Algo hermoso está ocurriendo en el cielo del atardecer. Venus y Júpiter, los dos planetas más brillantes se reúnen y van a estar maravillosamente cerca durante la próxima semana.
Salga esta noche al caer el sol y mire hacia el oeste. Si no hay árboles o edificios en esa dirección, puede ver a Júpiter y a Venus. Parecen aeronaves sobrevolando cerca del horizonte con sus luces a toda potencia. (Venus es el más brillante de los dos). Se pueden observar incluso desde ciudades muy iluminadas.
Intente observar al dúo después de caer el Sol y justo antes de que aparezcan las primeras estrellas. Venus y Júpiter saltan a la vista mientras el cielo es aún de color azul crepúsculo. La escena tiene una belleza especial.
Cuando el cielo oscurezca completamente, a la izquierda de Júpiter busque a Spica, la estrella más brillante en la constelación de Virgo. Aunque es una estrella brillante, Spica es opacada completamente por los dos planetas.
Venus y Júpiter se están aproximando a un índice notable de 1o por día, con un encuentro más cercano el primero de septiembre cuando los dos estarán a poco más de 1o de distancia. (¿Cuánto es 1o? Sostenga su dedo meñique con el brazo extendido. La punta del dedo es aproximadamente de 1o de ancho.)
Cuando los planetas están tan cerca, no solo son conspicuos, sino que es difícil quitarles la vista de encima. Son fascinantes.
Existe una razón biológica para este fenómeno: En la parte posterior del ojo, cerca del centro de la retina, se encuentra una pequeña porción de tejido llamada "fóvea" donde hay más concentración de conos (células receptoras). "Lo que se observa con la fóvea, se ve en alta definición", explica Stuart Hiroyasu, optometrista de Bishop, California. "La fóvea es crucial para leer, conducir, mirar televisión; tiene la atención del cerebro". El campo de visión de la fóvea es de 5o. Cuando dos objetos se juntan, por ejemplo, 1o como lo harán Venus y Júpiter, pueden señalar hacia la fóvea simultáneamente, indicando al cerebro: ¡atención, por favor!
Después del primero de septiembre, los dos planetas se separan, pero el espectáculo no termina. El 6 de septiembre, con Júpiter y Venus todavía complacientemente juntos, la espigada Luna creciente saltará desde el resplandor del Sol y se unirá a los dos planetas. Juntos, formarán un triángulo compacto que sencillamente lo hará detenerse.