Tanto le hemos criticado que nos estamos quedando atrás, que su modelo está anticuado y que hace cosas propias de hace 30 o 40 años, que el desgobierno de Amat anda buscando soluciones innovadoras para parecer más moderno. La última ocurrencia hay que reconocerles que ha sido realmente innovadora, posiblemente única: llenar el pipican del Parque de Los Bajos de piedras, para cachondeo e indignación de los dueños de mascotas.
Las piedras dificultan la recogida de los excrementos, los esparcirán y rebozarán en ellas, y los perros más pequeños o con las patas delicadas, no podrán entrar porque les molestarán.
Ante semejante chapuza, cabe preguntarse ¿cuánto durarán antes de que den la orden de retirarlas? ¿Aguantarán más que los aparcabicis que fueron cortados dos días después de su instalación frente al Centro de Salud de Roquetas Norte? ¿Cuánto nos cuestan a los roqueteros estos experimentos que se instalan y desinstalan en cuestión de horas? ¿No hay nadie en el equipo de Gobierno con sentido común que piensa las cosas antes de hacerlas?