GUÍA DE ORACIÓN 10-03-24 , Domingo 4º de Cuaresma – Ciclo B
GUÍA: Venimos a la oración, dejamos todas las cosas, silenciamos la mente y el corazón. Nos encontramos contigo, Padre. Habla que tu siervo escucha. Danos la capacidad de comprender, de conocerte un poco más. Sabemos que estás cerca y nos amas. En Cristo nos transmites el amor y la paz. Haz que caminemos contigo y nos unamos a las personas que pones en nuestro camino. Visualizamos, amamos. SILENCIO DE ESCUCHA, DE FE, DE AMOR.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (2,4-10): Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo –por pura gracia estáis salvados–, nos ha resucitado con Cristo Jesús y nos ha sentado en el cielo con él. Así muestra a las edades futuras la inmensa riqueza de su gracia, su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque estáis salvados por su gracia y mediante la fe. Y no se debe a vosotros, sino que es un don de Dios; y tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir. Pues somos obra suya. Nos ha creado en Cristo Jesús, para que nos dediquemos a las buenas obras, que él nos asignó para que las practicásemos.
GUÍA: Dios , rico en misericordia, nos ha hecho vivir con Cristo. Lo interiorizamos, sentimos su presencia y vivimos unidos a su bondad para todos. Salvados por pura gracia. Lo visualizamos. Tu don es inalcanzable para nosotros pero tu eres generoso y nos colmas de gracia y de ternura. Queremos recibirte y ser con Jesús un nuevo don para los hermanos. SILENCIO DE COMPRENSIÓN, DE MANIFESTACIÓN, DE GRACIA.
Salmo
Sal 136,1-2.3.4.5.6 R/.Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti Junto a los canales de Babilonia nos sentamos a llorar con nostalgia de Sión; en los sauces de sus orillas colgábamos nuestras cítaras. R/. Allí los que nos deportaron nos invitaban a cantar; nuestros opresores, a divertirlos: «Cantadnos un cantar de Sión.» R/. ¡Cómo cantar un cántico del Señor en tierra extranjera! Si me olvido de ti, Jerusalén, que se me paralice la mano derecha. R/. Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti, si no pongo a Jerusalén en la cumbre de mis alegrías. R/.
Lectura del santo evangelio según san Juan (3,14-21): En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.»
GUÍA: Como Moisés elevó la serpiente en el desierto para que fueran curados, así Jesús es elevado en la cruz para darnos la salvación. El que cree en él no será juzgado, se acerca a la luz. El que no cree se aleja de la luz. Ven Espíritu Santo, danos tu luz y transforma nuestra voluntad y nuestra fe. SILENCIO DE TOMA DE CONCIENCIA, DE ACOGIDA, DE MISIÓN.
RECOGEMOS NUESTRA ORACIÓN, LOS SENTIMIENTOS Y LOS DESEOS.
INVOCAMOS A MARÍA PARA QUE NOS MUESTRE A JESÚS SU HIJO.
NOS DIRIGIMOS AL PADRE CON LA ORACIÓN DE JESÚS: PADRE NUESTRO.
CANTAMOS:
1. Tú eres el Dios que nos salva, la luz que nos ilumina, la mano que nos sostiene y el techo que nos cobija.
TE DAMOS GRACIAS, SEÑOR, TE DAMOS GRACIAS, SEÑOR. [BIS TODO]
2. Te damos gracias, Señor, porque has depuesto la ira y has detenido ante el pueblo la mano que lo castiga. bis
3. Y sacaremos con gozo del manantial de la vida las aguas que dan al hombre la fuerza que resucita. bis
4. Entonces proclamaremos: “Cantadle con alegría. El nombre de Dios es grande, Su caridad infinita. bis
5. Que alabe al Señor la Tierra Contadle las maravillas. Qué grande en medio del pueblo el Dios que nos justifica. bis