Al dar gracias por la vida podrás vivir la más bella sensación: sentir muy dentro de ti
que perteneces al mundo, que la vida te sucede y tu le sucedes a la vida; que los discursos
de la mística y la ciencia sobre la interconexión de todas las cosas, sobre la unidad, dejan
de ser teoría, son una certeza en el corazón que da sentido a la vida.
El 70% de las enfermedades tienen su origen, según los estudios epidemiológicos de
Estados Unidos, en conflictos emocionales. Nuestra salud depende de nuestra visión del
mundo, de nuestras actitudes, en última instancia del grado de armonía y madurez de
nuestro mundo emocional, por ello los valores humanos eternos, los que han sido
enseñados en todas las religiones, en todos los continentes y épocas tienen un valor
terapéutico imperial. Veamos uno de esos valores, es decir una de las virtudes del carácter
a desarrollar: la gratitud.
Estados Unidos, en conflictos emocionales. Nuestra salud depende de nuestra visión del
mundo, de nuestras actitudes, en última instancia del grado de armonía y madurez de
nuestro mundo emocional, por ello los valores humanos eternos, los que han sido
enseñados en todas las religiones, en todos los continentes y épocas tienen un valor
terapéutico imperial. Veamos uno de esos valores, es decir una de las virtudes del carácter
a desarrollar: la gratitud.
Vivimos en un mundo que valora el tener a tal punto que hasta las personas son
medidas por su capacidad de comprar, por sus posesiones, es decir, por su capacidad de
consumo. En este contexto la vida se nos ha polarizado en recibir y con ello nos perdemos
lo mejor de la existencia. Es correcto que durante las primeras fases del desarrollo la
polarización sea la pasiva, de niños necesitamos ser nutridos, cuidados, protegidos. De
niños somos demandantes, incluso quizás exigentes.
medidas por su capacidad de comprar, por sus posesiones, es decir, por su capacidad de
consumo. En este contexto la vida se nos ha polarizado en recibir y con ello nos perdemos
lo mejor de la existencia. Es correcto que durante las primeras fases del desarrollo la
polarización sea la pasiva, de niños necesitamos ser nutridos, cuidados, protegidos. De
niños somos demandantes, incluso quizás exigentes.
Sin embargo en una evolución sana la polarización en recibir, acaparar, poseer, va dando
paso gradualmente a la generosidad, al compartir, al dar. ¿Hemos dado como sociedad el
paso de la consciencia infantil-adolescente a la actitud madura? Todo parece indicar que
estamos a las puertas de darlo, pero que sin embargo las fuerzas que fomentan la
dependencia, sea a través de nuestros hábitos (fumar, beber, comprar, ostentar, trabajar
compulsivamente, comer más de lo necesario) o de nuestros modos de relacionarnos
(posesividad con los hijos o la pareja, celos, dependencia de los padres, dependencia del
grupo de amigos, dependencia en general) son muchas y no son fáciles de vencer, pero en
liberarnos de ellas radica la clave de la paz y la felicidad. Vale la pena reflexionar.
paso gradualmente a la generosidad, al compartir, al dar. ¿Hemos dado como sociedad el
paso de la consciencia infantil-adolescente a la actitud madura? Todo parece indicar que
estamos a las puertas de darlo, pero que sin embargo las fuerzas que fomentan la
dependencia, sea a través de nuestros hábitos (fumar, beber, comprar, ostentar, trabajar
compulsivamente, comer más de lo necesario) o de nuestros modos de relacionarnos
(posesividad con los hijos o la pareja, celos, dependencia de los padres, dependencia del
grupo de amigos, dependencia en general) son muchas y no son fáciles de vencer, pero en
liberarnos de ellas radica la clave de la paz y la felicidad. Vale la pena reflexionar.
En el camino de la dependencia cada paso para satisfacerla genera mayor debilidad.
¿Cómo salir del circuito mortal del vacío, el deseo, el hastío y el vacío aún mayor? Es decir,
¿cómo salir de la dependencia y ganar en libertad? Cambiando la polaridad. Trasladando el
énfasis de la búsqueda inacabable de tener lo que se quiere, a la pacífica actitud de querer
lo que se tiene.
¿Cómo salir del circuito mortal del vacío, el deseo, el hastío y el vacío aún mayor? Es decir,
¿cómo salir de la dependencia y ganar en libertad? Cambiando la polaridad. Trasladando el
énfasis de la búsqueda inacabable de tener lo que se quiere, a la pacífica actitud de querer
lo que se tiene.
Quien está focalizado en recibir, demandar, exigir, contabilizar, calcular, elige lo sepa o
no, la más lúgubre de las prisiones: estar a merced de los acontecimientos y de los demás.
Así es muy fácil que se sienta víctima, que se irrite, que se frustre y que culpe a sus
allegados, o su jefe, o al gobierno, o a Dios. Recibe sí, pero no siente plenitud, nada es
suficiente, el vacío le aguarda a la vuelta de la esquina, todo cambio es una amenaza
potencial.
no, la más lúgubre de las prisiones: estar a merced de los acontecimientos y de los demás.
Así es muy fácil que se sienta víctima, que se irrite, que se frustre y que culpe a sus
allegados, o su jefe, o al gobierno, o a Dios. Recibe sí, pero no siente plenitud, nada es
suficiente, el vacío le aguarda a la vuelta de la esquina, todo cambio es una amenaza
potencial.
Cuando la polaridad ha cambiado y uno quiere lo que tiene, es decir cuando uno
agradece, comienza a nutrirse de lo que le sucede. No nos nutre lo que nos ocurre si no lo
asimilamos. Asimilarlo es integrarlo, integrarlo es aprender. En la gratitud hemos dejado la
posición de víctimas y hemos accedido a la de aprendices, comprendemos que la vida está
hecha más de procesos que de metas, y hacemos las paces con la impermanencia viendo en
todo lo que parte y en todo lo que llega la invitación a aprender.
agradece, comienza a nutrirse de lo que le sucede. No nos nutre lo que nos ocurre si no lo
asimilamos. Asimilarlo es integrarlo, integrarlo es aprender. En la gratitud hemos dejado la
posición de víctimas y hemos accedido a la de aprendices, comprendemos que la vida está
hecha más de procesos que de metas, y hacemos las paces con la impermanencia viendo en
todo lo que parte y en todo lo que llega la invitación a aprender.
Quien quiere lo que tiene vive una vida de gratitud, observa el mundo con una mirada de
paz; percibe como milagros, como dones, miles de sucesos cotidianos que pasan
desapercibidos a la visión voraz. Cuando es voraz la mirada escudriña sin ver nada, ya lo
decía Exupèry a través del Principito, 3lo esencial es invisible a los ojos2. Cuando hemos
abierto el corazón es veraz la mirada, y el mundo entero cambia. Hablan los símbolos,
emergen las sincronicidades, confabula la vida entera para que demos lo mejor de
nosotros.
paz; percibe como milagros, como dones, miles de sucesos cotidianos que pasan
desapercibidos a la visión voraz. Cuando es voraz la mirada escudriña sin ver nada, ya lo
decía Exupèry a través del Principito, 3lo esencial es invisible a los ojos2. Cuando hemos
abierto el corazón es veraz la mirada, y el mundo entero cambia. Hablan los símbolos,
emergen las sincronicidades, confabula la vida entera para que demos lo mejor de
nosotros.
La gratitud permite disfrutar de los múltiples dones que por cotidianos nos pasan
desapercibidos: la casa que nos cubre, la comida diaria, el agua ya no sólo para beber sino
para el lujo de la ducha siete días a la semana. Ejercitarse en agradecer aumenta la
sensibilidad y permite maravillarse ya no por lo visto, lo gustado o lo escuchado, sino por
el don de ver, paladear y escuchar en sí mismos, el don de caminar, la voz, las manos.
desapercibidos: la casa que nos cubre, la comida diaria, el agua ya no sólo para beber sino
para el lujo de la ducha siete días a la semana. Ejercitarse en agradecer aumenta la
sensibilidad y permite maravillarse ya no por lo visto, lo gustado o lo escuchado, sino por
el don de ver, paladear y escuchar en sí mismos, el don de caminar, la voz, las manos.