“Dios es yo, y yo soy Dios, cuando yo ceso de ser” es una traducción de lo que dijo el famoso místico sufi persa Mansur al-Hallaj, martirizado en Bagdad, en el año 922. Se consideró muy peligroso porque predicó una espiritualidad abierta a todos y alejada de rituales e intermediarios. Condenado a muerte, fue ejecutado mediante la horca, crucificado, mutilado y quemado.
Durante uno de sus trances, él dijo “Yo soy la verdad”, que fue tomada en sentido literal de que decía ser Dios, porque “la Verdad” es uno de los noventa y nueve nombres de Alá. En otra declaración, al-Hallaj afirmó “No hay nada envuelto en mi turbante salvo Dios”, y del mismo modo que apuntaría a su capa y dijo “No hay nada en mi manto salvo Dios.”
Al-Hallaj fue una anomalía bendita. Muchos maestros sufíes sentían que no era apropiado compartir el misticismo con las masas, sin embargo, al-Hallaj lo hizo abiertamente a través de sus enseñanzas. Por lo tanto comenzó a hacer enemigos. Esto se vio agravado por las ocasiones en que caía en trances, en presencia divina. La figura de al-Hallaj fue muy atractiva para el orientalismo occidental porque daba una respuesta directa a la búsqueda del Ser.
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“Sábenos que nos mienten. Ellos saben que mienten. Ellos saben que sabemos que nos mienten. Sabemos que ellos saben que sabemos que nos mienten. Y sin embargo, siguen mintiendo.- Alesandr Solzhenitsyn.
Poemas de Husayn Mansûr al-Hallaj
1.- Si las yeguas del alejamiento te asaltan / Y la desesperación clama el fin de la esperanza / Con tu izquierda toma el escudo de la sumisión / Y con la espada del llanto fortifica tu diestra / Y tú, tú mismo, amedréntate / Guárdate de la emboscada de la ruptura / Y si de la oscuridad te alcanza el abandono / Camina a la luz de las antorchas de la pureza / Y dile al Bienamado: Mira mi humillación / Dame la gracia de tu perdón antes del reencuentro / Y, en nombre del amor, no te desvíes del amante / Sin que tenga la recompensa de una esperanza.
2.- Una noche se levantó el sol que amo / Resplandeció y ya no se ocultó / Pues el sol del día se levanta por la noche / Y el sol del corazón jamás se ausenta.
3.- Mátenme mis autoridades pues mi vida ha de ser muerta / Y mi muerte está en mi vida y mi vida está en mi muerte / La desaparición de mí es para mí un don de los más nobles / Y mi permanencia en mis cualidades, uno de los pecados viles / Gran patriarca soy, de un rango elevado / Pues he llegado a ser un niño en el jirón de las nodrizas / Habitando al mismo tiempo el hueco de una tumba en tierras salinas / Mi madre dio a luz a su padre, he aquí una de mis maravillas / Y mis hijas, de mis hijas, fueron mis hermanas / No por hecho de los tiempos ni por el hecho de los adulterios.
4.- He renegado de la religión de Dios, lo renegado / Es un deber para mí, un pecado para los musulmanes.
5.- Me esforcé en esperar / Pero mi corazón ¿puede hacer esperar a mi corazón? / Tu espíritu se mezcló con mi espíritu / En la proximidad y la distancia / Pues yo soy Tú como Tú / Tú eres yo y lo que yo quiero.
6.- Pasiones de lo Verdadero que enteras todas nacen de lo Verdadero / Pero que no pueden alcanzar la comprensión de lo más grande / Pues ¿qué es la pasión sino una inclinación seguida de una mirada / Que propaga una llama entre sus conciencias? / Si lo Verdadero llega a habitar la conciencia / Tres estados se repiten ahí al cuidado de los clarividentes: / Un estado que aniquila la conciencia en la esencia de su pasión / Luego la hace presente por la pasión en estado de perplejidad / Y un estado donde todas las fuerzas de la conciencia se aúnan / Volviéndose hacia una visión que aniquila a todo visionario.
7.- Cuando el enamorado alcanza la perfección en el amor / Y se abstiene de Invocarlo bajo el dominio de la invocación / Entonces ve la verdad de aquello con que el amor le rindió testimonio: / Blasfemia, la plegaria de los amantes.
8.- Al negarte Te santifico / Y mi razón en Ti es locura / ¿Quién es Adán sino Tú? / ¿Y quién en el alejamiento es Satán?
9.- Tu espíritu se mezcla a mi espíritu / Como el ámbar al almizcle oloroso / Si una cosa Te toca, ella me toca / Porque Tú eres yo inseparablemente.
10.- La vida de aquí abajo me hace creer que me equivoco / Como si yo no supiera su estado / Dios condenando lo ilícito / Y yo evitando lo lícito / Ella me tendió su derecha / Y yo la devolví con su izquierda / Yo la vi en la necesidad / Y le hice ofrenda de su totalidad / ¿Y cómo llorar su abandono / cuando no conozco sus favores?
11.- Con el ojo del saber mi mirada indicó / Indicó con el solo pensamiento secreto / Y en mi conciencia algo apareció / Más sutil a comprender por la imaginación de mi imaginación / Y dividí el tumulto de la mar de mi pensamiento / Atravesándolo como una flecha / Y mi corazón se elevó con las plumas de mi nostalgia / Fijas a las alas de mi determinación / Hacia Aquel que, preguntándoseme sobre Él, / Yo indico por un símbolo pero que no nombro / Hasta que, habiendo sobrepasado todo límite / Errante en los desiertos de la proximidad / Yo miraba dos puntos de agua / Y no veía ahí nada que sobrepasara los límites de mi imagen / Entonces dócil, vine a Él / Sosteniendo el extremo de mi traílla en la palma de mi sumisión / El amor grabó de Él en mi corazón / A hierro de la nostalgia, una huella ¡qué huella! / Y en la proximidad, la visión de mí se ausentó de mí / Tanto que olvidé mi nombre.
12.- Me sorprendo de Ti y de mí / Oh Tú que deseas al deseante / Tú me has acercado a Ti / Al punto que he creído que Tú eras yo / Y me he absorbido en el amor / Al punto que Tú me has aniquilado en Ti / ¡Oh, mi felicidad en la vida / Y mi quietud después de mi sepultación! / En mi lamento y mi confianza / Sólo Tú me acompañas / ¡Oh Tú cuyos jardines de signos / Abrazan toda apariencia / Si yo deseo una cosa / Tú eres todo lo que yo deseo!
13.- Oh tú que me acusas por Su amor, ¡Cómo me acusas! / No me habrías acusado si de Él hubieras sabido por qué sufro / Algunos van en peregrinación, la mía está ahí donde yo habito / Sacrifican el ganado y yo, mi alma y mi sangre / Aquellos que, sin la ayuda de los sentidos, giran alrededor de la Ka’aba, / Giran alrededor de Dios, / Quien les dispensa del Lugar Sagrado.
14.- ¡Ay! ¿Tú o yo? ¡He aquí dos dioses! / Lejos de mí, lejos de mí la afirmación de dos / Ah, jamás mi no-ser es para Ti un ser / Y mi todo es en todo ambiguo al doble rostro / ¿Dónde, entonces, está Tu ser ahí donde yo miro? / Pues ya mi ser está allá o él no tiene “donde” / ¿Y dónde está Tu rostro que yo busco con la mirada? / ¿En la visión del corazón? ¿En la visión del ojo? / Entre Tú y yo, un yo está de más / ¡Que la separación cese y que el Tú avasalle al yo!
15.- Dos en mí vigilan, testigos de Su amor / Y dos en mí atestiguan que Tú me ves / En lo más profundo de mí, no hay pensamiento sino para Ti / Y mi lengua no dice más que Tu amor / Si yo quiero el oriente, Tú eres el oriente del oriente / Y si quiero el occidente, Tú estás justo delante de mis ojos / Si quiero un en-lo-alto, Tú eres el en-lo alto del en-lo-alto / Y si yo quiero un en-lo-bajo, Tú eres todo espacio / Tú eres el lugar de todo, o más bien su no lugar / Y Tú estás, imperecedero, en el todo de todo / En mi corazón, mi alma, mi conciencia mi pensamiento, / La alternancia de mis respiros y el nudo de mi íntimo.
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