligroso por obvias razones que una persona medianamente avisada podrá advertir.
El pueblo está hasta la coronilla de tanta mascarada, de tanto engaño, de tanta inseguridad y anarquía, de la falta de arrestos de los gobernantes, de los bochornosos espectáculos que nos ofrece la clase política, con sus "guiños cómplices y baratos", como para poder aceptar todo éste montaje como "el precio de la democracia".
Todo ello me parece una burla sangrienta y una desvergüenza intolerable.
Por encima de los votos está la decencia. Lo digo así de directo para no correr el riesgo de que de otro modo no se me interprete bien.