Por las nuevas generaciones se desconoce la historia y eso puede provocar que se nos repita, nuestra asociación quiere rescatar del olvido a tantas y tantas personas que lucharon por amor a la libertad y a España. Gracias a ellos, hoy podemos disfrutar de un país libre y democrático. No perseguimos protagonismo alguno, ni mucho menos un afán de venganza: los nietos de aquellos Republicanos Españoles no buscamos rencor sino justicia, que se sepa y se valore el papel de los denominados “Rojos”.
Nuestra generación no le debemos nada a esos pactos tácitos de la transición, y estamos libres de ataduras para recuperar la figura y la semblanza de los hombres y mujeres que lucharon por el libre pensamiento, los jóvenes de la constitución de 1978 tenemos una deuda impagable con todas aquellas personas que sacrificaron sus vidas y la de sus familias por defender a un gobierno elegido por el pueblo, el gobierno de la II Republica. Alguien dijo una vez, que la libertad es como el aire, que nadie ve que está, pero en el momento que falta o se contamina puede llegar al ahogo.
Tenemos la suficiente distancia histórica para hablar libremente y con naturalidad de todos estos hechos, y se hace necesario aceptar la propia historia, para repartir justicia pese a los años pasados; aunque aún hay sectores de la sociedad que intentan tapar todo esto, cuando todas las sociedades democráticas han sabido sacar su historia, hablamos de la Alemania Nazi, de la Argentina de Videla, del Chile de Pinochet. Todas las sociedades han sabido pedir perdón y nosotros sin embargo seguimos considerando el tema un tabú. Somos nosotros los que tenemos la obligación de romper el silencio, preguntando que paso y contándoselo a nuestros hijos, tenemos una responsabilidad histórica, porque somos hijos del silencio de nuestros padres y responsables del silencio de nuestros hijos.
Hagamos un poco de memoria histórica: de todos es sabido que a principios del siglo veinte, en las elecciones de febrero del 1936 ganan las izquierdas agrupadas en el frente popular, y que en junio de ese mismo año, se subleva una parte del ejercito apoyado por la derecha mas reaccionaria. El golpe militar fracasa y eso nos lleva una guerra fraticida entre hermanos, que va a durar tres años. Donde el bando vencedor va a ondear una única bandera: la del odio y la represión. De esta forma culminan los hechos mas traumáticos y los episodios mas oscuros de nuestra reciente historia, solo equiparable, quizás, a la expulsión de Moriscos y Judíos de nuestra tierras.
Aquí en Almería fue el 21 de Julio de 1936 cuando quisieron tomar por la fuerza el poder los inquisidores de la autodenominada “Cruzada Nacional”, Almería resiste fiel a la Republica durante toda la contienda y es el 29 de marzo de 1939 cuando cae en manos de los falangistas. Al finalizar la guerra los “Torquemadas” de turno ejercieron como tales y se calcula que alrededor de 400 personas fueron ejecutas en la provincia de toda índole y condición.
En la España dividida por dos bandos irreconciliables, se desato una violencia represiva nunca antes conocida, provocando la primera avalancha de refugiados:
o Alrededor de 30.000 niños fueron acogidos en distintos países, ellos son los llamados “niños de la Guerra”
o 1 millón de personas entre hombres mujeres, ancianos y niños pasaron al exilio.
o La persecución de los “Rojos Españoles”, se extendió por toda Europa al llegar a un acuerdo el Ministro de Asuntos Exteriores del Régimen Serrano Suñer, cuñado de Franco, con la Alemania Nazi para su exterminio durante la II Guerra Mundial.
Al terminar la Guerra Civil, que acaba con la Victoria del bando nacional, liderarado y dirigido por el General Franco, buscan a sus muertos para entrégaselos a sus familias y darles un entierro digno, al mismo tiempo siembran las cunetas y los montes de fosas comunes de republicanos, casi setenta años después aun siguen hay, creemos que ese no es el sitio adecuado con nuestra cultura, sino los cementerios, creas o no en dios.
Los que lograron escapar del juicio sumarísimo y del tiro de gracia, se vieron presos y obligados a trabajos forzados para culminar, entre otras, las obras emblemáticas del Régimen (se calculan que 96 almerienses los que estuvieron en esos campos de concentración). Y valgan como ejemplos, la Cruz del Valle de los Caídos, donde el dictador se hizo construir su propio mausoleo, y aquí en Andalucía, el Canal del bajo Guadalquivir (mas conocido como el Canal de los Presos); con el trabajo de esta mano de obra esclava, se abasteció de agua a las tierras de muchos caciques y grandes terratenientes, afínense al movimientos. El sudor de estos hombres ha siso injustamente olvidado.
Nosotros entendemos que para crear una cultura política democrática es necesario y fundamental recuperar las voces de los supervivientesel silencio excesivamente largo e incompresible durante la democracia y durante la dictadura una tiranía mas, a hecho que aun quede un guión por escribir, un guión de voces de olvido, de personas anónimas que se cruzan por nuestro lado en el autobús, en el mercado, personas sin rostro, con historias completamente desnudas.
La historia esta creada de fechas, de luchas, de batallas, de muertos, pero muchas voces carecen del sentimiento humano, en nuestra reciente y trágica historia la gran olvidada es la mujer, pero ellas fueron las que tuvieron que llevar las familias en la posguerra, llevando una lucha silenciosa por la dignidad en una sociedad que las tildaba de “Rojas” y que les negaba todo tipo de derechos por su ideología y sus creencias políticas
Con la convicción que hay que seguir contando lo que paso para que no se vuelva a repetir, y aportar cada uno de nosotros lo que podamos para continuar construyendo libertad, por que, la libertad no se consigue en grandes revoluciones, que solo traen consigo un numero indeterminado de victimas e innecesario derramamiento de sangre inocente, la libertad la conseguimos nosotros día a día, no cayendo en el silencio y defendiendo: que no importan las ideologías ni las creencia, sino la tolerancia. Porque no es mas demócrata el que defiende sus ideas, sino, el lucha para que el diferente pueda defender las suyas.
Y que todo esto sirva para devolverles la dignidad moral y el reconocimiento social que se merecen estas personas, así, como que nuestra propia experiencia sirva para tomar conciencia del peligro que supone perder la libertad.
Me gustaría recordar y parafrasear al presidente de la Fundación Pablo Iglesias que dice lo siguiente: La libertad de recordar es un elemento fundamental para la convivencia, porque no se construye una sociedad justa y pacifica en el olvido.