ILTMO. DR. DON JOSÉ MARÍA MANUEL GARCÍA-OSUNA Y RODRÍGUEZ
Historiador-Diplomado en Estudios Avanzados de Historia Antigua y Medieval y Médico-Familia de Atención Primaria.
Académico-Correspondiente de la Real Academia de Medicina de Asturias (año-2013). RAMPA. IDE.
Cofrade de Número de la Imperial Cofradía de Alfonso VII el Emperador de León y el Pendón de Baeza. (Creación año-1147)
Socio de Número de la Asociación Española de Médicos Escritores y Artistas. ASEMEYA.
-Socio de Número de la Asociación de Hispanistas del BeNeLux.
Historiador de HISTORIA-16.
Académico-Correspondiente del Instituto de Estudios Históricos Bances y Valdés.
I.-INTRODUCCIÓN.
Hoy me voy a acercar, en el conspicuo diario de La Gaceta de Almería, a una cuestión histórica que siempre ha producido enconados debates. El hecho se refiere al diferente estatuto social existente entre atenienses y espartanos, en lo referente a la situación sociopolítica de las mujeres de Esparta frente a sus homónimas de Atenas. Las lacedemonias tenían una situación de equiparación social con sus varones, lo que era absolutamente inconcebible entre las aticenses. Siendo Esparta la capital de Laconia o Lacedemonia y Atenas la del Ática. Concretamente en Atenas la actividad de la mujer se centraba en la casa y la del varón en la calle. Ya Teognis de Megara (siglo VI a. C.) había escrito: «Yo desprecio a la mujer que anda callejeando».
Verbigracia, a partir del siglo IV a. C. el 40% de las tierras de Esparta estaban en poder de las mujeres lacedemonias o espartanas, algo impensable e inconcebible entre sus congéneres de la capital del Ática que era Atenas.
-PLUTARCO DE QUERONEA-
Citado por Plutarco de Queronea (ca. 46/50 d.C.-ca. 120 d.C.) en su “Vida de Licurgo” (capítulo XIV), una mujer ateniense se dirigió a Gorgo [506 a. C.-siglo IV a. C.], reina de Esparta y esposa del rey Leonidas I de Esparta [c. 540 a. C.-rey de la diarquía espartana en el año 489 o 488-murió en la batalla del desfiladero de las Termópilas contra el Gran Rey Jerjes de Persia, el 11 de agosto de 480 a. C.], su hijo fue el rey Plistarco de Esparta [¿?-480 a. C.-458 a. C.]: «Habiendo sido interrogada por una mujer del Ática, ateniense: ¿Por qué sois las únicas, vosotras las lacedemonias (laconias o espartanas), que mandáis a (sobre) los hombres (varones) lacedemonios? Es porque, contestó la reina Gorgo, somos las únicas que damos a luz a verdaderos hombres (varones)».
Licurgo o Lykoûrgosfue el legislador mítico de Esparta, del que se ha discutido, ya desde la propia Antigüedad sobre su existencia. No obstante se piensa que pudo vivir entre los siglos IX y VII a. C. La reforma que realizó sobre la forma de vivir de los lacedemonios se fundamentó, sensu stricto, de acuerdo con el Oráculo de Delfos.
El historiador griego Jenofonte de Erchia (ca.431 a.C.-354 a.C.) escribió sobre él lo siguiente: «Él no imitó a las otras ciudades, sino que concibió cosas incluso opuestas respecto a la mayoría de ellas: así hizo a su ciudad particularmente afortunada».
A Licurgo se le atribuye la siguiente reflexión: «Lo importante de las leyes no es que sean buenas o malas, sino que sean coherentes. Solo así servirán a su propósito».
El concepto que tenían los espartanos sobre la libertad es prístino, y está en el texto elegíaco que Simónides de Ceos (ca. 556 a. C.-ca. 468 a.C.) escribió con respecto a la Batalla de las Termópilas (agosto/septiembre de 480 a.C.): «Extranjero, ve y avisa a Lacedemonia-Esparta que aquí yacemos, en obediencia a sus leyes».
-PERICLES DE ATENAS-
II.-LA ESTRUCTURA SOCIAL GRIEGA, PARA PLATÓN Y ARISTÓTELES.
Los habitantes de las ciudades en la Grecia de la Época Antigua, fuesen o no considerados como jurídicamente ciudadanos, eran en casi igualdad de número conformados por varones u hombres y mujeres. La esposa y su marido formaban una familia, con sus hijos-hijas. Esta familia conformaba un oikoso unidad doméstica o hacienda o familia u hogar-casa. La reunión conjunta de varias familias era la ciudad o polis. En esta unidad superior se encontraban contenidos los trabajadores, los esclavos (sin ningún derecho ciudadano) y los metecos o extranjeros, estos últimos no gozaban de todos los derechos inherentes a la ciudadanía.
«Para que una ‘polis’ ‘funcionara’, es decir, para que representara una auténtica comunidad, debían ser repartidas entre los ciudadanos las diferentes tareas, tales como el cultivo del suelo, la cría de ganado, el comercio, el servicio militar, la política, los asuntos religiosos, el gobierno de la casa, las labores domésticas, la educación de los niños y muchas cosas más». (“Esparta”. Ernest Baltrusch. Acento, 2002; pág. 92).
Este análisis sobre la ciudad se encuentra en la filosofía de Platón de Atenas (ca. 427 a.C.-347 a.C.) y de Aristóteles de Estagira (384 a.c.-322 a.C.). Las tareas ciudadanas estaban más que claras, y no había la más mínima discusión posible; los varones se encargaban del trabajo agrícola, de la guerra y de la función política, mientras que las féminas gobernaban la casa sin críticas. En la época más arcaica de la Historia de Grecia, estas dos tareas tenían la misma categoría, y asi eran consideradas por los habitantes de las ciudades.
-JENOFONTE DE ERCHIA-
Tras Homero (ca. siglo VIII a.C.), la labor del varón será ya considerada, paulatinamente, transcendente y esencial, y muy superior a la de las mujeres. Para Aristóteles los varones eran física e intelectualmente superiores a las mujeres; por lo que los hombres deberían ser los únicos encargadosde gobernar la familia. Las mujeres eran aristotélicamente inferiores, por lo que se deberían dedicar a las labores del hogar y a la maternidad, nada de introducirse en la vida política o en cuestiones de liderazgo.
Sea como sea, en la mayoría de las poleishelénicas solo tenían derechos políticos de ciudadanía los hombres. Subvenían al sustento familiar, y ocupaban el 100% en las Asambleas Popularesyen el Consejo de Ancianos o Gerousia. Ellos eran los únicos magistrados. En la Atenas democrática de los siglos V y IV a.C., como los hombres eran los únicos que ganaban el sustento familiar, necesitaban cada vez menos de la familia; por el contrario como el rol femenino era antagónico, su estatus se depreciaba cada vez más. Los varones atenienses consideraban que la mujer debía dedicarse a tener hijos y estar sentada junto al telar.
III.-LAS CONSIDERACIONES SOCIALES DE LAS ESPARTANAS.
Pero estas consideraciones no son aplicables, en ninguna circunstancia, a lo que ocurría entre mujeres y hombres en Esparta. La relación entre hombres y mujeres de Laconia está muy equilibrada, y se complementan entre ambos sexos. Las sátiras y las befas del resto de los griegoshacia lo que ocurría en Esparta eran constantes. Los demás helenos no se explicaban la supuesta debilidad de los espartanos frente a sus mujeres; pero la mujer lacedemonia había conquistado su estatuto social equiparable, y no estaban dispuestas a perderlo.
Las niñas de Laconia, tras su llegada a este mundo, eran sometidas a un examen minucioso, serio y riguroso, igual que el de los niños, que se definía como “examen de aptitudes”. A partir de este momento la educación era igual de cuidadosa o esmerada.
-ARISTÓTELES DE ESTAGIRA-
Historiadores de la Antigüedad, verbigracia Plutarco o Jenofonte, trataron de analizar, pormenorizadamente, cuáles eran las causas para que eso ocurriera. El hecho estaba claro, ya que el rol de la mujer espartana era esencial para el mantenimiento de los hijos; sin ellas la herencia espartana tan delicada, se extinguiría.
Jenofonte escribe: «Al principio, Licurgo dispuso que el sexo femenino no fuera menos entrenado físicamente que el masculino. Luego introdujo competiciones y concursos de fuerza tanto para mujeres como para hombres, pues creía que si ambos padres eran fuertes, también lo serían los descendientes».
El físico de las espartanas llamaba la atención entre el resto de las griegas; pero, ello se producía porque las féminas lacedemonias estaban obligadas legalmente, y lo aceptaban de buen grado, a realizar los mismos entrenamientos en luchas, en las carreras y en los lanzamientos de disco y de jabalina.
No obstante las lacedemonias tenían más suerte que sus congéneres varones, ya que no eran separadas de sus padres. Existían relaciones muy próximas entre alumnas y profesoras. Se celebraban, como sería de esperar, competiciones deportivas solo para mujeres, con la misma exigencia que las de los hombres; siempre en el marco de los festivales religiosos, algo concebible en la idiosincrasia de aquel pueblo espartano que era sumamente religioso. Solo existía una excepción entre hombres y mujeres lacedemonias, y el hecho estribaba en que ellas no podían competir en los Juegos Panhelénicos, incluidos los Olímpicos, porque no existían competencias deportivas para ellas.
Las mujeres no aceptaron nunca esa absurda discriminación, y consiguieron que hacia el año 400 a.C., Ciniska (nacida hacia el año 440 a.C.), la hija del rey Arquidamo II [REY DE ESPARTA, de la dinastía Euripóntida, entre 469 a.C. y 427 a., C.], fuese la primera campeona en un juego olímpico.
La princesa espartana ganó la carrera, aunque no pudo guiar a sus caballos; ya que ese hecho solo lo podría realizar un varón; sino por ser criadora y dueña de caballos. Esta mujer ganó las carreras de cuadrigas (años 396 y 392 a.C.). Según Plutarco, sería alentada para ello por su hermano Agesilao II [444 a.C.-REY DE ESPARTA de la familia de los Euripóntidas, desde el 398 a.C., hasta el año 358 a.C.]
-REY ARQUIDAMO II DE ESPARTA-
Este monarca era reputado, entre los lacedemonios, por su honestidad, su ética, su dignidad y su valentía. Pretendía desacreditar a las carreras de carros, y, sobre todo, demostrar con la victoria de su hermana, que el deporte no era solo cosa de varones.
En el santuario de Olimpia existe una inscripción sobre ella: «Reyes de Esparta son mis padres y hermanos. Cinisca, vencedora con un carro de veloces corceles, erijo esta estatua. Y me declaro como la única mujer de toda Grecia que ha ganado esta corona».
A partir de este momento y una vez roto el tabú, las mujeres griegas ya estuvieron compitiendo en los diversos Juegos Panhelénicos (OLÍMPICOS-Olimpia/Elis-Zeus; PÍTICOS-Delfos-Apolo;NEMEOS-Nemea/Argos-Zeus; ÍSTMICOS-Corinto-Poseidón), y la mayor parte de las campeonas en los juegos, sobre todo en Olimpia, procederían de Esparta.
Este sentido de ‘ser mujeres’ conllevó que las espartanas tuvieran la absoluta convicción de que su rol en el matrimonio, en la familia y en la sociedad era preeminente.
Las lacedemonias se matrimoniaban con 19 o 20 años, 5 o 6 años mayores que las atenienses o las tebanas o las cretenses, y estas últimas llegaban al matrimonio tras la menarquía. Los varones de Laconia se casaban entre los 20 a 30 años. En este estado de cosas los hombres consideraban a sus mujeres como sus compañeras equiparables en todo.
Desde el punto de vista pediátrico los hijos de las espartanas nacían más fuertes. El matrimonio era legalmente obligatorio; ya que era preciso incrementar el número de ciudadanos, para engrosar las filas de los hoplitas de Esparta. La posición de las mujeres, en lo que a la organización y decisión de las bodas se refiere, era de igualdad entre las mujeres y los hombres lacedemonios.
-PLATÓN DE ATENAS-
Se conoce de forma nítida que:«1º) Los padres desempeñan en la boda un papel secundario; lo decisivo para contraer matrimonio era la voluntad de la pareja de novios. 2º) No parece haber existido en Esparta una dote en el sentido tradicional (es decir, un regalo de la familia de la mujer para el futuro yerno); lo que se aportaba al matrimonio era más la parte de la herencia de la mujer que sus propias posesiones. 3º) La mujer era en el matrimonio una persona independiente; fuentes de la Antigüedad nos hablan de que solo Esparta conocía la poliandria, o de que las mujeres también podían tener amantes» (“Esparta”, E. Baltrusch. Acento, 2002; pág. 96).
En el resto de Grecia, verbigracia en Tebas y, sobre todo en Atenas, este comportamiento de las lacedemonias generaba múltiples recelos e irritación casi absoluta; salvo por la urgencia existente, en la Edad Antigua, de tener muchos hijos que reemplazasen las muertes por enfermedades o en las múltiples guerras existentes.
Sea como sea, las mujeres lacedemonias eran total y absolutamente independientes.
En ninguna circunstancia y jamás estuvieron sometidas al poder marital del esposo. En Roma era lo contrario, “MULIER UIRO IN MANU CONUENIT OLA MUJER PASA BAJO LA AUTORIDAD DEL MARIDO”.
IV.-LA AUTONOMÍA ECONÓMICA DE LAS MUJERES DE ESPARTA.
Por todo lo que antecede, tenían la posibilidad, y la aprovechaban siempre, de poder comprar grandes fortunas e importantes fundos, y siempre podían disponer de ellos con absoluta libertad.
«Aristóteles habla incluso de que 2/5 de la tierra estaba en posesión de las mujeres, y aproximadamente 100 años más tarde (a mediados del siglo III a.C.), son dosmujeres, Aegistrata y Arquidamia, las que poseían la mayor riqueza de la ciudad y disponían de sus propios clientes y deudores. Esta riqueza en manos de las mujeres se debía sobre todo al derecho sucesorio espartano, que permitía heredar también a las mujeres; además, no conocía–o solo la conocía con una forma distinta– la institución de la hija heredera, propia de otras ciudades como Atenas. Esta institución consistía en lo siguiente; si en una familia no hay hijos varones, sino solo una hija, esta ‘hereda’, por así decirlo, provisionalmente, es decir, solo puede mantener la posesión de la herencia hasta que contraiga matrimonio y tenga hijos varones. En Esparta, por el contrario, la hija podía conservar una parte de la herencia y disponer libremente de ella aunque tuviera hermanos. Otra vía de las mujeres para acceder a la posesión y a la riqueza era tener hijos de varios hombres. Existen testimonios expresos de mujeres que de este modo llegaron a gobernar dos o incluso más ‘oiko’» (“Esparta”. E. Baltrusch. Acento, 2002. Pág. 97).
-REY LEONIDAS I DE ESPARTA-
Como los varones estaban sumamente ocupados en todo aquello que les preparase para la guerra, tales como durísimos entrenamientos, banquetes, y la política sensu stricto; las mujeres no tenían más remedio que hacerse cargo de la economía familiar, incluyendo el alimento de los miembros de su familia y, por lo tanto, del gobierno de la casa.
El esposo encargaba, por una auténtica necesidad de ello, a su esposa que vigilase y controlase a sus esclavos y a los correspondientes ilotas. Eran, sensu stricto, los esclavos públicos o siervos o campesinos, propiedad del Estado lacedemonio, y formaban parte de los bienes rurales de los espartanos uhomoioi /los semejantes. Los espartiatas son los varones mayores de 30 años
Además, era preciso que fuese una completa entendida en economía; pues si las propiedades inmobiliarias familiares rendían dividendos, ese poder adquisitivo incrementaba el estatuto social del propio grupo familiar y, cómo no, del propio paterfamilias.
Existen datos históricos contrastados de la época que nos indican, de forma taxativa, que los espartanos respetaban y admiraban a sus mujeres; y era tal su autoridad que muchas de ellas eran calificadas como ‘señora’.
Todo lo que antecede creaba un auténtico escándalo y una gran confusión entre la clase dominante ateniense. La independencia de las espartanas era calificada como de desenfreno; la autonomía que presentaban frente a los padres y a los esposos era calificada de libertinaje. Se le calificaba como ‘el gobierno de las faldas’.
De nuevo Aristóteles criticaba a la constitución de Licurgo:
«…En la cuestión de las mujeres, por haberse ocupado de las costumbres de los hombres y haber dejado a las mujeres a su aire» (“Esparta”. E. Baltrusch. Acento. 2002. Pág. 98).
-CINISCA DE ESPARTA-
El error del estagirita es estratosférico, ya que solo en Esparta las mujeres están perfectamente incardinadas dentro del orden público de Laconia, y sin ellas la función del Estado lacedemonio era imposible.
Cuando morían eran veneradas como los hombres; ya que en Esparta se consideraba que el esfuerzo del parto era tan loable como el de la guerra; ambos sexos daban su vida por el Estado lacedemonio.
Pero sí es verdad que las mujeres lacedemonias tampoco estaban representadas en las instituciones políticas de su país, tales como el Consejo de Ancianos o las magistraturas. No obstante Platón, Aristóteles y Plutarco escriben, sin ambages, sobre la influencia política extraordinaria que tenían las espartanas; ya que podían estar presentes en las deliberaciones de las instituciones, y su libertad de expresión les permitía influir en las decisiones.
Aristófanes de Atenas (444 a.C.-385 a.C.) en su obra ‘Mujeres participantes en una Asamblea Popular’, ofrece al espectador el hecho de las lacedemonias que se hacen cargo de las asambleas, ya que los hombres están luchando contras Atenas, en el final de la gran y crudelísima Guerra del Peloponeso. La ironía y el sarcasmo que fluyen en la obra, con una satírica descripción sobre ese gobierno femenino espartano pretende dejar bien claro, a los atenienses, que la belicosa Esparta en realidad está gobernada y dominada por sus mujeres.
Y, como sería de esperar, las féminas de Laconia también se dedicaban al culto religioso; sobre todo eran las responsables de preparar el culto a las diosas Deméter (diosa griega de la agricultura. En Roma asociada a Ceres) y Artemisa (diosa griega de la caza, de los nacimientos, de la virginidad y de las doncellas. Aliviaba las enfermedades).
«Hay una leyenda muy peculiar que es otro indicio de la significativa posición política de las mujeres en Esparta. Se trata de la leyenda sobre la fundación de Tarento, la única colonia espartana en Italia. Cuando la I Guerra Mesenia estaba en pleno apogeo y había condenado a los espartiatas a una larga ausencia de su ciudad natal, dice la leyenda que las mujeres se rebelaron en casa y auguraron el fin de Esparta por la falta de nacimientos. Inmediatamente después, los espartiatas enviaron a casa a los jóvenes luchadores –que no estaban obligados por juramento a permanecer en Mesenia hasta el final de la guerra- para que se encargaran de asegurar la descendencia. Los hijos de estas uniones que habían tenido lugar en época de guerra –y que fueron denominados ‘partheniai’-, es decir, hijos de vírgenes, cuando se hicieron adultos, urdieron, según la leyenda, una conspiración contra su ciudad natal con motivo de la fiesta de las Hiakintias en Amiclas; pero finalmente, al mando de un fundador de colonias, emigraron a Italia y fundaron Tarento» (“Esparta”. E. Baltrusch. Acento. 2002. Pág. 100).
-REINA GORGO DE ESPARTA-
Por todo lo que antecede, deseo indicar, taxativamente, que las mujeres tenían un papel esencial en el universo de la polis lacedemonia, y en igualdad de condiciones, deberes y derechos, que el de los varones, defendiendo las normas y la idiosincrasia de su patria, que tanto representaba para el resto de los griegos.
Ellas eran las encargadas de preparar el CALDO NEGRO o SOPA NEGRA o MELAS ZOMÓS, no por la servidumbre de cocinar por ser mujeres, sino porque era el plato tradicional espartano, que estaba conformado por sangre, vino y vísceras, como representante ritual simbólico de la frugalidad de las costumbres lacedemonias, y como comida fundamental para ser consumida en la SISITIA o comida colectiva de los espartanos.
Era un guiso de carne de cerdo, que se ennegrecía por la adición de sangre y de vino, se colige que contenía vinagre para evitar la coagulación de la sangre del cerdo durante la cocción.
Entre los espartanos, sus ancianos solo se alimentaban de dicho caldo negro, dejando la carne para el alimento exclusivo de los jóvenes, ya que estos debían recibir duros entrenamientos para ir a la guerra.
Las mujeres espartanas solían llevar una túnica o quitón (una túnica de tela ligera cerrada por una costura) similar a la de los varones; llevaban vestidos muy cortos y calzaban coturnos o sandalias con una plataforma muy alta. Y enseñaban, por lo tanto, las piernas al caminar, algo considerado escandaloso en Atenas. Cuando se ejercitaban lo hacían desnudas o semidesnudas.
-RUINAS DEL TEMPLO DE ZEUS EN OLIMPIA-
En la noche de bodas se disfrazaban de hombre, ya que así sus esposos podían tener una erección, a causa de que los tímidos espartanos no estaban acostumbrados a recibir miradas femeninas, y se podía estropear el primer coito marital.
El adulterio femenino estaba autorizado, pero su amante debería ser más alto y fuerte que el marido, ya que los posibles hijos engendrados deberían ser, asimismo, futuros guerreros invencibles.
Si un espartano no había podido engendrar hijos con su esposa, estaba autorizado, y su mujer lo aceptaba sin el más mínimo desdoro, a pedir ayuda a la mujer del vecino y tener hijos con ella.
También las mujeres educaban a sus vástagos en el laconismo, que significa hablar poco y no inútilmente. Cuando les entregaban el escudo militar a sus hijos les dejaban bien claro que deberían volver ‘con él o sobre él’.
Ejemplo de ello es lo relativo a la respuesta que le dio Diéneces (¿?-480 a.C.) en la batalla de las Termópilas: Cuando uno de los soldados aliados, un traquinio (de Traquinia o Traquis, en la región de la Tesalia, cerca del golfo Maliaco, a occidente de las Termópilas), le indicó que el ejército del Gran Rey Jerjes I de Persia (Xsayarsa o ‘Gobernador de Héroes’. Circa 519 a.C.-5º GRAN REY DEL IMPERIO AQUEMÉNIDA, entre 486 y 465 a.C. Citado en el Antiguo Testamento/Libro de Esther de La Biblia con el nombre de Asuero) poseía tantos arqueros que con sus flechas bloquearían la luz del Sol, a lo que el hoplita espartano contesto: “Así lucharemos con los medos a la sombra, sin que nos moleste el calor”.
“ROMANI UETERES PEREGRINUM REGEM ASPERNABANTUR”.ET. “SENATORII ORDINIS, SED QUI NON DUM HONOREM CAPESSISSET”.
Para la mi muyer Consuelo Pérez Gámiz , a la que enterré un malhadado día 15 de abril de 2021, por la suma de su neoplasia ovárica izquierda y un tratamiento oncológico ridículo+absurdo+ineficaz. D.E.P.
-LICURGO, “EL LEGISLADOR” DE ESPARTA-
-BIBLIOGRAFÍA-
-Baltrusch, E. (2002): Esparta. Acento.
-Bengtson, H. (2005): Historia de Grecia. Gredos/RBA.
-Blázquez, J. M.; López Melero, R. y Sayas, J. J. (1999): Historia de Grecia Antigua. Cátedra.
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-Domínguez Monedero, A. J. y Pascual González, J. (1999): Esparta y Atenas en el siglo V a.C.Síntesis.
-Fernández Nieto, F. J. (coord.) (2005): Historia Antigua de Grecia y Roma. Tirant Lo Blanch.
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-Gómez Espelosín, F. J. (2001): Historia de Grecia Antigua. Akal.
-Heródoto (1999): Historia (Ed. Balasch). Cátedra.
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-Pomeroy, S. B.; Burstein, S. M.; Donlan, W. y Roberts, J. T. (2001): La Antigua Grecia. Crítica.
-Richer, N. (2020): Esparta. Edaf.
-Sekunda, N. (2005): TheSpartanArmy. Osprey.
-Strauss, B. (2006): La Batalla de Salamina. Edhasa.
-Struve, V. V. (1986): Historia de la Antigua Grecia. Akal/Sarpe.
-CURRICULUM VITAE-
Del Instituto de Estudios Zamoranos “Florián de Ocampo”. (CSIC).
Del Ateneo de Valladolid (Creación año-1872).
Del Instituto de Estudios Gerundenses (CSIC).
De la Real Sociedad Arqueológica Tarraconense (CSIC).
Del Círculo Cultural Péndulo de Baza (UNESCO).
Del Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino (CSIC).
Del Centro de Estudios Benaventanos“Ledo del Pozo” (CSIC).
Del Centro de Estudios Fenicios y Púnicos (CSIC).
Del Centro de Estudios Históricos Jerezanos (CSIC).
Del Ateneo Jovellanos (Creación año-1953).
De la Sociedad Española de Estudios Clásicos (CSIC).
De la Asociación Hispania Nostra.
Asesor de la Asociación Cultural Reinos de España (FEAH).
De la Sociedad Española de Estudios Medievales (CSIC).
Del Instituto de Estudios Bercianos (CECEL/CSIC)
215 Trabajos de HISTORIA publicados.
38 Biografías de Músicos de Música Académica publicadas.
106 Conferencias impartidas sobre Historia.
-LIBROS PUBLICADOS-
1.-EL GRAN REY ALFONSO VIII DE CASTILLA, “EL DE LAS NAVAS DE TOLOSA”. Editorial Alderabán/Alfonsípolis. 2012. Cuenca.
2.-BREVE HISTORIA DE FERNANDO “EL CATÓLICO”. Editorial Nowtilus. 2013. Madrid.
3.-EL REY ALFONSO X “EL SABIO” DE LEÓN Y DE CASTILLA. SU VIDA Y SU ÉPOCA. Editorial El Lobo Sapiens/El Forastero. 2017. León.
4.-EL REY ALFONSO VII “EL EMPERADOR” DE LEÓN. Editorial Cultural Norte. 2018. León.
5.-URRACA I DE LEÓN. PRIMERA REINA Y EMPERATRIZ DE EUROPA. Editorial El Lobo Sapiens/El Forastero. 2020. León.
6.-EL REY RAMIRO II “EL GRANDE” DE LEÓN. EL “INVICTO” DE SIMANCAS. Editorial Alderabán/Alfonsípolis. 2021. Cuenca.
7.-LA BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA. UN MITO EN LA HISTORIA DE LA RECONQUISTA. Editorial Cultural Norte. 2022. León.
“PARA MARÍA NIEVES POR TODO”.