Desde hace tiempo los que trabajamos en fruticultura en nuestra provincia, que somos pocos, estamos convencidos de la necesidad de diversificar nuestro sector agrícola con nuevos productos.
Pero en los últimos años la competencia, la crisis y la dinámica de costes y precios de nuestra horticultura han provocado que ya no estemos solos en esta idea. Se habla cada vez más de añadir valor a nuestras producciones, apostar más por la calidad que por la cantidad, ampliar la gama de productos e innovar.
Hace tan solo dos años se analizaron las posibilidades del sector de la fruticultura en nuestra provincia planteando numerosas oportunidades de negocio que son realidades en provincias vecinas. Para algunas ya puede ser tarde. El pasado año se presentó el mango como un cultivo que ha crecido vertiginosamente en muy pocos años debido a la rentabilidad que está ofreciendo a los productores, y que es posible en nuestras condiciones tanto al aire libre como en invernadero. Este año la protagonista con mayúsculas ha sido la uva de mesa.
Si nos hacemos la pregunta ¿es posible el cultivo de la uva de mesa en Almería? La respuesta es obvia, sí. De hecho su cultivo se realizó durante dos siglos, hasta hace unos 40 años, y fue el motor de la economía de Almería, en gran parte de ese periodo. Sin embargo en la actualidad este sector ha desaparecido en nuestra provincia. Apenas contamos con 100 ha y producimos unas 2500 t. Por eso la pregunta que realmente nos hemos hecho es si la uva de mesa puede ser un negocio rentable en la actualidad para Almería. En la jornada celebrada el pasado jueves 5 de julio en la Estación Experimental de la Fundación Cajamar nos planteamos el reto de dar respuesta a esta incógnita.
La primera idea que sacamos de las intervenciones que se realizaron fue que el cultivo de la uva de mesa no es fácil, al contrario es un cultivo difícil. Esto que en principio puede parecer un inconveniente, también puede ser una ventaja. La uva es un cultivo que no puede hacer cualquiera. Prueba de ello es que las zonas tradicionalmente productoras en España no han cambiado y son siempre las mismas (Alicante, Murcia y parte de Andalucía). Nosotros estamos en la zona con mayor tradición uvera, conocemos perfectamente la planta, su cultivo y los parajes donde se encontraban los mejores parrales. Esta base es fundamental para comenzar un proyecto de negocio con garantías. Es cierto que el camino nos marca claramente que la producción debe ser de variedades apirenas o sin semillas. Hay que aplicar técnicas de cultivo específicas para obtener fruta de calidad con estas variedades (giberelinas para aclareo y engorde, anillado…). Esto es nuevo para nosotros, tenemos que aprender. ¿No hacíamos el engarpe en la uva del barco?
¿Y qué variedad ponemos? Murcia es el principal productor de uva sin semilla de Europa y se basa en tan solo dos variedades ‘Crimson’ y ‘Superior’. Sin embargo la oferta varietal es amplísima, hay una gran cantidad de material vegetal procedente de diferentes programas de mejora repartidos por todo el mundo, pero patentados y solo disponible para clubes de productores. El problema no es que haya que pagar royalties para cultivar estas variedades, es que no están disponibles aunque quisiéramos pagarlo. El IMIDA, en Murcia, lleva 20 años trabajando en la obtención de nuevas variedades. El Dr. Juan Carreño, jefe del equipo de uva de mesa, nos ha presentado 5 o 6 variedades que se van a registrar en breve, tempranas y tardías, apirenas, que ya se están cultivando en Murcia a nivel comercial y están en la última fase de desarrollo. Hay otras prometedoras que tardarán más en salir. Pero igualmente el acceso a ellas será restringido. Está claro, por tanto, que para acceder a estas variedades nuevas tenemos que organizarnos, tenemos que crear un club, solos por nuestra cuenta no vamos a ningún lado. Además los comercializadores que nos han acompañado en la mesa redonda, D. Francisco Petit (Murgiverde) y D. Enrique de los Ríos (UNICA), coinciden en que la viabilidad del proyecto de producir uva de mesa pasa por hacer un programa serio de producción y de variedades en función de lo que demanda el mercado, y contar con un único interlocutor para la comercialización. Todos los productores organizados bajo un mismo paraguas. Suena muy bien. La ventaja es que para la uva partimos prácticamente de cero lo que facilitaría esta cuestión, si realmente hubiera voluntad. Algún día tendremos que aprender.
Si algo también nos ha quedado claro en esta jornada es que el negocio de la uva en Murcia funciona, como ha puesto de manifiesto D. Joaquín Gómez, presidente de APOEXPA. También ha quedado claro, aunque con matices, que el hueco que ahora mismo queda para España en el mercado global de la uva de mesa es el de final de año, octubre, noviembre y diciembre, cuando producíamos nuestra preciada ‘Ohanes’. En función del mercado de destino los calendarios y las exigencias obviamente pueden variar y este sector es muy dinámico. Y además, es necesario ir más allá del mercado europeo que ahora puede pagar menos, y llegar a otros lugares como Sudáfrica o China, o donde esté el dinero. ¿No llevamos nuestra ‘Ohanes’ a todos los rincones del mundo? Necesitamos una ‘Ohanes’ sin semilla. Actualmente tenemos disponible una nieta de ‘Ohanes’, la variedad ‘Autumn seedless’ no es muy tardía, viene a recolectarse de finales de agosto a mediados de septiembre, y además nos han dicho que tiene problemas e incluso desde Murcia no nos aconsejan su cultivo para el mercado exterior, pero es libre. ¿Qué variedad no tiene problemas? ‘Superior’ no destaca por ser productiva y tiene problemas de grano chico; ‘Crimson’ es muy sensible a las giberelinas y tiene graves problemas de color en muchas zonas; ambas ocupan más de 3000 ha en Murcia. Autumn seedless’ se puede manchar en la fase final de la maduración. Sabemos que hay variedades que pueden mejorar a las actuales, pero ¿cuándo llegarán? Mientras tanto para empezar e ir madurando habrá que seleccionar las variedades que ya conocemos disponibles y estar preparados para cuando podamos acceder al nuevo material que pueda aparecer y que nos interese.
D. Sebastián Marín, productor de uva de mesa en Alhama, es de los pocos que hace cultivo ecológico en nuestra provincia, y D. Antonio Mira, con 7 hectáreas de uvas apirenas en El Ejido, nos han contado sus experiencias en positivo, aunque están solos como otros productores, muchos de los cuáles también nos han acompañado, y su margen de maniobra es estrecho.
Desde la Fundación Cajamar apostamos por el cultivo de las apirenas como una de nuestras líneas prioritarias de trabajo en el Área de Fruticultura de la Estación Experimental. Además contamos con la colaboración con la UAL de la mano de Dr. Julián Cuevas y su equipo. Tenemos uvas apirenas desde el inicio de nuestra actividad en 1975. En los últimos años hemos trabajado en adelantar y retrasar la maduración con el cultivo bajo plástico y hemos obtenido excelentes resultados con las variedades ‘Superior’, ‘Flame’ y ‘Autumn’. Actualmente estamos trabajando para mejorar la productividad y calidad de ‘Crimson’ en nuestras condiciones, tamaño y color. Además esta campaña estamos impartiendo un taller sobre el manejo y técnicas de cultivo para uva de mesa apirena, dirigido a productores y potenciales productores, que se inició en marzo con la poda, siguió en abril con las operaciones en verde, y en mayo con las técnicas de aclareo y engorde. Finalizará en septiembre con la maduración y la recolección.
El éxito de asistencia y participación en esta jornada y el interés generado nos animan a continuar en la Fundación Cajamar con nuestra línea de trabajo en uva de mesa. Además estamos dispuestos a colaborar y asesorar en lo necesario para la elaboración del proyecto conjunto que habría que desarrollar, como apuntaban los comercializadores, para que el negocio funcione y en el que deben estar implicados los productores.