Tras una larga batalla legal, el pasado 9 de mayo fue publicada la sentencia del Tribunal supremo sobre “Consumidores: Condiciones generales abusivas; cláusula suelo en los préstamos hipotecarios”, condenando a las entidades BBVA, Cajamar y NGC a eliminar dichas cláusulas de los contratos en los que se insertan y a cesar en su utilización”.
Toda la sentencia se basa de hecho en la falta de transparencia. Por otra parte, hay que destacar que dicha sentencia sienta jurisprudencia y, por tanto, debe ser de extensión al resto de entidades bancarias. Además, contra de lo que sostenía la Asociación de Bancos y Cajas, el hecho de que se fuera al notario y se aceptase la escritura no implica ni transparencia ni negociación previa de las controvertidas cláusulas.
Desde el grupo de Izquierda Unida Almería contra la cláusula suelo exigimos a las tres entidades en particular (BBVA, Cajamar y NCG) y al resto de bancos en general, a asumir con dignidad la sentencia y a cesar inmediatamente la aplicación de este abuso bancario.
Mientras tanto, desde Izquierda Unida seguiremos luchando contra este abuso tanto en la calle como en las instituciones, ayudando e informando a la enorme cantidad de personas afectadas, haciendo la presión social y política a todos los niveles y en todos los frentes hasta acabar con la injusta cláusula suelo y animando a los ciudadanos a cambiar el mundo, porque no es locura ni utopía, sino justicia.
El Euribor es el principal índice de referencia utilizado para señalar el tipo de interés de los préstamos hipotecarios de nuestro país. Aquellos que tenemos hipoteca hemos incorporado en nuestro vocabulario habitual esta palabra. Recientemente este indicador, el más utilizado para el cálculo de hipotecas, cayó por primera vez en su historia por debajo del 0,5. En esta situación, desde varios medios de comunicación y desde ciertos ámbitos políticos se lanzan mensajes sobre cómo aliviarán estas bajadas las economías de millones de hogares en nuestro país, algo que desgraciadamente no es cierto: Nos encontramos con suelos o intereses mínimos de entre el 3% y el 6% (se han dado casos incluso del 10%). Hablamos de que estos hipotecados pueden estar pagando entre 80 y 300 euros mensuales más de lo que les corresponderían en base a la aplicación del Euribor actual. Teniendo en cuenta que hasta hace bien poco se estaban formalizando hipotecas de hasta 40 años, nos podemos hacer una idea del coste enorme e indecente de dinero que supone a lo largo de la vida de un préstamo para los bolsillos de las personas afectadas.
Millones de hogares se podían estar beneficiando de la bajada del Euribor, es indignante que una maniobra de la banca adultere las reglas del juego en su propio beneficio, una banca, no nos olvidemos, que es rescatada con dinero público, ante lo cual no cabe más que preguntarse: ¿Y a los ciudadanos quién nos rescata?
Con el fin de denunciar y reclamar por dicha práctica abusiva, contamos como referencia legal con la orden ministerial de 5 de mayo de 1994, y con la Orden EHA/2899/2011 que exigen transparencia y marcan exactamente cuáles son los trámites a seguir para asegurar que la contratación se realice en el marco de una adecuada información y con total conocimiento por parte del cliente.
Desde IU Almería hemos demostrado que se puede y se debe luchar contra estos abusos con la creación de un grupo de trabajo que inició una campaña informativa allá por el mes de septiembre recorriendo la provincia y explicando en charlas talleres los caminos abiertos a los ciudadanos para reclamar contra este abuso bancario, asesorando directamente o a través de las redes sociales a miles de afectados y convirtiéndose en un referente a nivel nacional que ya ha logrado la anulación de no pocas cláusulas suelo e incluso el reembolso de todo el dinero cobrado de más por un valor total de mas de 50.000 euros. Una campaña útil que forma, informa y anima a organizarse en torno a un problema común, por encima de ideologías y prejuicios, y que crece y suma apoyos cada día entre unos ciudadanos que mandan mensajes de auxilio porque no aguantan más. Todo ello, repito, porque no es locura ni utopía, sino justicia.