Tengo que reconocer mi asombro por la obtención del premio citado, pues en mi deambular diario por las calles del centro de Almería –lo de los barrios es deprimente- he de confesar que me da asco pisar ciertas calles, aclaro que lo de pisar no es un recurso literario, me da auténtico asco pisar el suelo de muchas calles de Almería con unos zapatos que he de tocar después, aunque sólo sea para quitármelos, y que además van a entrar en mi casa con restos de esa suciedad asquerosa que he tenido que pisar.
Cuando salgo de mi casa, en el Parque Nicolás Salmerón, lo primero que percibo es un fuerte olor a orines y excrementos de perro que me producen arcadas, pero por otras calles que no tienen la ventilación del Parque y con la contribución del calorcito veraniego llego a comprender que aparezcan restos de vómitos en las aceras, hay esquinas en las calles del centro de Almería que son un puro y gigantesco churrete.
Si hace un par de años nos subieron las tasas de basura en algunos casos hasta casi un 300%, lo mínimamente exigible es que aumente el grado de limpieza viaria, pero la realidad es contundente, Almería se merece el premio “suciedad recalcitrante”.
Almería premio “Escoba de oro” ¡ASOMBROSO!
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