- Tienen la habilidad de hundirte el ánimo
- Respetan al poderoso y humillan al débil
- Lo primero que hacen es destruir la autoestima
- Son tan retorcidas que cuesta trabajo comprenderlas
- El conocimiento es nuestra mejor defensa contra ellas
- Si te pones bravo te respetan, y si eres amable te machacan
- Sienten mucha envidia de los logros ajenos y no los valoran
- Se creen superiores a los demás y muestran gran arrogancia
- Su objetivo es hacer que la gente permanezca en la ignorancia
- Es muy difícil competir con ellos porque siempre hacen trampa
- Su comportamiento contradictorio produce confusión espiritual
- La gente normal no disfruta destruyendo a otros seres humanos
- Suelen rondar como moscas alrededor de las personas espirituales
- No soportan la nueva frecuencia ni el despertar masivo de la gente
- Confrontar a una persona supresiva es la parte más difícil de todas
- Esos bichos no heredarán la Tierra porque no soportan alta frecuencia
- Si alguien te trata mal, recuerda que el problema está en ellos, no en tí
- Si alguien busca un cubo para echar su basura, procura que no sea tu mente
A lo largo de mi vida he tenido la oportunidad o la desgracia de encontrarme con muchas personas insufribles. Es muy difícil describirlas porque son bipolares, como el Doctor Jeckill y Mister Hide, con dos caras opuestas y contradictorias.
Tienen la habilidad extraordinaria de soltarte alguna lindeza siniestra o de echarte en cara algo que te hunde el ánimo, pero también tienen la habilidad de rescatarte después de haberte hundido ellos mismos, claro está. Manipulan las emociones, y además te dicen que lo hacen por tu bien. Perciben cuando te sientes feliz, para soltarte algo que te hunda en la miseria.
Esto nos crea una contradicción de sentimientos amor-odio hacia ellos y también nos crea mucha confusión espiritual a la persona que está en su entorno de influencia, y una inestabilidad emocional brutal con cambios de ánimo como en una montaña rusa.
En un momento podemos llegarlos a odiar profundamente, y en otro momento los amamos por los favores que nos hacen, pero en el fondo son bordes y malos. Esta información no es para crear negatividad, sino para aprender a defendernos de los seres negativos. El conocimiento es poder y la ignorancia es debilidad e indefensión. Seamos astutos como serpientes e inocentes como palomas.
Como ocurre en la vida misma. Detrás de cada mafioso se esconde un filántropo, y detrás de cada filántropo se esconde un mafioso. Son tan extremadamente retorcidos que cuesta mucho trabajo comprenderlos. Si te pones bravo, te respetan e incluso te aprecian, y si los tratas con respeto te comen con papas fritas sencillamente. Siempre se creen superiores a los demás y muestran una actitud arrogante o prepotente que esconde un complejo de inferioridad.
ESTÁN EN LA SOPA
No es fácil zafarse de este tipo de personas porque los encontramos en los ámbitos más diversos, en la familia, en la escuela, en la religión, en la milicia, y a veces hasta en los amigos. Con frecuencia te ves obligado a convivir con estas serpientes, y lo llevas lo mejor que puedes, siendo consciente que te pueden machacar cuando les dé la gana.
Es muy común vivir al lado de una persona supresiva que puede ser nuestra esposa, nuestro marido, nuestro padre o nuestra madre, algún hermano, alguno de nuestros hijos, algún jefe o simplemente alguien con quien tengamos una relación cotidiana.
No tienen sentido del respeto, ni de la dignidad, ni del honor, porque utilizan estos valores a su conveniencia. Es decir, te respetan cuando les conviene y te humillan cuando ya no les sirves.
PINCHES TIRANOS
Hay quien dice que estas personas difíciles son pinches tiranos que aceleran nuestra evolución, pero mientras estés bajo su influencia tóxica y supresiva te tienen hundido en la miseria, y cuando consigues liberarte de ellos te das cuenta de que no has aprendido otra cosa que a guardarte las espaldas para no volver a caer bajo la influencia de ninguno de estos personajes siniestros.
Puede incluso que los eches de menos cuando consigas librarte de ellos y hasta es posible que sientas nostalgia a causa del síndrome de Estocolmo, ya que estás tan acostumbrado a que te humillen que te resulta extraño cuando no los tienes cerca. Solamente ves las cosas con objetividad cuando haces una recapitulación de tu vida a través de una terapia sin misericordia con los recuerdos.
REPTILES
Son auténticos reptiles. Respetan al fuerte en poder y dinero, y humillan al débil por muy digno que sea. Pueden ser muy educados pero hipócritas; ves que algo no funciona cuando los observas porque carecen de empatía y son muy peligrosos porque tienen una gran capacidad de supervivencia en el mundo material, siempre a costa de los demás. Suelen llegar con frecuencia al liderazgo político y empresarial, y amargan la vida a sus subordinados.
En cambio, a nosotros nos cuesta más trabajo escalar puestos en la sociedad porque somos más tímidos, prudentes y respetuosos, y jugamos limpio, mientras que ellos juegan sucio, muy sucio. Es imposible ganar una partida con la baraja marcada. Ahora les toca pasarlo mal porque no soportan la nueva frecuencia de la Tierra ni el despertar masivo de la gente.
De una cosa estoy totalmente seguro. Estos bichos no heredarán la nueva Tierra, pero mientras tanto siguen fastidiando a la humanidad y retrasando el proceso de ascensión todo lo que pueden, pero una mano no puede tapar el Sol por mucho que se esfuerce.
NOS RONDAN COMO MOSCAS
Las personas sensibles y espirituales, las semillas estelares y los trabajadores de la luz tenemos la habilidad extraordinaria de atraer a ese tipo de personajes que se nos pegan como las moscas. Nos ven sensibles y creativos, y eso les encanta, porque ellos carecen de esa capacidad y porque creen que somos fáciles de manipular para sus intereses.
Lamento decirles a ellos que si algo he aprendido en la vida es a identificarlos y a desenmascararlos porque ya me conozco todos sus trucos. Te pueden ofrecer hasta dinero, mucho dinero, a cambio de dejarnos engatusar.
Si firmamos un contrato con ellos, no perderán la ocasión de invalidarte y descalificarte como ser humano, de echarte en cara lo que están haciendo por tí, y en hacerte creer que te están perdonando la vida por mucho que te esfuerces en hacer bien tu trabajo, y que tú no eres nadie y les debes todo lo que eres.
PERSONAS TÓXICAS
Una persona tóxica es aquella que perturba sistemáticamente a las personas que lo rodean, buscando impedir su bienestar. A veces la gente tóxica suele ser grosera, maleducada y pueden resultar muy ofensivos y molestos. En ocasiones, su trato degradante hacia ti puede hacerte sentir mal. Una buena forma de poder lidiar con las personas tóxicas es en primer lugar poder identificarlos, a través de algunos rasgos que presentan.
El primero de los rasgos para detectar a las personas tóxicas es que hablan continuamente y en exceso de sí mismas. Las personas tóxicas provocan en uno sentimientos negativos. Quizás notes que llegas de buen de humor al encuentro con alguien pero al irte te sientes enojado, frustrado o malhumorado. Si esto se da regularmente es posible que se trate de una persona tóxica.
Están muy centradas en sí mismas y en sus problemas, dejando de lado o restando importancia a lo que le ocurre a los demás. Generalmente no intentan emprender nuevas cosas, para lo que suelen poner todo tipo de excusas. No saben escuchar a los demás y carecen de empatía, aunque suelen fingirla, por lo que se les puede calificar de seres antisociales o psicópatas sociales.
DISCURSO NEGATIVO
El discurso de la persona tóxica está construido a través de quejas, críticas y pesimismos. A su lado la motivación se extingue, y no dudan en poner una zancadilla tras otra hasta hacer de un simple ovillo, una montaña de dificultades.
Suelen instalarse en la queja y no hacen mucho por resolver lo que les ocurre; y buscan atraer a gente que se una a sus quejas. Tienen una visión marcadamente negativa sobre las cosas, lo que puede llevarte a instalarte en ese lugar en vez de buscar las soluciones a tus problemas. Esta mirada negativa los hace ser poco agradecidos con las cosas positivas que pudieran tener en su vida.
No suelen responsabilizarse de sus fallos, siendo siempre la culpa del otro, o simplemente “mala suerte”. Esto se relaciona con la creencia de creerse superiores a los demás, lo que lleva generalmente a conductas o dichos descalificadores hacia los otros. Esto los lleva a prejuzgar a las personas, generalmente de forma negativa.
Sienten mucha envidia de los logros ajenos y no los valoran. La persona con comportamientos tóxicos no compartirán tus alegrías ni te dará aliento en épocas complicadas. Si tienes un éxito se sentirán tristes y su felicitación será hipócrita. Pueden ser propensos a mentir, de forma que estas mentiras generen mucho dolor a las personas.
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¿CÓMO MANEJARLOS?
A mi juicio, este tipo de personas supresivas, tóxicas o negativas es la parte más asquerosa de la ‘matrix’, de esta cárcel tridimensional en la que estamos viviendo, porque ellos carecen de aspiraciones espirituales y no ven más allá de sus narices, pero a pesar de todo admiran lo que les falta, es decir, la creatividad artística que solemos tener las personas espirituales conectadas con la Fuente.
La única receta que se me ocurre para defendernos de estos seres retorcidos es hacer una recapitulación de tu vida para desenmascararlos e identificarlos, y luego mantenerlos lo más lejos posible de tu vida, cosa que no siempre es posible porque a veces están en el trabajo o en la familia. Distancias honestas valen más que cercanías hipócritas.
Confrontar al supresivo es la parte más difícil e incluso es casi imposible confrontarlos personalmente. Para este tipo de situaciones existe la psicoterapia para cortar de raíz los efectos que provoca la supresión con la ayuda de un profesional cualificado.
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Como dijo el Dalai Lama “hay que dejar ir a las personas que sólo llegan para compartir quejas, problemas, historias desastrosas, miedo y juicio de los demás. Si alguien busca un cubo para echar su basura, procura que no sea tu mente.” Recuerdo un rótulo en una agencia de viajes que decía, “yo también he sufrido mucho, pero por favor no me cuente usted su vida”.
Si alguien te trata mal, recuerda que el problema está en ellos, no en tí. La gente normal no disfruta destruyendo a otros seres humanos. No hables, no escuches, no mires todo aquello que te quite la paz. Rodéate de gente que te empuje hacia la cima, y no de gente que te jale hasta el fondo del abismo.
¿QUÉ ES UN SUPRESIVO?
Una definición genial es que un supresivo es una persona o un grupo de personas que nos impide llegar a nuestros objetivos. Lo logran simplemente poniéndonos trabas emocionales, obstáculos reales, o ejerciendo poder directo sobre nosotros para impedir nuestros objetivos. Puede haber muchos ejemplos de grupos supresivos, pero pueden ser los gobiernos, las organizaciones religiosas o los grupos de crimen organizado.
La repercusión de estar bajo el efecto de un supresivo o grupo supresivo es una serie de catastróficas desdichas: tener mala suerte, estar propenso a enfermarnos, propenso a accidentes, tener sensación de estancamiento, de no saber qué hacer, sentido general de la desorientación, perder el sentido de la vida, y entrar en una espiral descendente y pesimista de la vida que puede conducir a la depresión y al suicidio.
Otra es la definición técnica.- Un supresivo es un ser oscuro espiritualmente enfermo que está atorado en el espacio y en el tiempo librando una guerra particular que perdió en el pasado contra un enemigo invisible, que continúa en las terminales de su tiempo presente, y que lo paga contra personas inocentes que no tienen culpa de lo que pasó.
El desequilibrio principal de un supresivo es su incapacidad de mirarse a sí mismo hacia dentro ya que sólo puede ver los defectos de los demás y echarles la culpa de todas sus desgracias. Ven la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el propio. Solamente hay una pregunta que puede desarmar a un supresivo ¿quién eres tú? o ¿quién es usted? Esto los deja totalmente descolocados porque no pueden mirarse a sí mismos.
PERSONALIDAD ANTISOCIAL
En psicología, la supresión es un mecanismo adaptativo o estrategia de afrontamiento, en el cual deseos, impulsos o ideas son mantenidas a raya sin utilizar represión. Se entiende por supresivo aquel o aquello que suprime, incumple, calla, salta, prescinde, ignora, excluye, silencia, olvida o elimina alguna cosa ya sea un error o un documento, que no se puede decir, manifestar o hablar.
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Un ser supresivo es una persona que pretende suprimir o reprimir cualquier individuo o grupo que favorezca la mejora. Una persona supresiva suprime a otras personas que haya en su entorno. Se trata del individuo cuya conducta está calculada para tener consecuencias desastrosas. Napoleón o Hitler son ejemplos bien conocidos de este tipo de personalidad.
La razón básica por la que la personalidad antisocial se comporta como lo hace, radica en un terror oculto hacia otras personas, porque tiene mucho miedo y trata de contagiarlo a los demás. Para estos individuos, todos los demás seres son enemigos, que como tales han de ser destruidos de forma oculta o abierta.
La fijación es que la propia supervivencia depende de “mantener a los otros reprimidos” o de “hacer que la gente permanezca en la ignorancia”. Si alguien fuera a prometer que podría hacer que la gente fuese más fuerte o brillante, la personalidad antisocial sufriría la peor de las agonías.
Debido a esto, la persona supresiva procura perturbar y socavar de forma continua a todas las personas y grupos destinados al mejoramiento, así como esparcir malas noticias sobre ellos y denigrarlos
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EGOÍSMO
Una persona que suprime a otras personas cercanas con las que se relaciona vuelve a estas afectadas por la supresión, y se convierten en una fuente potencial de dificultades, ya que sus subidas y bajadas de ánimo son tan inestables como en una montaña rusa.
Otro tipo de supresivo es una persona que ha tenido un postulado en contra de la persona a la que está ayudando, o que busca suprimir a otros activamente mediante actos destructivos.
La filosofía básica de un supresivo es puro egoísmo enfermo, ya que su supervivencia depende de hundir y machacar a los demás, porque sólo uno puede sobrevivir. “Sólo uno puede quedar vivo” como en la película de “Los Inmortales”. Ese postulado es supresivo. Por eso trabajar con un supresivo es pura ruina.
Una persona sana prospera y ayuda a sobrevivir a las personas que le rodean, mientras que una persona supresiva cree que sólo él puede sobrevivir si los demás no sobreviven, por lo que se convierte en un auténtico vampiro chupa-sangres y explotador. No coopera con los demás, sino que los utiliza para su provecho egoísta.
El autor de este artículo de opinión es Periodista Licenciado y Colegiado, con cuarenta años de experiencia, y Oficial de Aviación Reservista Honorífico, entre trece titulaciones.
Mi seudónimo es Liu Suria. (Un seudónimo es un nombre o ‘alias’ utilizado por un periodista en sus actividades, en vez del suyo propio, pero en realidad es mi nombre espiritual.)