La resistencia numantina a dimitir del Secretario General de la Agrupación Municipal del PSOE en Roquetas de Mar, Juan Miguel López, tal y como le piden expícitamente casi 200 afiliados y afiliadas de los casi 300 con que cuenta actualmente la organización política ha supuesto la constatación, para muchos socialistas, de encabezar un grupo de “topos del PP” debido a que solo esta fuerza política está siendo la beneficiada por su comportamiento, muy lejano del que se le presume a un dirigente político al que se sus bases le piden por escrito que presente su dimisión irrevocable.
Sin más apoyos que el de un grupo de afiliados que se adscribieron al PSOE cuando conocieron que irían a ocupar un cargo orgánico, toda vez que 188 afiliados han firmado un documento en que se le pide expresamente al Secretario General la dimisión y el Grupo Municipal Socialista le ha retirado igualmente su reconocimiento como representantes le´gitimos del PSOE en Roquetas de Mar, Juan Miguel López ha convertido la reunión de la Ejecutiva Municipal en un campo de batalla donde dejar constancia de la división interna alimentado también por frases belicistas del Régimen de Franco proferidas y sobre todo dar por sentado que se trata, a su juicio, de una cuestión personal y no política porque quien se ocupa el cargo del que decía “no quiero nada” no son los ciudadanos y ciudadanas sino su persona a la que le sirve el cargo como plataforma para medrar políticamente.
Y mientras en la reunión de la Ejecutiva Municipal se producía una beligerancia tal por parte del sector que se resiste a dimitir, en la calle existía una expectación espectacular por conocer si la crisis interna podría resolverse conforme a los cauces previstos en los Estatutos del PSOE, las primeras noticias que trascendían negando la dimisión de Juan Miguel López y con él toda su Ejecutiva Local alimentaban la opinión casi unánime de que el enrocamiento del Secretario General correspondía a directrices y no a su posición personal.
Previamente se había generado la impresión de que el Secretario General del PSOE en Roquetas de Mar se niega a dimitir y a convocar la Asamblea General que preceptivamente debería celebrarse según los estatutos al habérsele demandado más de los dos tercios de los afiliados y afiliadas.
Nadie asegura entender la resistencia numantina de Juan Miguel López por mantenerse en la Secretaría General, si no es porque está recibiendo directrices de terceros anhelosos de que el PSOE se converta en una fuerza poítica residual, cuando el clamor mayoritario de los socialistas es que abandone el cargo, con lo que se asegura que podría deberse a ser un esbirro del PP que está llamado a desprestigiar al PSOE en un momento en que puede recuperar su posición pese al tercer puesto al que ya lo tiene abocado en los casi dos años de legislatura.
En la tarde de ayer fue convocado a una reunión en la sede provincial del PSOE en la Avda. Pablo Iglesias en el transcurso de la cual se le instó a dimitir, a lo que se negó rotundamente como también a una Asamblea General con carácter extraordinario, por lo que se están estudiando tanto acciones de fuerza como legales para “echarlo”. En la reunión pidió el escrito que le pedía la dimisión avalado con las firmas, habiendo tenido que responsabilizarse de su custodia y buen uso de acuerdo con la Ley de Protección de Datos.
La agudización de la crisis en el seno del PSOE trasciende a los afiliados y afiliadas que masivamente abandonan esta fuerza política cuando trasciende que un sondeo electoral le sitúa como tercera fuerza poítica en Roquetas de Mar y que Izquierda Unida obtendría los concejales que ahora tienen los socialistas. En estas circunstancias se procede a la investidura in pectore de Antonio Enciso, un joven recién afiliado, desconocido para las bases y con el inconveniente de que cada vez que habla con alguien es un enemigo nuevo que se encuentra, que forma parte de la Ejecutiva Municipal y en su condición alimenta las directrices encaminadas a conseguir consolidar una Candidata a la Alcaldía cuyo perfil define nítidamente en un artículo de opinión que es lo que provoca un profundo malestar en los afiliados y en las afiliadas que han quedado y que son escrupulosamente exigentes con la legalidad.