Les amenizo la tarde con un precioso cuento, fruto de una realidad social, en la que trato de destacar el siguiente hecho;
Tanto la sobreprotección como la desprotección son extremos no deseables en nuestra sociedad.
Espero que les guste
Feliz Domingo.
Erase que se era,
Un niño gordote,
no se relacionaba con niños de su edad.
Sus padres,
Circunstancias de la vida Mucho trabajo y Escaso tiempo, así que
tendían a sobreprotegerlo.
Nuestro niño, iba al colegio pero, tenía muchas dificultades a la hora de relacionarse con los demás.
Todas las miradas se posaban en su ropa, sus gestos, su conducta y era brutalmente juzgado.
Objeto de bromas más o menos malintencionadas.
Nuestro amigo, llegaba a casa derrotado, apenas sin saludar, se encerraba en su cuarto, cerraba la puerta y veía las horas pasar jugando a vídeo juegos, con los cascos puestos, ensimismado.
Ira y Dolor
Este niño fue creciendo, configurándose su identidad.
Un buen día, conoció a Manuel.
Eran dos lobos solitarios.
Logró algo de Paz en su interior.
Buen bálsamo para cicatrizar heridas.
Sus padres, trataban de hacerle la vida lo más sencilla posible,
como contraportada de esta historia,
no se enfrentaba a los problemas cotidianos propios de su edad.
Encorsetado. Ira.
¿Qué sucedió?
Que los padres fallecieron y a los 50,
quedó huérfano.
Carecía de habilidades sociales para relacionarse con su entorno.
Lleno de frustración,
Miembro de pleno derecho
SOCIAL.