Ministros, Altos Cargos del Estado y del Gobierno, Consejeros y concejeras de la Junta de Andalucía, Senadores y Diputados en Cortes por Almería, parlamentarios andaluces, alcaldes, concejales y dirigentes políticos de los más diversos signos políticos transitan por las calles de nuestros centros urbanos desapercibidamente o buscando el encuentro con el mayor número posible de almerienses de a pie. No solo durante la etapa democrática sino durante el régimen del general Franco fue Almería y su provincia centro de atención de los más altos dirigentes del Estado, y en la actualidad nos siguen honrando con su presencia responsables gubernamentales, por lo que ya adquiere normalidad la visita a nuestra tierra de personalidades políticas, y también de los más diversos ámbitos profesionales.
Sin embargo, cuando estas visitas se tornan persistentes, sistemáticas y con el mismo propósito es por lo que comienzan a llamar la atención. Y de este modo comenzaron a llamar la atención unas permanentes visitas del entonces Vice-Presidente del Gobierno Alfonso Guerra y ahora otro Exvicepresidente del Gobierno Javier Arenas.
Este sevillano de 48 años, que lo ha sido todo en política, desde concejal del Ayuntamiento de Sevilla, parlamentario andaluz, candidato a la Presidencia de la Junta de Andalucía, Secretario General del Partido en el Gobierno, Ministro por dos veces hasta VicePresidente del Gobierno, ha visitado en menos de dos años la friolera de 640 pueblos de los 770 que posee la Comunidad Autónoma de Andalucía, lo cual no es de extrañar si se hace 300 kms/día. Buena parte de esos kilómetros están en Almería, ya que desde su centro de operaciones a esta provincia del Sureste bocatas y algún sueño se ha tenido que echar en su furgoneta donde posee un pequeño frigorífico y sus asientos le sirven para dar unas cabezadas cuando menos.
Una de las razones que esgrime el exvicepresidente Javier Arenas es que quiere hacer micropolítica, es decir hacer política municipal desde las entrañas de la sociedad, única vía, a su juicio, para afrontar con éxito su último intento de conseguir para el PP la Junta de Andalucía, lo que no parece tener todas consigo si se tiene en cuenta que ya ha visto frustradas sus aspiraciones en tres ocasiones. La verdad es que solo haciendo micropolítica, solo entrando en los municipios más recónditos es la forma de conseguir unos resultados electorales que se correspondan con las ambiciones, pero hay que recordar que no es la primera vez que sucede. Tampoco el anuncio de que el PP está haciendo encuestas en los municipios por primera vez en política supone una garantía de que los resultados se corresponderán con las opiniones reflejadas, y en España son sonoras las no correspondencias entre la encuesta y los resultados reales.
Hacer micropolítica no consiste solamente en visitar los municipios, sonreírles a sus gentes, decirle a cada cual lo que desea escuchar y recorrer el pueblo como un trofeo; hacer micropolítica es algo más, es justamente resolver problemas colectivos e individuales. Y en la capacidad para resolver los problemas es donde pueden encontrar un cierto eco las propuestas políticas planteadas, no en recorrer las calles y bares de un pueblo como un trofeo, antes bien puede ser considerado ese paseo, a mi juicio, contraproducente políticamente si no va acompañado de lo otro.
Una de las provincias que tienen el honor de ser objeto de atención política por el Exvicepresidente del Gobierno popular es la de Almería, a la que acude todas las semanas, lo cual puede inducir a la sospecha por cuanto no es nuestra provincia una circunscripción electoral determinante para cualquier partido político de gobierno. También hay que reseñar que en nuestra provincia se ha dado la circunstancia de estar atravesando esa organización política una profunda crisis interna, no resulta aún aunque sí en vías de aminorar los efectos adversos inherentes.