EN los últimos días hemos vuelto a asistir a una campaña emprendida por los socialistas para intentar convencer a los almerienses de que la subida del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) es una acción meramente recaudatoria diseñada desde el equipo de gobierno para engordar las arcas municipales.
Una vez más, el PSOE pone en marcha su maquinaria de difusión de demagogia barata acusándonos de algo cuyo principal responsable no es otro que el presidente del Gobierno, el señor Rodríguez Zapatero, que ha dado un “catastrazo” en toda regla y ahora pretende que seamos los ayuntamientos los que parezcamos culpables. Los concejales socialistas se pasean por las asociaciones mintiendo sin el menor asomo de rubor o sonrojo, diciéndole a los vecinos que nos estamos aprovechando de ellos de un modo frío y calculado, pero lo que no dicen los socialistas a los vecinos es que el Ministerio de Economía y Hacienda ha elaborado una ponencia de valores y una valoración catastral que incrementa el IBI casi un 300 por ciento. Lo que tampoco van a decir es que para paliar esa brutal subida el Ayuntamiento de Almería ha bajado el tipo de gravamen, pasando del 0,75 al 0,69 y que vamos a prorratear el cobro durante diez años.
Los socialistas están firmemente convencidos de que una mentira repetida mil veces acaba siendo asumida como una verdad incontestable. Y por eso continúan en una línea de trabajo tan alejada de la realidad como las reiteradas negaciones de la crisis económica que hace el señor Zapatero.
Una vez más, los concejales socialistas se sitúan contra el Ayuntamiento al que representan para colocarse del lado del Gobierno, que es, junto con la Junta de Andalucía, el mayor beneficiario de la subida del IBI.
Yo invitaría a los concejales socialistas a dejar a un lado la demagogia porque en medio de una crisis económica que el Gobierno no reconoce, por un lado, nos exigen que no reduzcamos servicios, a pesar de que los ingresos municipales se han reducido a la mitad, pero, por otro, quieren que seamos los únicos que nos apretemos el cinturón a la hora de recibir la parte impositiva que, por ley, corresponde a los ayuntamientos. Francamente, se me hace difícil pensar a qué tipo de situación económica podrían llevar al Ayuntamiento de Almería todas estas posturas políticas. Quisiera recordar en este punto que el Equipo de Gobierno municipal ha congelado los impuestos municipales y que estamos haciendo todos los esfuerzos posibles para que el bolsillo de los almerienses sufra lo menos posible.
Pero por mucho que se empeñen los socialistas, la subida del IBI no es una consecuencia directa de la actuación del Ayuntamiento de Almería, sino responsabilidad del Gobierno de España, tal y como reconoce el Real Decreto 1/2004, sobre el que se aprueba el texto refundido de la Ley del Catastro, que, en su artículo 1, señala que el catastro depende del Ministerio de Economía y Hacienda, dirigido, a día de hoy, por Pedro Solbes, ministro del gobierno socialista que preside el señor Zapatero. El Gobierno es, por tanto, el que realiza a través de dicho ministerio la ponencia de valores y la valoración catastral. Es el Gobierno, por tanto, el que por medio de un Real Decreto aprueba los módulos básicos de suelo y de construcción para valorar los inmuebles y solares de cada ciudadano.
Con esta campaña los socialistas tratan de ocultar que los grandes beneficiados por la subida del Impuesto de Bienes Inmuebles son la Junta de Andalucía y el Gobierno Central.
Si tan sensibilizados están los socialistas almerienses con el bolsillo de los ciudadanos y el beneficio que de los impuestos obtienen las instituciones que los gobiernan, invito desde aquí a los responsables del PSOE almeriense a que exijan a la Junta que haga lo mismo que el Ayuntamiento y anule el Real Decreto de 31 de diciembre de 2007, porque la realidad es que los ciudadanos de Almería ya estamos cansados de que a nuestra ciudad no le llegue inversión y si cada vez más presión fiscal. Pero eso parece importar bien poco al PSOE.