Una banda de gamberros, presumiblemente adolescentes, está destrozando las señas de identidad de Garrucha como monumento turístico, haciendo especial hincapié en las piezas de mármol tocándole ahora al Monumento al Pescador, situado en un espacio sumamente concurrido al inicio del Paseo Marítimo.
Los fines de semana son terroríficos para los monumentos en Garrucha, considerándose como tal la baranda de mármol que fuere el orgullo de la Derecha local y estrella del largo mandato de Adolfo Pérez López durante las dos primeras décadas democráticas, siendo conservada con especial celo por el Alcalde socialista Andrés Segura y padeciendo el más serio deterioro durante los ocho años del PP, correspondiendo ahora su conservación a otro mandato del PSOE.
Todo parece indicar que los autores de estas gamberradas son jóvenes del pueblo que salen de copas y de porros durante el fin de semana y durante la madrugada distraen su tiempo destruyendo lo que encuentran a su paso.
Campan por sus respetos estos jóvenes durante los efectos de las drogas y del alcohol sin temor a ser, cuando menos reprendidos, por la ausencia de Policía Local. Las mañanas de los sábados y domingos son desoladoras por que generalmente casi todas pueden observarse los efectos de las gamberradas nocturnas que en algunos momentos no parecen ser ajenas a móviles políticos.
La última, y la que más llama la atención por su significado, es la que está padeciendo el Monumento al Pescador a través del cual se homenajea al sufrido hombre de la mar y al que los jóvenes gamberros parecen despreciar según se observa en los desperfectos causados. Primero fue la red metálica la que desapareció y tras ello diferentes piezas del monumento, como la cola del pescado, los dedos de pies y manos así como la base, no estado exentas las pintadas.