La oposición a la intervención de EE.UU. en Irak ha comenzado a cobrar fuerza, mientras las encuestas revelan que el rechazo a dicho conflicto ha mellado la popularidad del presidente George W. Bush. El viernes el propio Bush se encontró, de forma imprevista, con una protesta contra la guerra de Irak en las cercanías de su rancho en Crawford (Texas), donde pasa las vacaciones de verano.
Hace una semana que un centenar de personas cumple una vigilia en una zona próxima, que ha cubierto con cruces blancas.
Cada una de las cruces tiene escrito en negro el nombre de algunos de los casi 1.850 soldados estadounidenses que han muerto durante el conflicto en Irak desde marzo de 2003.
Bush pasó por el lugar en un vehículo todo terreno cuando se dirigía a recaudar fondos para el Partido Republicano.
En ese momento, Cindy Sheehan, cuyo hijo murió en combate el 4 de abril de 2004, cinco días después de haber llegado a Irak, levantó una pancarta con la pregunta: "por qué se reúne con donantes (de fondos) y no conmigo?".
Otras decían "Irak significa Vietnam en árabe", "Traerlos de vuelta" y "Uniros a Cindy".
A la vigilia se sumó el viernes Tammara Rosenleaf, esposa del soldado Sean Hefflin, un especialista del Ejército de EE.UU..
En una conversación con los periodistas, Rosenleaf respondió a los sectores sociales y políticos que han criticado la vigilia por considerarla una traición a los soldados que luchan en Irak.
"Podemos estar orgullosos de nuestros militares y al mismo tiempo sentir vergüenza por nuestro Gobierno", manifestó la mujer, cuyo esposo ha recibido la orden de prepararse para partir a Irak en los próximos meses, según dijo.
Bush se refirió el jueves a la protesta encabezada por Cindy Sheehan y señaló que la entiende y siente su dolor.
"Comprendo a la señora Sheehan. Tiene todo el derecho a manifestar su opinión", manifestó.
Bush aseguró que ha pensado "largo y tendido" sobre la petición de la mujer de retirar a las tropas de Irak, y reiteró que una medida de ese tipo sería negativa y una manifestación de debilidad ante el terrorismo.
El presidente ha insistido en esa posición pese a las críticas de algunos sectores del legislativo contra la guerra y a las encuestas que revelan un reciente rechazo al conflicto.
El último sondeo Gallup encargado por la cadena de televisión CNN y el diario USA Today señaló que un 51% de la población está insatisfecho con la gestión del presidente y sólo un 45% aprueba su trabajo.
La CNN señaló que esa caída de la popularidad de Bush, que ha sido sostenida en los últimos meses, está directamente vinculada a la guerra en Irak.
El sondeo indicó que un 56% de los encuestados piensa que la situación ha empeorado en Irak, en tanto que un 43% opinó que los problemas son menores.
Además, un 57% dijo que la guerra no ha logrado que EE.UU. sea un país más seguro ante la amenaza del terrorismo.
Pese a la violencia y las presiones para una reducción de tropas, Bush dijo una vez más esta semana que no cambiará su política.
En una conversación con periodistas, el presidente descartó una retirada de las tropas estadounidenses de Irak porque, según explicó, sería una señal "terrible" para los terroristas y una "traición" para los Iraquíes.
"Le diría a los Zarqaui (en referencia al terrorista jordano Abu Musab al Zarqaui, líder de Al Qaeda en Irak) y a los terroristas del mundo que matan a gente inocente que EE.UU. es débil", dijo.