La ciudadanía está situada en un asiento pasivo desde donde cuesta trabajo percibir la realidad, en la mayoría de las veces por desconocimiento de los mecanismos, la ciudadanía asume los hechos con una ingenuidad que es bien aprovechada por el político. La toma de decisiones del gobierno, en este caso del local, debe regirse por la Constitución, y descendiendo hasta las normativas locales, pero aunque no aparezca explícito también debe hacerse por el sentido común.
Solamente encuentro justificación para las actuaciones de nuestro Alcalde basándome en dos cuestiones: la ausencia de sentido común o el interés particular, y no podría precisar cuál me parece más “delicada”. Casualmente detrás de cada una de las actuaciones urbanísticas más criticadas encontramos una torpeza política o una trama especulativa que al tercer exponente conecta con alguna empresa ligada a Gabriel Amat.
Nos podemos retrotraer a la fecha que queramos, por ejemplo: cuando Gabriel Amat construyó los invernaderos en pleno Paraje Natural Punta Entinas-Sabinar (¿torpeza o interés?), cuando se construyó el Centro Comercial Gran Plaza, con lo que ello ha supuesto para el comercio tradicional de Roquetas y sin autorización de la Junta de Andalucía (¿torpeza o interés?), determinadas obras de infraestructura o el Teatro Auditorio con sus correspondientes proyectos modificados, siempre adjudicados a la misma empresa constructora ¿torpeza o interés?) o el último tema de los acantilados de Aguadulce, por sentido común no deberían haberse autorizado pero si por interés, cuando su entrada en el PGOU se hubiese pactado hace tres compra-ventas.
Ahora tenemos temas que igualmente nos suenan a conveniencia en vez de a sentido común o bien ciudadano, como suele justificar Gabriel. ¿A quién se le ha preguntado si queremos dos torres de 30 plantas en la Avda. Juan Carlos I, a quién se le ha preguntado si queremos que nos priven de una zona de esparcimiento y equipamiento deportivo tan importante como el Campo de los Bajos, y en pleno centro? ¿No será una nueva maniobra especulativa el convenio urbanístico que financie la Ciudad Deportiva? Pues muy claro no lo veo, y las cosas no tienen porqué ser como nos la pintan hay que irse al archivo y rescatar del programa electoral del PSOE el proyecto de desarrollo presentado para la Avda. Juan Carlos I, encauzamiento de la rambla, una zona deportiva, parques y zonas verdes, el Colegio Las Salinas, un parking subterráneo, un recinto ferial permanente donde se ubique igualmente el mercadillo semanal, y por supuesto una línea de construcción a la avenida siguiendo las alturas ya establecidas, 6 plantas. Si esto se puede hacer y entra dentro lo que llamaríamos un crecimiento sostenible, calidad de vida y sentido común a la hora de diseñar una ciudad, ¿porqué se empeña Gabriel Amat en amenazar a los ciudadanos con dos monstruosidades de edificación que no benefician a nadie, ¿o acaso si benefician a alguien, y dejaría de ser falta de sentido común para convertirse en interés particular?.
Mi llamamiento a los ciudadanos no es otro que el del criterio, que no nos den por hecho definitivo y único lo que nos presenten, que aún dentro de la legalidad, hay muchas formas de dirigir un gobierno local, y el bien ciudadano y los intereses partidistas están seriamente reñidos, y lo estamos comprobando día a día, abogar por el sentido común a la hora de gobernar nos beneficiará a nosotros y a nuestros hijos o generaciones venideras, porque crearemos ciudades habitables y de futuro.