Por desgracia, en España, cada día nos despertamos con un nuevo culebrón, pero tengo la sensación de que este último del PP promete durar lo suficiente como para ocultar los verdaderos asuntos de Estado. Todo indicaba que al depositar la fianza volvería a ser una balsa de aceite a la espera de juicio que, por cierto, nunca se celebrará como el caso FILESA, GURTEL y un largo etcétera.
Pero nunca más lejos de la realidad, ahora “un o unos no se quién” le obligan a dar cara en las tropencientas mil fechorías más propias de ratero que de Rato y que fraudulentamente a cometido. Solo de de Lazard (grupo financiero dedicado a que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres –venta de información privilegiada con patrocinio del gobierno) cobró seis millones de euros por los que cotizó a Hacienda con lo cual la confabulación es otra: por qué no confesó que tenía otra “chapuza” en ese grupo financiero y por qué Lazard fue el banco seleccionado para la entrada en Bolsa de Bankia. A Rato sus propios compañeros de fechorías le huyen, no por otro temor que no sea el de “No sé o no contesto. Rajoy, no sabe que las mentiras electorales sobre el repunte de la economía, solo son eso, mentiras y más pronto que tarde tendrá que dar la cara sobre la más que evidente realidad.
No menor es el tema de Ángel Acebes y que hizo huir a todos los ministros y singularmente al presidente Mariano Rajoy. Eso sí: Rajoy recorrió la pasarela con toda dignidad, firme, erguido y mirando al frente. Las preguntas de los informadores le debían sonar como una manifestación de preferentistas o un discurso para dormir de Rosa Díez que no conseguía ni una mirada.
Muy posiblemente iba haciendo memoria de quién es ese tal Acebes que le metía en un nuevo berenjenal. Y ese tal Acebes, ministro de tres carteras con Aznar, compañero de Consejo de don Mariano, había sido secretario general del PP en un mal momento: justo cuando Bárcenas hacía enjuagues con las donaciones.
Mala, peor que mala suerte. En toda la historia del PP, le toca coincidir con el mandato económico de Bárcenas. Y Bárcenas, al parecer, Bárcenas tenía dos manos: una, para meter mano en la caja B, y otra para cumplir con las amistades. Y un día llegó el “cojo Federico” e hizo ampliación de capital de su Libertad Digital. Y Acebes autorizó a Bárcenas a invertir unos cientos de miles. ¿Cometió algún delito Acebes? Si las cosas han sido como acabo de contar, ninguno, aunque los jueces siempre tienen algún tipo delictivo que imputar. ¿Se llevó algo a su bolsillo? No lo parece, porque de lo contrario Bárcenas lo hubiera contado.
¿Por qué se imputa pues a Acebes? Confieso que no lo tengo muy claro, pero el problema no es Acebes. El problema es que el juez Ruz ha confirmado que en el PP había caja B, eso que tanto negó Rajoy y hasta sus propios portavoces de gobierno. Sí, una caja B, que se utiliza para ocultar movimientos, ingresos y gastos y, por tanto, engañar al Fisco y al Tribunal de Cuentas. Un instrumento de fraude. Ese es el tema, a mi entender. Con lo cual, vuelve el fantasma del caso Bárcenas. No hace falta que él tire de la manta, porque ya lo está haciendo Pablo Ruz. Mariano y su banda no saben que escabullirse y mentir al pueblo español es tarea fácil, no tanto de un juez que actúa con objetividad, clarividencia y sin ningún tipo de favoritismo.
El filósofo Leo Strauss dijo que la necesidad de mentir para ocultar posiciones de estrategia e incluso para ayudar al Estado se considera mentira venial y a lo que Maquiavelo contestó: Si, pero mentira desnaturalizada. Las mentiras de Rajoy, no son ni veniales ni desnaturalizadas, sencillamente, son inhumanas.