Quien fuera campeón olímpico de voley-playa en los Juegos de Atenas 2004, Javier Bosma, miembro del equipo olímpico nacional, ha relatado hoy ante los asistentes al curso de “Dolor lumbar: abordaje preventivo y terapéutico” su experiencia con los fisioterapeutas como deportista de alto nivel. Una relación, señala Bosma, “fundamental” para los atletas de élite, que en numerosas ocasiones depositan en estos profesionales la recuperación de sus lesiones.
Bosma ha explicado que en cada torneo en el que participaba el equipo español de voley-playa (que duraba una media de cinco días) siempre exigían que hubiera un equipo de fisios. “Lo cierto es que muchas veces era como una lotería, porque había algunos que nos trataban como si fuéramos futbolistas de los de antes. Otros, sin embargo, nos ayudaron mucho”, decía.
Para este deportista, encontrar a un fisioterapeuta que trate bien al atleta es “importantísimo”. Él, destacaba esta mañana, siempre trató a partir de cierto momento de su vida deportiva de contar con el mismo fisio, a veces para tratar y recuperarse de determinadas lesiones (casi siempre asociadas a su rodilla derecha) y a veces sólo a nivel preventivo.
En el año 2006, y después de una vida deportiva repleta de éxitos, Bosma dejó la alta competición. “No porque me doliera la rodilla –de la que ya había sido operado en seis ocasiones distintas-, sino porque el proyecto deportivo que tenía por delante no era interesante y no me ofrecía garantías de éxito”. En aquella época, casi al final de su etapa como deportista de élite, Bosma conoció a un fisioterapeuta que para él fue fundamental. Un profesional que trabajaba sólo con las manos y que se dio cuenta de que Bosma pisaba mal debido a sus lesiones crónicas en la rodilla derecha. “Se dio cuenta de que no pisaba bien, me enderezó la pierna y gracias a él competí mis dos últimos años de carrera”.
Con la intervención de Javier Bosma ha finalizado este curso en el que se han analizado los dolores y problemas de la espalda baja y sus secuelas. Más del 80 por ciento de los adultos han padecido en algún momento de sus vidas un trastorno de estas características, que afecta a hombres y mujeres y es causa habitual de baja laboral.