ILTMO. DR. DON JOSÉ MARÍA MANUEL GARCÍA-OSUNA Y RODRÍGUEZ
Historiador-Diplomado en Estudios Avanzados de Historia Antigua y Medieval y Médico-Familia de Atención Primaria.
Académico-Correspondiente de la Real Academia de Medicina de Asturias (año-2013). RAMPA. IDE.
Cofrade de Número de la Imperial Cofradía de Alfonso VII el Emperador de León y el Pendón de Baeza. (Creación año-1147)
Socio de Número de la Asociación Española de Médicos Escritores y Artistas. ASEMEYA.
Historiador de HISTORIA-16.
Académico-Correspondiente del Instituto de Estudios Históricos Bances y Valdés.
-INTRODUCCIÓN-
En el trabajo de hoy me voy a aproximar a otro de los grandiosos compositores de la Música Culta o Académica de todos los tiempos; dentro de la época del Barroco, en el enaltecedor siglo XVIII. Momento histórico que enriquece y explica la evolución que se va a producir hasta la llegada del clasicismo, con Wolfgang Amadeus Mozart (Salzburgo, 27 de enero de 1756-Viena/Innere Stadt, 5 de diciembre de 1791) y Franz Joseph Haydn (Rohrau, 31 de marzo de 1732-Viena, 31 de mayo de 1809), y luego, tras Ludwig van Beethoven (Bonn, 16 de diciembre de 1770-Viena, 26 de marzo de 1827), entrar en el Romanticismo del siglo XIX.
Se trata de Jorge Federico Haendel, quien aunque nacido en la alemana Sajonia se naturalizaría inglés en 1727. Es el gran compositor de la Ópera italiana del Barroco y, sobre todo, de esas obras de contenido religioso o bíblico que son los Oratorios. También compuso multitud de conciertos, sobre todo los dedicados al órgano (verbigracia Opus-6) y orquesta. Era denominado, en Londres, como el Gran Oso Sajón. Sensible, inteligente, caritativo, en suma un ser humano excelente.
I.-GEORG FRIEDRICH HÄNDEL EN ALEMANIA.
En el verano del año 1750, Händel se dirige en barco hacia su patria alemana de nacencia; aunque previamente, el 1 de junio, realiza su testamento, como si tuviese algún tipo de premonición, en este momento es cuando recibe la noticia de la muerte de Johann Sebastian Bach (Eisenach, 31 de marzo de 1685-Leipzig, 28 de julio de 1750).
-JOHANN SEBASTIAN BACH-
No se conoce cuál fue el itinerario que recorrió en la tierra germana, pero probablemente estuvo en la gran ciudad de la coronación de los emperadores del Sacro Romano Imperio Germánico, es decir Aquisgrán-Aachen, y visitaría, como es de rigor, a sus familiares en Sajonia.
Pero lo que si se conoce es que sufrió un importante accidente de carruaje, hecho que es citado en el General Advertiser: «Mr. Handel, que marchó a Alemania para visitar a sus amigos hace ya algún tiempo, y entre La Haya y Haarlem tuvo la desgracia de volcar, de lo que resultó terriblemente herido, ahora está fuera de peligro» (“Haendel”. Christopher Hogwood, pág. 202. Alianza Editorial, 1988).
Todo ello resulta bastante paradójico, ya que sorprende que el maestro sajón no informase de su accidente a su buen amigo Georg Philipp Telemann (Magdeburgo, 14 de marzo de 1681-Hamburgo, 25 de junio de 1767), cuando le escribió el día de Navidad de dicho año.
Como es sabido Jorge Felipe Telemann era un gran aficionado a las plantas, y poseía uno de los mejores jardines alemanes de tulipanes, jacintos y anémonas. Händel seguía dirigiéndose a su amigo en francés y de usted, a pesar del largo tiempo que eran amigos.
«Estaba a punto de salir de La Haya para Londres cuando me fue entregada su más que grata carta por Mr. Passerini. Acabo de tener el tiempo necesario para oír cantar a su esposa…Le doy las gracias por su espléndido trabajo sobre el sistema de intervalos que ha tenido la amabilidad de enviarme; es digno del tiempo y de la molestia que se ha tomado y de sus conocimientos. Le felicito por la perfecta salud de la que disfruta y su edad un tanto avanzada, y le deseo con todo mi corazón toda clase de prosperidades durante muchos años. Si su afición por las plantas exóticas, etc., puede prolongar sus días y mantener su gusto por la vida que le es propia, me ofrezco con gran satisfacción a contribuir de alguna forma. En consecuencia le envío como regalo (“a la dirección incluida”) un cesto de flores, que los expertos me aseguran son muy elegidas y de rareza admirable. Si me han dicho la verdad, tendrá las mejores plantas de toda Inglaterra, y la época del año sigue siendo adecuada para que broten las flores. Usted será el mejor juez para ello…» (Op. Cit., Ch. Hogwood, pág. 203).
-GEORG FRIEDRICH HÄNDEL-
II.-REGRESO A INGLATERRA.
Previamente a todo esta desaguisado, en los albores de dicho año 1750, el conde de Shaftesbury informaba a James Harris que:
«He visto a Handel varias veces desde que vine aquí, y creo que nunca ha estado tan sereno y tan bien. Se comporta con más tranquilidad, y se ha satisfecho a sí mismo con la adquisición de varios cuadros hermosos, particularmente un Rembrandt grande, que es verdaderamente excelente. Apenas hemos hablado de temas musicales, aunque lo suficiente para saber que sus interpretaciones irán incomparablemente» (Op. Cit.; Ch. Hoogwood; pág. 202).
-WOLFGANG AMADEUS MOZART-
El cesto de flores padeció un viaje bastante equívoco. El capitán del barco informó a Händel, sin el más mínimo tacto, que su amigo Telemann había fallecido; aunque tiempo después se vio obligado a corregirse, cuando el propio marino regresó a Inglaterra con un listado de las plantas exóticas que Telemann deseaba que su amigo Händel le pudiese proporcionar y enviar.
En el mes de septiembre del año 1754, Händel explica a su amigo lo afectado e irritado que se sintió cuando creyó que su gran amigo se había muerto, por la torpe información de otros.
«He tenido muchas dificultades para encontrar estas plantas, y recibirá casi todas ellas» (Op. Cit.; Ch. Hogwood, pág. 203).
Cuando regresó al Reino Unido la crítica musical ya escribía que: «¿Hará algo nuevo Mr. Handel la próxima Cuaresma?» (Op. Cit.; Ch. Hogwood; pág. 203).
En este momento ya se están produciendo, en Londres, diversos enfrentamientos de crítica y de opinión entre los pro y los anti hendelianos. Este hecho ya se subraya a priori, y fehacientemente, en la carta del día 3 de diciembre de 1750 que es escrita por la hermana de la pintora Mary Delany (1700-1788), y esposa del reverendo pastor luterano Patrick Delany (1686-1768), ambos grandes amigos de Händel, a Bernard Granville.
«La hermana de Mrs. Delany tenía la impresión de que “seguramente se hará al fin justicia a Theodora, si fuera interpretado de nuevo, pero la mayoría de la gente tiene oídos y ‘no oye’”» (Op. Cit.; Ch. Hogwood; pág. 203).
-FRANZ JOSEPH HAYDN-
Pero, entonces, el compositor realizó una importante serie de reposiciones de algunos de sus Oratorios, verbigracia: Belshazzar-HWV-61 (estrenado el 27 de marzo de 1745) y Esther-HWV-50 (estrenado el 1 de mayo de 1732), hasta Judas Maccabaeus-HWV-63 (estrenado el 1 de abril de 1747), y el Alexander’s Feast-HWV-75 (estrenado el 19 de febrero de 1736). Todo ello supuso una gran sorpresa y regocijo para sus muchos seguidores; ya que G. F. Haendel era muy arriesgado y poco pragmático, y en muy raras ocasiones no ofrecía composiciones nuevas o de estreno.
Durante el verano de 1751, el músico ya perdió la vista totalmente de su ojo izquierdo, aunque siguió tocando el órgano o el clavicémbalo en los entreactos de sus óperas u oratorios. El hecho patológico ya se había manifestado, de forma inequívoca, cuando estaba realizando la composición de su Oratorio Jephtha-HWV-70 (estrenado el 26 de febrero de 1752). Escribe en la propia partitura su desdicha: «Llegué aquí el 13 de febrero de 1751 incapaz de continuar debido a una debilidad de la vista de mi ojo izquierdo. El 23 de este mes reanudé el trabajo mucho mejor» (Op. Cit.; Ch. Hogwood; pág. 204).
Haendel decidió, entonces, ir a tomar las aguas a los balnearios de Bath y de Cheltenham, pero los remedios acuíferos no mejoraron, en ninguna circunstancia, su delicada visión.
«Con ello no logró mejorar su visión, y una consulta con Samuel Sharp en el Hospital Guy produjo un diagnóstico de ‘gutta serena’ –no se trata necesariamente de cataratas, puesto que el término era utilizado para cualquier forma de ceguera que no presentara signos externos de la enfermedad. A pesar del deterioro visual también en el ojo derecho, Haendel pudo ofrecer la primera interpretación de Jephtha en la temporada de Cuaresma de 1752. Galli, Frasi y John Beard figuraron entre los cantantes, e ingresó 600 libras en el banco tras el estreno. Cuando Mrs. Delany oyó la obra por primera vez en abril de 1756 se dio cuenta de que era “muy hermosa… pero muy diferente a cualquiera de las otras”» (Op. Cit.; Ch. Hogwood; pág. 204).
El libretista Thomas Morell reconoció que era su Oratorio preferido, ya que fue su autor; y lo calificará como poseedor de la música más profunda e introspectiva de todo lo que había compuesto hasta ese momento, G. F. Händel (Halle, 23 de febrero de 1685-Londres, 14 de abril de 1759).
«Cuando Handel estaba ciego, asistiendo a una interpretación del oratorio Jephtha, Mr. (William) Savage, mi maestro, que estaba sentado a su lado, dijo, “Este movimiento, señor, me recuerda algo la música del viejo Purcell”. “Oh, demonio”, dijo Handel, “si Purcell viviera, habría compuesto música mejor que ésta”» (Op. Cit.; CH. Hogwood; pág. 206; Apud R. J. S. Stevens, 1775).
-GEORG FRIEDRICH HÄNDEL-
En este texto se observa la humildad de Haendel, al referirse, con tanto respeto, a Henry Purcell (Westminster/Londres, 10 de septiembre de 1659-Marsham Street/Londres, 21 de noviembre de 1695. “Aquí yace el honorable Henry Purcell, quien dejó esta vida y ha ido a ese único lugar bendito donde su armonía puede ser superada”).
Su inevitable ceguera le produjo un muy importante Síndrome Ansioso-Depresivo, con una palpable ciclotimia.
III.-CIRUGÍA OCULAR.
«Acudió de nuevo a un especialista y en algún momento alrededor de noviembre fue ‘hundido’ por William Bromfield, un cirujano de los Hospitales de San Jorge y de Loch, cuando, según el General Advertiser “se habían puesto todas las esperanzas imaginables en el éxito de la operación”. El procedimiento, que tuvo gran porcentaje de éxitos en el siglo XVIII, implicaba la perforación de la córnea con una aguja o espina de punta afilada y curva, y la manipulación o ‘hundimiento’ de la materia opaca por debajo del nivel de la pupila. Una autoridad actual la describe como ‘relativamente indolora’. Haendel debió tener algún alivio, ya que el Cambridge Chronicle informó que “Mr. Handel ha recuperado tanto la vista que ya puede salir”. Pero la curación fue temporal, y el 27 de enero el público de Londres leyó: “Finalmente, Mr. Handel, desgraciadamente, ha perdido la vista casi por completo. Después de haber sido intervenido hace algún tiempo, veía tan bien que sus amigos se felicitaron a sí mismos por que hubiera recuperado la vista; pero a los pocos días se ha puesto fin a sus esperanzas”» (Op. Cit.; Ch. Hogwood; pág. 206).
-JOHANN CHRISTOPH SCHMIDT-
Hasta tal punto está ciego, que en marzo de 1753 Lady Shaftesbury escribió con total tristeza y desesperanza que: «Mi constancia por el pobre Handel es mejor que…mi indolencia, y el pasado viernes fui a ‘Alexander’s Feast’; pero fue una satisfacción muy melancólica, puesto que lloré lágrimas de pena al ver al grande aunque infeliz Handel, afligido, pálido y sombrío sentado al lado, sin tocar, del clavicordio, y al pensar cómo ha gastado su luz en ‘estar superocupado a favor de la música’. Lamenté que el público fuera tan insípido y sin gusto (podría añadir que despiadado) al no dar al pobre hombre el consuelo del aplauso; pero la afectación y la presunción no pueden discernir o comprender el mérito» (Op. Cit.; Ch. Hogwood; pág. 207).
A partir de ahora seguirá tocando sus conciertos para órgano y orquesta en los entreactos de sus Oratorios; pero, el hecho patológico, producirá un gran dolor entre sus seguidores cuando observen como debe ser conducido hasta el instrumento, y luego debe ser situado de cara al público para que puedan verle de visu.
-JOHANN CHRISTOPHER PEPUSCH-
Charles Burney (Shrewsbury, 7 de abril de 1726-Londres, 12 de abril de 1814), compositor, musicólogo, organista y clavecinista inglés escribe: «Durante la temporada de oratorio, me han dicho que practicaba casi incesantemente; y, verdaderamente, así debería ser, o su memoria tenía una retentiva nada frecuente; porque, después de quedarse ciego, tocaba varios de sus ‘viejos’ conciertos para órgano, que debían haber quedado impresos en su memoria por la práctica. No obstante, se inclinaba más bien por confiar en sus poderes de invención que en sus recuerdos; porque tras interpretar la orquesta sólo el esqueleto, o los ritornelos de cada movimiento, él tocaba todas las partes a solo, improvisando, mientras que los otros instrumentos le dejaban, ‘ad libitum’; esperando la señal de un trino, antes de tocar los fragmentos de la sinfonía (tutti) como estaban escritos en sus partituras» (Op. Cit.; Ch. Hogwood; pág. 207).
Pero la valentía ante los avatares de la vida, y la energía del músico alemán, que como es sabido ya hacía años que se había naturalizado como ciudadano inglés, conllevarán que siga supervisando las temporadas de estreno y de representación de sus Oratorios, hasta el fin de sus días.
La epístola del conde de Shaftesbury, del 8 de febrero de 1757, deja bien claro que sigue siendo el propio Händel, y no su ayudante y asimismo compositor Johann Christopher Schmidt (Ansbach, 1712-Bath/Somerset, 3 de octubre de 1795), el que se está encargando de introducir música de nuevo cuño en sus Oratorios. J. Ch. Schmidt fue alumno del propio Händel y, también, de Johann Christoph Pepusch (Berlín, 1667-Londres, 20 de julio de 1752).
-ARCANGELO CORELLI-
«Mr. Handel está mejor de lo que ha estado algunos años y comprueba que puede componer coros así como otras músicas para su satisfacción (y en consecuencia para la de los oyentes). Su memoria se ha fortalecido últimamente hasta un grado asombroso» (Op. Cit.; Ch. Hogwood; pág. 208).
El magnate escribe otra misiva, 31 de diciembre de 1757, en este caso a la cantante Cassandra Frederick: «El otro día vi a Mr. Handel, que se encuentra muy bien y acaba de terminar de componer varias nuevas canciones para Federica su nueva cantante, en la que tiene grandes esperanzas. Se trata de la muchacha que fue elogiada hace algunos años por tocar el clavicordio a los ocho» (Op. Cit.; Ch. Hogwood; pág. 208). Aunque esas nuevas Arias son ya composiciones vetustas del maestro, y no novedosas y delicadas sensu stricto.
IV.-LOS ORATORIOS.
La ópera italiana lo arrastra todo, con su fuerza narrativa y musical, y los Oratorios están de capa caída; y únicamente el Messiah-HWV-56(estrenado en Dublín, el 13 de abril de 1742), interpretado en dos ocasiones en 1756; “y enmendó la falta de público en sus otros oratorios” (Op. Cit.; Ch. Hogwood; pág. 209), que el texto se refiere a: Judas Macabeo-HWV-73; Israel en Egipto-HWV-54, y Joseph and his Brethren-HWV-59. No obstante, en el resto de Europa, los Oratorios hendelianos constituían lo más esencial de la música del compositor alemán.
En el mes de diciembre de 1753, los administradores de la Sociedad Musical de Edimburgo se dirigieron al compositor para solicitarle, sin ambages:
«Una copia de los recitativos y coros de algunos de sus oratorios, que no se atreverían a pedirle de no estar informados de que ha enviado tales copias a otras Sociedades que las han solicitado. Los intérpretes de nuestra Sociedad se han visto limitados hasta la fecha a composiciones de Corelli, Geminiani y Mr. Handel. Ya contamos con la mayoría de sus Oratorios y otras obras que están editadas, y tenemos especialmente todos los recitativos y canciones del Mesías excepto una titulada (Qué hermosos son los pies de los que predican el Evangelio de la paz y traen gozosas corrientes de buenas cosas) y en consecuencia podríamos lograr su orden a Mr. Smith para que nos copie esa canción y el coro de ese oratorio sacro y el recitativo y coros de cualquier otra de sus obras. Le agradeceremos siempre el favor y con placer compensaremos a Mr. Smith a su satisfacción…» (Op. Cit.; Ch. Hogwood; pág. 209).
-GEORG PHILIPP TELEMANN-
Esos compositores citados en el texto forman parte de la pléyade importante de músicos del barroco. Arcangelo Corelli (Fusignano, 17 de febrero de 1653-Roma, 8 de enero de 1713. Compraba diferentes cuadros, de pintores prestigiosos, que nunca pagaba), Francesco Geminiani (Lucca, 5 de diciembre de 1687-Dublín, 17 de septiembre de 1762).
En la época del barroco, sobre todo ya en el siglo XVIII, donde los músicos tienen la convicción, y la defienden, de que han dejado de ser siervos, y el poder disponer del material físico de sus obras era lo que equivalía a la protección de los derechos de autor.
Georg Friedrich Händel y sus copistas mantuvieron una gran biblioteca de partes de las partituras de sus obras en alquiler, y un archivo preciso de sus manuscritos desde los primeros años compositivos de G. F. Händel; este material musical sería utilizado con profusión en las reposiciones posteriores de las obras de que se tratase. Verbigracia la ópera Admeto, re di Tesalia-HWV-22, que estrenada en el Teatro del Rey en Londres en 1727, sería repuesta el 12 de marzo de 1754, con el material prestado por el propio compositor o por su entorno; parece ser que la Ópera londinense fue la entidad que se quedó con el manuscrito.
-FRANCESCO GEMINIANI-
En otras ocasiones, el compositor estuvo mucho más avispado, y del resto de sus óperas compuestas en Inglaterra existen todas las partituras, lo que deja bien claro el control riguroso, y sumamente escrupuloso, que Händel demostraba en la administración de toda su operística.
En esta ocasión, y nuevamente, el compositor dejo constancia fehaciente de su comportamiento ético y caritativo.
«Haendel donó incluso una partitura antes de su muerte. Para asegurar que el Hospicio pudiera continuar con el beneficio anual con el Messiah después de su muerte, Haendel le dejó ‘una copia limpia de la partitura y de las partes’ en un codicilo de su testamento. Este material aún se conserva en la Thomas Coram Foundation, y aunque copiado después de la muerte de Haendel, aporta importantes datos sobre las condiciones de la interpretación en las que confiaba en la década de 1750. La división de las partes de los solistas permite cinco cantantes (dos sopranos) en lugar del habitual cuarteto, y sus partes indican que también cantaban con el coro. Comparándolo con las cuentas detalladas de los pagos hechos a todos los intérpretes, los recursos vocales e instrumentales de Haendel pueden ser reconstruidos con cierta exactitud» (Op. Cit., Ch. Hogwood; pág. 210).
V.-EL CIRUJANO OFTALMOLÓGICO JOHN TAYLOR.
Será en este momento de la historia, cuando parece ser que el peripatético caballero oculista John Taylor se atrevió a operarle.
«He visto una vasta variedad de animales singulares, como dromedarios, camellos, etc., y particularmente en Leipsick, donde un conocido maestro de músico, que ya había llegado a los ochenta y ocho años, recibió la vista de mis manos; se trata del mismo hombre que fue el primero en educar a Handel, y con el que, en una ocasión pensé haber alcanzado el mismo éxito, por tener todas las circunstancias a su favor, movimientos de la pupila, luz, etc., pero al correr la cortina, encontramos la deficiencia de fondo, de una enfermedad de parálisis» (Op. Cit., Ch. Hogwood; pág. 210).
-HENRY PURCELL-
Este sujeto, charlatán y fullero por antonomasia, que tenía tan poca ética como algunos otros médicos a lo largo de la Historia, ya había tenido el atrevimiento quirúrgico desastroso de dejar ciego a Johann Sebastian Bach. En este caso, Taylor no solo no cura, tampoco, la vista de Händel, sino que ese desahogado oftalmólogo consigue que la salud general del músico se deteriore enormemente, perdiendo hasta el apetito.
- F. Händel poseía un fenotipo vigoroso y corpulento; comía de forma insaciable y exquisitamente. Sir John Hawkins, a posteriori y ya en el año 1776, cuando Händel ya había pasado a mejor vida, describe el físico del compositor sajón:
«Era un hombre de gran altura y muy corpulento. Su caminar, siempre a paso lento, era poco agraciado y tenía una especie de movimiento como meciéndose, que distingue a aquellos que tienen las piernas torcidas. Su rostro estaba finamente marcado, y el aspecto general de su gesto era plácido, desprendiendo dignidad atemperada con bondad, y todas las cualidades del corazón que muestran tendencia a despertar confianza y a asegurar la estima. Pocos de los retratos que se le han hecho se acercan a un parecido tolerable, excepto uno pintado en el extranjero: en la impresión de él que hizo Houbraken, los rasgos son demasiado prominentes y en la media tinta de Hudson hay una dureza en su aspecto a la que su rostro era ajeno; el mayor parecido está en la estatua de su monumento, y en ella se refleja su fisonomía» (Op. Cit.; Ch. Hogwood; pág. 211).
VI.-EL FINAL SE ACERCA.
El 11 de marzo de 1759, el músico ya no pudo ir al balneario de Bath, porque no se encontraba en las mínimas condiciones físicas adecuadas; aunque sí tuvo fuerzas suficientes como para redactar y firmar, ante un notario, el postrero de los cuatro codicilos de su testamento. Incluso dejó un fondo de 1.000 libras esterlinas para la denominada Sociedad de Apoyo a los Músicos Arruinados y a sus Familias.
«Doy a cada una de mis doncellas un salario de un año por encima de lo que se les deba» (Op. Cit.; Ch. Hogwood; pág. 212). Aunque siempre había deseado que su muerte le llegase en un Viernes Santo, «con la esperanza de reunirme con mi dulce Señor y Salvador, el día de Su Resurrección» (Haendel. Émile Damais. Espasa-Calpe, 1974; pág. 85).
VII.-CONSUMATUM EST.
No obstante, Georg Friedrich Händel no tendrá suerte en conseguir cumplir su deseo, ya que fallecerá el 14 de abril de 1759, que es Sábado Santo, por la mañana.
El 17 de abril de 1759, James Smyth, perfumista londinense y amigo de Händel, escribió una misiva a Bernard Granville, amigo íntimo y coleccionista de música, un análisis de quien era el compositor fallecido, y lo que había representado para esa época del mundo de la música culta:
«Conforme a lo que me pidió cuando marchó de Londres, que le dijera cuándo nuestro buen amigo abandonaba esta vida, el ‘pasado sábado, a las 8 de la mañana, murió el grande y bueno Mr. Handel’. Estuvo consciente hasta el último momento; dictó un codicilo a su testamento el martes, ordenó que fuera enterrado privadamente en la Abadía de Westminster, y un monumento que no excediera de 600 libras para él. Tuve la satisfacción de reconciliarle con sus viejos amigos; los vio y los perdonó, y dejó todos sus legados como estaban. En el codicilo dejó muchos legados a sus amigos, y entre los restantes me dejó 500 libras, y a usted le ha dejado dos cuadros que ‘usted le dio antes a él’. Se despidió de todos sus amigos el viernes por la mañana y manifestó que no deseaba ver a nadie salvo al doctor y al farmacéutico y a mí. A las 7 de la tarde se despidió de mí, y me dijo “nos encontraremos de nuevo”; tan pronto como salí le dijo a su criado “no le deje que venga más, porque ‘ya ha hecho lo que debía’”. Murió como había vivido –como un buen cristiano, con un auténtico sentido de sus deberes para con Dios y con el hombre-, y con perfecta caridad con todo el mundo» (Op. Cit.; Ch. Hogwood; pág. 212).
-WILLIAM CROFT-
En la tarde del 20 de abril de dicho año, G. F. Händel fue enterrado en la Cruz Sur de la mencionada Abadía de Westminster, “se calcula que no había menos de 3000 personas presentes”, la información proviene del periódico London Evening Post,del 24 de abril.
El lugar del cenotafio del compositor sería llenado 110 años después por el escritor Charles Dickens (Landport/Portsmouth, 7 de febrero de 1812-Gads Hill Place, 9 de junio de 1870). «Enterraron a Dickens en la misma tumba contigua, mejilla con mejilla con Handel. No importa, pero me duele pensar que gentes que pudieron hacer esto pudieron llegar a ser Deanes de Westminster» (Op. Cit.; Ch. Hogwood; pág. 213; apud Samuel Butler, Notebooks, 1874-1902).
El 21 de abril de 1759, en el Universal Chronicle se publicó un más que elegante epitafio: «Bajo este lugar/ están depositados los restos de/ George Frederick Handel./ El músico más admirable/surgido en cualquier época;/cuyas composiciones fueron un/lenguaje sentimental/más que simples sonidos;/y superaron la fuerza de las palabras/al expresar las distintas pasiones/del corazón humano» (Op. Cit.; Ch. Hogwood; pág. 213).
El texto elegido para su funeral fue un Funeral Anthem del organista-compositor de la Capilla Real, William Croft (Ettington, 30 de diciembre de 1678-Bath, 14 de agosto de 1727).
En el año 1762, el escultor Louis-François Roubiliac (31 de agosto de 1702-11 de enero de 1762), realizó un monumento conmemorativo, con versos del poeta-filósofo-músico Torcuato Severino Boecio (¿?-23 de octubre de 524), que reza: “TELLUS SUPERATA, SIDERA DONAT. O, MODELANDO LA MATERIA, CREA ESTRELLAS”.
-OBRA ESCOGIDA:
-GIULIO CESARE IN EGITTO. HWV-17. Ópera en tres actos.
Esta Ópera es magnífica, muy elegante, y con magisterio. Algunas de sus arias se han convertido ya en Arias de Concierto, y la obra ya ha llegado a los escenarios alemanes y del resto de Europa. Sus escenas son muy bellas, destacando varias de sus Arias y de sus Coros con un empaque fuera de serie.
Los datos históricos corresponden a los años 48-47 a.C. narrados en la obra LASVIDAS de Plutarco de Queronea (Queronea, c. 46 o 50-Delfos, c. 120. Historiador. Moralista. Filósofo y Biógrafo).
Los Recitativos y las Arias se alternan sin solución de continuidad, tras un Preludio orquestal. La orquestación de la obra nos ofrece una paleta instrumental de una enorme riqueza, ya que emplea hasta dos trompas de diferente tonalidad, además de flautas de pico y traveseras, fagotes, violines, violas, tiorba, viola da gamba, oboes, y el clavecín como bajo continuo.
La obra fue escrita para una cantante-soprano llamada Francesca Cuzzoni, como Cleopatra (Parma, 2 de abril de 1696-Bolonia, 19 de junio de 1778). «Que había logrado tener a todo Londres a sus pies, aunque fuera, como se dice, fea, baja, vulgar y sin talento dramático».
Además intervinieron en el estreno: Margherita Durastanti-Soprano-Sexto Pompeyo; Francesco Bernardi“Senesino”-Castrato-Contralto-JulioCésar; Gaetano Berenstadt-Castrato-Contralto-Ptolomeo; Anastasia Robinson-Contralto (Cornelia); Giuseppe Boschi-Barítono (Aquilas).
Deseo destacar, dentro de una pléyade de música inconmensurable, algunas de sus Arias y Coros, fuera de todo parangón:
-TU LA MIA STELLA SEI.-DALL’ONDOSO PERIGLIO. -SON NATA A LAGRIMAR.-V’ADORO PUPILLE. -PIANGERÒ LA SORTE MIA. -PRIVA SON D’OGNI CONFORTO. -NON HA PIU. -ALL LAMPO DEL’ARMI. -VENERE BELLA.-L’EMPIO, SLEALE, INDEGNO. -MUORA, MUORA, CESARE, MUORA. -VA TACITO E NASCOSTO. El Aria cumbre de la obra. y-RITORNA OMAI. Un Coro muy ilustrativo.
1º)-Jennifer Larmore; Barbara Schlick; Concerto Köln; Rene Jacobs. 1991.
2º)-Walter Berry; Christa Ludwig; Philharmonic Orchestra Munich; Ferdinand Leitner. 1965.
3º)-Marijana Mijanovic; Magdalena Kozena; Les Musiciens du Louvre; Marc Minkowski. 2003.
4º)-Janet Baker; Valerie Masterson; English National Opera Orchestra; Charles Mackerras. 1984.
5º)-Beverly Sills; Norman Treigle; New York City Opera Orchestra; Julius Rudel. 1967.
6º)-Dietrich Fischer-Dieskau; Tatiana Troyanos; Münchener Bach Orchester; Karl Richter. 1970.
-Ópera en tres actos. Según un libreto de Nicola Francesco Haym (Roma, 6 de julio de 1678-Londres, 31 de julio de 1729) para la Royal Academy of Music. Estrenada el 20 de febrero de 1724, en el Teatro de la Reina de Haymarket-Londres.
-CENOTAFIO DE HÄNDEL DE L. F. ROUBILIAC-
-BIBLIOGRAFÍA SOBRE GEORG FRIEDRICH HÄNDEL-
-Friedenthal, R. (1959/1983): HÄNDEL. Rowohlt.
-Basso, A. (1983): STORIA DELLA MUSICA. L’ETÁ DI BACH E DI HAENDEL. EDT.
-Hogwood, C. (1984/1988): HAENDEL. Alianza Música.
-Damais, E. (1974): HAENDEL.Espasa-Calpe.
-CURRICULUM VITAE-
Del Instituto de Estudios Zamoranos “Florián de Ocampo”. (CSIC).
Del Ateneo de Valladolid (Creación año-1872).
Del Instituto de Estudios Gerundenses (CSIC).
De la Real Sociedad Arqueológica Tarraconense (CSIC).
Del Círculo Cultural Péndulo de Baza (UNESCO).
Del Centro de Estudios Históricos de Granada y su Reino (CSIC).
Del Centro de Estudios Benaventanos “Ledo del Pozo” (CSIC).
Del Centro de Estudios Fenicios y Púnicos (CSIC).
Del Centro de Estudios Históricos Jerezanos (CSIC).
Del Ateneo Jovellanos (Creación año-1953).
De la Sociedad Española de Estudios Clásicos (CSIC).
De la Asociación Hispania Nostra.
Asesor de la Asociación Cultural Reinos de España (FEAH).
Del Instituto de Estudios Bercianos (CECEL/CSIC).
De la Sociedad Española de Estudios Medievales (CSIC).
211 Trabajos de HISTORIA publicados.
36 Biografías de Músicos de Música Académica publicadas.
105 Conferencias impartidas sobre Historia.
-LIBROS PUBLICADOS-
1.-EL GRAN REY ALFONSO VIII DE CASTILLA, “EL DE LAS NAVAS DE TOLOSA”. Editorial Alderabán/Alfonsípolis. 2012. Cuenca.
2.-BREVE HISTORIA DE FERNANDO “EL CATÓLICO”. Editorial Nowtilus. 2013. Madrid.
3.-EL REY ALFONSO X “EL SABIO” DE LEÓN Y DE CASTILLA. SU VIDA Y SU ÉPOCA. Editorial El Lobo Sapiens/El Forastero. 2017. León.
4.-EL REY ALFONSO VII “EL EMPERADOR” DE LEÓN. Editorial Cultural Norte. 2018. León.
5.-URRACA I DE LEÓN. PRIMERA REINA Y EMPERATRIZ DE EUROPA. Editorial El Lobo Sapiens/El Forastero. 2020. León.
6.-EL REY RAMIRO II “EL GRANDE” DE LEÓN. EL “INVICTO” DE SIMANCAS. Editorial Alderabán/Alfonsípolis. 2021. Cuenca.
7.-LA BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA. UN MITO HISTÓRICO. Editorial Cultural Norte. 2021. León.