Ciertamente las dos horas que ha durado el cara a cara de Mariano Rajoy con Pedro Sánchez no han debido dejar indiferente a nadie, aunque se ha podido constatar la razón por la que el Presidente del Gobierno ha esquivado cualquier debate público.
Recordando la expresión de un militante del Partido Popular yo tampoco acabo de entender que el PP esté encabezando todas las encuestas con la que ha caído durante los últimos cuatro años, durante los que dije en una de mis reflexiones políticas que el líder de la Oposición solo tendría que aguantar para conseguir desbancar a Mariano Rajoy porque se lo estaba poniendo bastante fácil.
Y efectivamente, en opinión, a Pedro Sánchez solo le ha bastado con echarle en cara a Mariano Rajoy sus recortes y recordarle la corrupción entre sus correligionarios para sobrepasarle en atención y mantener el protagonismo, que se ha alzado claramente con él al atribuirle escasa decencia justamente por las elevadas cotas de corrupción política que se han registrado durante su mandato.
Si en el debate con Pablo Iglesias, Albert Rivera y Santamaría no consiguió destacar Pedro Sánchez, ha sido frente a Mariano Rajoy cuando, desde mi punto de vista, ha llevado el liderazgo durante las dos horas, como no podía haber sido de otro modo porque el Presidente del Gobierno se lo ha dado hecho.
De ahí, como decía, la constatación de la razón por la que Rajoy ha venido optando por otras plataformas propagandísticas para llegar a la ciudadanía, todas ellas sin nadie que le pudiera echar en cara las medidas que ha venido adoptando durante sus cuatro años de Gobierno. Y como tampoco podía haber sido de otro modo, Mariano Rajoy parece haberse acogido a la economía como su principal aval ante el 20-D, porque fue la principal razón que le impulsó hacia la Presidencia del Gobierno, donde más se le ha cuestionado y ahora brota desde un espacio no tan ocupado, y por tanto resulta fácil decir que está creciendo cuando lo cierto es que no se encuentra al nivel en que la cogió.
En vez de sostener que está creciendo, que parece obvio si previamente se ha vaciado, lo que, en mi opinión, debería medirse es la calidad de vida de entonces y de ahora, es decir, si se vivía mejor antes o se vive mejor ahora. Me ha causado cierta estupefacción haber observado a Mariano Rajoy al borde de un ataque de nervios al haber recurrido instintivamente al chabacano recurso de ‘y tú más’, permitiendo entrever las dificultades que entrañaba una respuesta que no fuese achacarle a Pedro Sánchez que el Gobierno del PSOE también.
En este pasaje imagino a Ciudadanos y a Podemos la satisfacción que le ha debido producir porque son los únicos beneficiarios del bipartidismo en dificultades. Advertido nada menos que por San José Luis Rodríguez Zapatero de que Mariano Rajoy entrañaba dificultades en un debate, pienso que ha sido el debate en el que más débil ha estado y en el que Pedro Sánchez ha ejercido un manifiesto liderazgo con solo mostrar las debilidades del Presidente del Gobierno y calificar su comportamiento como Presidente del PP ante la corrupción política.