La base de todo Gobierno democrático se encuentra en el apoyo de la mayoría social que lo sustenta y cuando es perdido ese apoyo se cambia de responsables gubernamentales, por lo que lo primero que suelen hacer los responsables políticos es explicar su acción política para conseguir el mayor número de adhesiones.
Decía el pasado lunes que el PP de Rajoy/Aznar (y parece que vuelve a ser también del sempiterno Candidato a la Presidencia de la junta de Andalucía, Javier Arenas) ha conseguido dos marcas: la de haber dejado al Gobierno de San José Luis Rodríguez Zapatero sin sus cien días de cortesía y haber conseguido en los suyos una huelga general. Dícese, y doctos en la materia haberlos háylos, que los Gobiernos suelen contar con un plus de adhesiones adicionales a las obtenidas en las urnas que se viene estimando en un 20%, pero la realidad nos demuestra en el caso que hoy nos ocupa con el Gobierno de Rajoy que no solo no ha conseguido en sus primeros cien días ese plus sino que ha perdido la confianza de un considerable número de trabajadores y trabajadoras principalmente.
Y esta circunstancia que se han plasmado en las Elecciones al Parlamento Andaluz son las que tienen preocupados, y no sin poca razón, a muchos dirigentes políticos del Partido Popular y a miembros del Gobierno Rajoy especialmente, porque la disminución de apoyo popular solo se contrarresta con prepotencia y ello solo puede conducir a colmar el vaso que ya parece contener bastante líquido y a que se derrame incontroladamente. Esta disminución de apoyo popular es lo que tienen preocupados a la clase política del PP y muy particularmente al Gobierno que sustenta, porque de seguir así van a pasar a la Historia como “Rajoy el breve” y conseguir una larga travesía del desierto. Una eventualidad que resultaría letal para esa clase política por muchas lealtades que encontraran como ha sucedido con Javier Arenas tras su “éxito histórico” en Andalucía.
No está mal ideada pero sí muy nefastamente pensada la exigencia de modificar la comunicación Gobierno/PP con la sociedad, desconozco si en su caudal o en su calidad. Y yo pienso que el problema no es la comunicación, que a alguien podrá convencer o cuando menos hacer desistir, sino que el gran problema que el Gobierno Rajoy tiene es su acción gubernamental, es decir lo que está aprobando para su aplicación; éste, a mi humilde entender, es el gran problema que está teniendo el Gobierno de Mariano Rajoy sustentado por el Partido Popular. Sobrevenido cuenta con un pasado al que Mariano Rajoy recurre porque se ha pasado ocho años diciendo que él era Dios y el alarde de que adoptaría medidas “sí o sí” haciendo gala de una prepotencia característica en el ala ideológica de la Derecha. Esta jactancia de prepotencia le ha costado el Gobierno de la junta de Andalucía y esta padeciendo una gradual disminución de apoyo social personificada en la huelga general del 29-M.
Ante tan evidentes circunstancias, que generan alguna incertidumbre, se pretende neutralizar en la medida de lo posible con comunicación social, con explicaciones a la sociedad, con pedagogía, pero yo soy de los que piensan que yerran el Gobierno y el PP que lo sustenta, porque al que no tiene para cubrir sus necesidades vitales solo le puede producir rechazo la justificación de lo que le ha abocado a esta situación y consecuentemente puede radicalizar a sectores sociales que están padeciendo con mayor crudeza la profunda crisis económica que nos aqueja. De ahí que calificara como nefasta esta estrategia política con la que se pretende reflotar al Gobierno Rajoy del atolladero en que se encuentra, porque, desde mi punto de vista, con las elevadas dosis de prepotencia que caracterizan a los Gobiernos (estatal, autonómicos y locales) del PP va a resultar difícil conseguirlo, porque las formas y las maneras brillan por su ausencia y caracterizan su acción gubernamental.
Achaco la práctica totalidad del desapego social que está padeciendo el Gobierno Rajoy a la prepotencia por que las medidas que lo han provocado han sido adoptadas unilateralmente, por que los gobiernos de las Comunidades Autónomas sustentados por el PP son los menos comprometidos con los sectores sociales desfavorecidos y por qué no conozco un solo Ayuntamiento gobernado por el PP que no tenga a un Empleado Público mínimo convertido en un compendio De Juana Chaos/Baltasar Garzón/Grande Marlasca y consecuentemente padeciendo consecuencias. ¿Y eso por qué?.
No deja de ser un insulto que el autocalificado hace unos meses por estricto interés electoral como “Partido de los Trabajadores” capaz de crear la friolera de tres millones de nuevos de trabajo haya sido el que haya reducido a precio de saldo el despido laboral y colocado en el baúl del olvido los derechos de los trabajadores y trabajadoras, por lo que resulta harto difícil que la masa trabajadora pueda ser convencida por una sonrisa o por bonitas palabras que en ningún caso de procuran las necesidades más perentorias del día a día. Ello no es óbice para que algunos trabajadores de oficios apoyen al PP para presumir de lo que no tienen, porque se encuentran cautivos de promesas que hasta ahora incumplidas y/o porque están viviendo directa o indirectamente del cargo publico que se les ha procurado.
Yo, que sigo siendo bastante cabezota hasta que no se me demuestra lo contrario, sigo pensando que Mariano Rajoy pasará a la Historia como “El breve”, deseando que Javier Arenas siga cosechando victorias electorales “históricas” y creyendo que Dios solo hay uno y verdadero.