En estos días se cumple el 51º aniversario del hallazgo de la Dama de Baza (Siglo IV antes de Cristo) en julio de 1971 en el bastetano Cerro del Santuario. Una de las más importantes muestras del arte ibero a nivel mundial, fue sacada de las entrañas de la tierra dos mil quinientos años después de que fuera dada a ella, en una magnífica ceremonia funeraria en honor de una gran guerrera de la antigua Basti. Pero, en lugar de permanecer en su tierra de origen, la Dama fue víctima de un expolio legal por parte de las autoridades franquistas: su “ordeno y mando” inapelable obligó a llevarla al Museo Arqueológico Nacional de Madrid, donde permanece medio siglo después. Ni las continuas reivindicaciones sociales ante el Gobierno central, ni las peticiones políticas, ni las obras e infraestructuras encaminadas a tal fin (en los yacimientos de Basti, el Museo Arqueológico Municipal,…) han logrado revertir el injusto expolio. La Dama de Baza es un claro ejemplo, todo un símbolo, de lo ocurrido en las comarcas de una España vaciada, ninguneada y maltratada por parte de los poderes públicos: igual con el tren, que con servicios públicos e inversiones presupuestarias, o con figuras icónicas como la Dama, se siguen “vaciando” los territorios más alejados de los centros de poder político-económico, se nos sigue quitando recursos propios en favor de las grandes capitales, perpetuando las desigualdades territoriales y la despoblación. Una situación injusta e insostenible que urge revertir, y más en el contexto actual de crisis. Las comarcas vaciadas no queremos limosna sino ganar nuestro propio destino, queremos volver a tener VIDA y esto pasa por recuperar los recursos que nos arrebataron, los recursos que nos siguen arrebatando.
Como no hay mal que cien años dure, cuenta la leyenda que la Dama de Baza retornará con la vuelta del tren… Hoy igual que ayer y mañana, “La Dama “pa” Baza”