“Hay tanta o más gente que años anteriores pero no se gastan un euro”, relata un empresario de la hostelería de Mojácar, percepción que es secundada por un vecino que vive en la zona de la playa y que percibe que “el turismo que ha venido este año es el de la juventud durante los fines de semana y los veinteuristas de los hoteles ‘todo incluido’”.
La percepción generalizada es que Mojácar ya no es lo que fue, “ni por asomo”, “aquella Mojácar de los bohemios millonarios ha pasado al olvido”, y ahora se ha llenado de gente que no se gasta el dinero, que acuden los a pasar los fines de semana en las discotecas de la playa, a hacer la despedidas de solteros y a acogerse a las ofertas de los hoteles de la playa que a precios irrisorios ofrecen todo incluido.
Y ahora se ha llenado de gente que no se gasta el dinero, que acuden los a pasar los fines de semana en las discotecas de la playa, a hacer la despedidas de solteros y a acogerse a las ofertas de los hoteles de la playa que a precios irrisorios ofrecen todo incluido.
Uno de los déficits más importantes que tiene Mojácar es el de las infraestructuras, por lo que solamente ofrece en la actualidad sol y playa, ninguna otra posibilidad se le ofrece al visitante que pretende disfrutar de unos días en este municipio costero del Levante Almeriense que dio renombre a la provincia de Almería en la década de los 60, conteniendo el único Parador Nacional que posee la provincia.
Ninguna oferta cultural se le puede ofrecer al visitante, no existiendo programas para que el turista pueda escoger y distraer su tiempo en algo que no sea tomando el sol en la playa.
Aunque la reivindicación histórica han sido las infraestructuras, en lugar preferente cabe reseñarse el decaimiento del casco urbano, principal atractivo turístico de Mojácar y que fuera lo que le hiciera mundialmente famosa. Hoy el casco urbano dista mucho de ser lo que era y por la noche se convierte en una urbe fantasma en contraste con el bullicio y el deleite que supuso para muchos visitantes la noche mojaquera, una oferta turística que consiguió atraer a lo más selecto de la sociedad española.
Los típicos bares ingleses ubicados en las angostas y serpentineantes calles empedradas del casco urbano situado sobre una colina prácticamente han desaparecido de la escena urbana. Junto al urbanismo, la hostelería empleó a gran parte de los mojaqueros y mojaqueras así como a muchos visitantes que optaron por quedarse. En la actualidad es la hostelería en el casco urbano un sector productivo en declive. Son bastantes los lugareños que responsabilizan a la Alcaldesa, Rosa Mari Cano, de la decadencia del turismo en el término municipal de Mojácar, por pretender convertir su principal atractivo, el casco urbano, en una zona residencial y por consiguiente exenta de bares y restaurantes. Carente Mojácar de su principal atractivo, como es el casco urbano, su decadencia, sostienen, está asegurada, y el principal aliado de la Alcaldesa, Rosa Mari Cano, es la carencia de aparcamientos.
En el antiguo Campo de Fútbol se ha construido un mastodonte con dos plantas para cien aparcamientos que estando finalizadas las obras no encuentra quien lo ponga en funcionamiento ya que no lo desea ninguna empresa como concesionaria. Otros espacios destinados a aparcamiento junto a la carretera no son acogidos con entusiasmo por quienes pretenden adentrarse en el casco urbano. Históricamente se ha sostenido que el lugar idóneo para la construcción de aparcamientos y que hubiera supuesto la solución definitiva a esta problemática es en el enclave del Pavana, en el acceso al casco urbano, pero despropósitos municipales lo han venido impidiendo.