Se presentó en el Centro de Artesanía de Mojácar un documental que, lejos de avalar la leyenda sobre los orígenes de Walt Disney en Mojácar, supuso un homenaje a uno de los personajes más singulares que arribaron a la localidad en su inicio por la senda turística.
La Historia Contempránea de la localidad se conjugaba con la industria turística que encarna el origen de Walt Disney, por lo que el interés fue mayúsculo al inicio, soporífero durante algunos pasajes y decepcionante al final, porque el día 1 de Mayo de 2010 se cargaron la leyenda sobre los orígenes de Walt en Mojácar. Y desde este fatídico día primaveral la leyenda que creó el célebre y prestigioso periodista granadino Tico Medina casi en el ecuador del siglo pasado ha desaparecido, y encima con el aval público.
Desde mi humilde punto de vista, el documental debería haber servido para avalar la leyenda y nunca para hacerla desaparecer, por lo que desde el primer momento en que se mostró la incapacidad para sostener que Walt Disney nació en Mojácar se debería de haber abandonado el proyecto documental. Este trabajo debería haber estado encaminado a demostrar que la leyenda era cierta, cuando menos sostener la leyenda pero nunca para aniquilarla, porque la leyenda le estaba dando a Mojácar mucho prestigio y fama internacional y en el momento en que el trabajo se ha mostrado impotente para sostener la leyenda o para avalarla en el mejor de los casos se debería haber abandonado el trabajo, porque su difusión causará un daño irreparable a la imagen, toda vez que ahora solo queda el fruto de la imaginación.
Me parece muy bien que se le rinda un homenaje a un vecino de Walt Disney, como es lo que realmente se ha hecho, pero nunca a la sombre el mito norteamericano, porque quien pagará las consecuencias es la imagen de Mojácar, y una vez que se había conseguido asentar la leyenda en el espacio internacional se ha desmoronado ahora, y encima desde la óptica o aval de un documental, que repito, solo ha servido para homenajear a Tito del Amo y obtener un encargo profesional por parte de Eduardo Soler. Ni un ápice de certeza se le ha dado en este documental a la leyenda creada por el celebérrimo periodista granadino.
Parece ser que han sido muchos los meses, quince me dicen, que han sido necesarios para elaborar el documental, y no me extraña que hayan sido tantos porque buena parte de él discurre en la tierra que viera nacer a Tito del Amo, pero en su andadura por EEUU se ha echado en falta una de las piezas que inciaron este proyecto como fue el otrora encargado de las tareas informativas del Grupo Izquierda Unidad en la Diputación Provincial Manolo Pérez, el cual sospechosamente no se encontraba tampoco en el evento.
Por consiguiente, siempre en mi humilde opinión, que cambiaré como suelo hacer siempre si se me convence con razones contundentes, el documental sobre la vinculación de Walt Disney con Mojácar ha sido un rotundo y estrepitoso fracaso, que solamente ha servido como proyecto profesional del Director, Eduardo Soler, y para tributar un sentido, respetuoso y merecido homenaje a uno de los carismáticos bohemios que llegaron a Mojácar al inicio de su singladura turística, y que nunca jamás deberían haber utilizado para hacer desaparecer la leyenda que tan buenos frutos propagandísticos estaba dando.
Pero para rizar el rizo, ahora resulta que la ubicación geográfica de la partida del supuesto Walt Disney almeriense se encontraba en la barriada costera de Villaricos, al tiempo que emerge otra teoría en virtud de la cual la paternidad del supuesto almeriense norteamericanizado se encuentra en Mojácar, una vez descartada la paternidad del futuro médico que en su juventud embarazaría a la joven Zamora, todo ello se encuentra argumentado por el aspecto físico y su parecido con los mojaqueros, línea argumental que avanza hacia el absurdo cada vez que se mueve, por lo que nada mejor que haberla dejado donde estaba antes de agitarla como ha ocurrido.