He leído una opinión del Secretario Provincial y Vice-Presidente 1ª de la Diputación Provincial de Almería, Javier Aureliano García, quien merece mi atención por encontrarnos en la misma senda aunque en sentido contrario y me permito aplicárselo a su Presidente Nacional con el único objetivo de que constate su temeridad y observe como algunas de sus ideas sirven tanto para la Presidenta de la Junta de Andalucía como para el Presidente del Gobierno de España, reflexión que hago mía:
El principal problema de la inconsistencia y la levedad intelectual de algunos políticos es que al final se les acaba notando. Los españolitos y españolitas de a pie tenemos, por ejemplo, ahora como Presidente del Gobierno de España a un hombre, Mariano Rajoy, que heredó el puesto directamente por conveniencia política interna del PP y a través del sistema del dedazo mexicano priista implantado en nuestro país, sin que hubiese otros argumentos de peso o experiencia que la hicieran idónea para semejante cargo. Y si con semejantes mimbres poco o nada podríamos esperar de él, más desolador resulta la representación que hace el Señor Rajoy de todos los españoles cuando se le pretende aupar al rango de estadista o pensador de prestigio. Por incomprensible que parezca, el PP quiere ver en el Señor Rajoy una apuesta de futuro y de proyección política internacional, y lo saca a dar conferencias, recetar remedios y pontificar sobre lo divino y lo humano, mientras las necesidades reales de las familias españolas resultan desatendidas. Y así se dan circunstancias tan llamativas como tener que ver al Señor Rajoy, Presidente de un país europeo con peor situación económica de toda Europa, criticando la gestión fiscal del líder socialista español, que ha anunciado derogar una importante cantidad de leyes para los españolitos y españolitas de a pie. La Derecha tiene aversión a los derechos adquiridos y pensábamos que consolidados y prefieren tener a los ciudadanos bajo el permanente peso de la recaudación para, de este modo, seguir dando muestras de su escaso respeto por el dinero de los contribuyentes que luego distribuyen a su antojo en subvenciones y derroches al gran capital. La endeblez del discurso y las ideas repetidas por el Señor Rajoy se demuestra en los hechos: después de cuarenta años de gestión de modelo de Derechas, España estaba a la cola de todos los indicadores de calidad de vida y desarrollo en Europa. Por lo tanto, resulta bochornoso escuchar críticas de fondo y la aportación de recetas y soluciones políticas y económicas al Presidente de una Nación que, por ejemplo, arrastra una vergonzante tasa paro. Mariano Rajoy juega a ser como el Maestro Ciruela, el que sin saber leer puso una escuela, porque lo cierto es que en España, que tiene bastante menos población que otros países de Europa, sólo se recauda más.
Por otro lado, el ofrecimiento de Mariano Rajoy al PSOE para formar parte de los acuerdos de concertación social es un nuevo invento de la Derecha para tapar su fracaso en materia de empleo: casi seis millones de españoles en paro pueden dar fe de ello.