Zapatero es un dios que se ha acomodado en un pedestal desde donde hace un uso banal de los amigos asociado a una manifiesta incapacidad de comprender que la esencia de la política es precisamente la estratégica distinción entre amigo y enemigo.
Zapatero está rodeado en la cúspide de su régimen por antiguos personajes históricos y curtidos del socialismo español, socialistas de “pata negra” , a los que ha tenido la habilidad de domesticar o instrumentalizar como Felipe González, Alfonso Guerra, Rubalcaba, Javier Solana, José Bono o Raúl Morodo, aunque ellos se resistan a admitirlo, a los que ha sumado en la actualidad otros más recientes y sumisos, Blanco, Sebastián, Fernández de la Vega, Corbacho, Carmen Chacón, el clan Pajiniano, la profesora de sexualidad Aido, etc.
Así se ha convertido en el operador político que todo lo controla mientras sus “barones” aparecen como meros peones dispuestos estratégicamente en un tablero de ajedrez donde son los encargados de obedecer los movimientos para los que están situados, “dar la cara en el día a día”, más aun, al que se equivoca de casilla, le da puerta sin justificación o un simple “por necesidades de servicio”.
Para mí, toda su actuación política es una comedia magistralmente interpretada por él mismo pero que deja de ser una simple comedia para vivirla intensamente necesitando continuamente del aplauso, del reconocimiento y de la pleitesía de todo el que se le acerca. Indagando sobre el personaje puedo intuir que la clave para comprender la personalidad de Zapatero, más que un ataque de ego de una noche de verano, sea su infancia infeliz, o su frustración por no ser admitido en una clase social y política a la que le hubiera gustado pertenecer. El complejo de penene marca lo suyo. Para el colmo, su mentor en la universidad de León era un catedrático de querencia comunista especializado en algo tan exótico y contradictorio como el Constitucionalismo Soviético, así que el daño causado es irreparable e irreversible.
Un líder que ha sabido llegar al poder sin tener el menor curriculum, por su telegénica cara bonita ,la sonrisa y los ojos claros, esa caída de cejas y la fascinación irracional que consiguió en sus votantes aderezado gracias a una lotería macabra que todos deseamos olvidar.
Entre los hechos mas característicos de su mandato que hemos ido presenciando independientemente de la mentira, el despilfarro, la promesa incumplida, ha sido una mutación del socialismo del puño y la rosa al socialismo salsa rosa, con una peculiar alianza de civilizaciones (moros, turcos y palestinos, católicos abortistas y anticlericales, masones, feministas, gays genéricos, ex comunistas y ex falangistas…), que no ha servido absolutamente para nada salvo gastar los euros que no tenemos y salir en le foto. En resumen nos lleva por un izquierdismo infantil (de voz ahuecada y retórica sin substancia) asociado a un sindicalismo anacrónico y de semejanza gansteril.
Hoy es el Presidente de turno de la UE, hemos tenido suerte, hasta ahora no nos han echado y podían haberlo hecho, solo nos queda un mes, pero como Presidente que no se achica ante su terquedad, les ha dado ejemplo de cómo ha sabido batir todos los records de incompetencia en nuestro país al que ha llevado a unos niveles de desempleo, déficit y deuda pública nunca vistos en nuestra historia reciente, para lo cual somos líderes en Europa, con una crisis que era de esperar y negaba hasta tener que intervenir los grandes de Europa y castigarnos. “Zapatero o actúas y lo pasas mal”. Ahora estamos penalizados haciendo la tarea y fuera de los que toman decisiones en la UE. La política de gestos y poses para las cámaras ya se ha agotado -aunque siempre contará con el incienso de los medios progres y de ciertos segmentos de población cautiva-.
Al final de la comedia, la sonrisa de Zapatero se ha petrificado en una mueca siniestra, y la retórica vacía ya sólo produce bostezos.