Buenas noches, Andalucía.
Me dirijo a vosotros desde un hospital que pronto reabrirá sus puertas, el antiguo
Hospital Militar de Sevilla. Un edificio que se cerró hace casi dos décadas y que
en enero se pondrá al servicio de todos los andaluces, de manera parcial y
transitoria, como Hospital de Emergencia para el Covid-19.
Un centro en el que trabajarán profesionales como las doctoras Charo Amaya y
Mercedes Jiménez o Antonio Vázquez, coordinador de enfermería de la UCI de
este hospital, que están aquí con nosotros y que representan a nuestros
excelentes profesionales de la sanidad, que son el auténtico pilar del sistema
público de salud de Andalucía.
No sólo sois protectores y cuidadores de la salud, sino que también sois la
compañía, el calor y la ternura para tantas personas que pasan a diario por
vuestras manos.
Gracias a todas vosotras y vosotros por vuestro trabajo y dedicación, por vuestra
vocación y valores humanos. Los andaluces somos afortunados por contar con
vuestra entrega.
Hemos elegido un hospital para el mensaje de Navidad como símbolo de la
importancia que tiene la sanidad pública.
En 2020 nos hemos tenido que adaptar a una nueva situación y muchas cosas
que eran importantes se han convertido de repente en urgentes.Este Hospital de Emergencia para el Covid-19 es una de las 971 obras de mejoras en centros de salud, ambulatorios y hospitales que, con una inversión de 170 millones de euros, hemos hecho desde el final del verano.
La sanidad pública de Andalucía tiene hoy más recursos económicos y más
profesionales que nunca.
Se trata de hacer de la necesidad virtud y de intentar convertir una crisis como
ésta en una oportunidad para mejorar los servicios públicos, para afrontar de la
mejor manera posible la pandemia y para que, cuando acabe esta pesadilla, los
andaluces contemos con una red sanitaria más fuerte y más moderna.
Todos sabemos que ésta es una Navidad diferente, porque todo es diferente
desde hace meses. Nos hemos tenido que adaptar a circunstancias que han
cambiado nuestras vidas y que esperamos dejar pronto atrás.
Salir de casa con una mascarilla puesta, lo que hoy se ha convertido en un gesto
cotidiano y que hacemos casi con toda naturalidad, era tan sólo hace un año
algo completamente ajeno a nuestras vidas.
Vivir una Navidad en la que tenemos que contener el impulso tan natural de
abrazar a nuestras madres o hermanas o de dar un beso a los abuelos o a los
nietos era sencillamente impensable.
En 2020 hemos hecho frente a situaciones muy duras, como el dolor personal y
colectivo y el dolor de ver truncadas ilusiones y proyectos vitales en Andalucía,
en España y en el mundo entero.
2020 no ha sido un buen año, pero no podemos decir que ha sido un año
perdido.
Este año hemos vuelto a comprobar la solidaridad y la capacidad de los
andaluces.
Miles de trabajadores de los servicios esenciales se han volcado para que la
vida continuara, entre ellos, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, la
Policía Local, los militares, los transportistas, los trabajadores de los
supermercados o de los servicios de limpieza, los sanitarios o losfarmacéuticos… Si no llega a ser por ellos, no podríamos hacer frente a la pandemia como lo estamos haciendo.
Lo que hemos vivido, y lo que nos queda aún por vivir, nos ha servido para
valorar lo que tenemos.
La pandemia nos está causando un daño enorme: el peor de ellos, las vidas que
hemos perdido. Casi dos millones de personas han fallecido en el mundo,
oficialmente, más de 50.000 personas en España y más de 5.000 personas en
Andalucía. Y ello con el dolor añadido de no poder despedir a esos seres tan
queridos como estamos acostumbrados a hacerlo.
Hoy estoy con esas familias que empezarán el año sin un ser querido. Tenéis
todo mi afecto y todo mi cariño. Comparto vuestro pesar.
Pero el dolor muchas veces saca lo mejor de nosotros mismos.
El distanciamiento social está logrando que nos sintamos todos más cerca unos
de otros. Parece una contradicción, pero no lo es porque pocas cosas hay que
unan más a los seres humanos que compartir los miedos y las esperanzas.
Andalucía ha demostrado ser un pueblo responsable, cumplidor y comprometido
y, como presidente de todos, debo decir que me siento orgulloso del
comportamiento de nuestra sociedad. Estamos en el buen camino y os animo a
seguir por él.
Comparto con la inmensa mayoría de los andaluces el hartazgo y la rabia, la
impotencia a veces, ante esta situación y sus consecuencias en la salud, en la
vida social y en la economía, en el sustento de muchas familias. Especialmente,
en trabajadores y empresarios de sectores como la hostelería, el comercio, la
cultura, el ocio o el turismo, que son los principales damnificados por los efectos
económicos de la crisis sanitaria.
Sé que es difícil pedir confianza cuando lo inesperado te golpea, pero quiero
que tengáis la seguridad de que hacemos todo lo posible por ayudaros y que
Andalucía volverá a ser la sociedad alegre y abierta que siempre fuimos. Esta crisis ha puesto ante nosotros un reto apasionante como es el de servir a los andaluces en el momento más complicado de nuestra historia reciente.
La pandemia está demorando la posibilidad de alcanzar algunos de los objetivos
que nos habíamos marcado al iniciar este mandato, pero hoy quiero deciros que
tenemos muy claros esos objetivos y que estoy seguro de poder alcanzarlos en
los dos próximos años.
Con el esfuerzo de todos y nuestro espíritu reformista vamos a mejorar la
realidad y el destino de Andalucía como os prometí en mi investidura. Os pido
confianza porque, con vuestra ayuda, lo vamos a conseguir en cuanto
dobleguemos a este enemigo cruel que es el coronavirus.
Hago un llamamiento a todas las fuerzas políticas, también a los agentes
sociales, para aprovechar esta oportunidad de servir unidos en la época más
difícil, de ir a una y de poner lo mejor de nosotros mismos en el año que ahora
comienza. Todos estamos llamados a la responsabilidad y los andaluces nos
necesitan a todos.
Abogo de nuevo por recuperar el espíritu de la Transición, el de los grandes
acuerdos. España es una tierra plural unida por los valores de la Constitución y
Andalucía, como tierra en la que vivimos más españoles, defenderá los
principios de igualdad, solidaridad y unidad que tantos logros han supuesto para
nuestro país.
En estas circunstancias de la pandemia es un tremendo error abrir debates que
dividen a los españoles. Nada sólido puede construirse basado en la división y
el enfrentamiento porque el futuro sólo puede edificarse desde la unidad y el
consenso. Si así lo hacemos y si somos generosos a la hora de ceder para
encontrar el acuerdo, el juicio del tiempo será también generoso con nosotros.
Decía que pocas cosas hay que unan más a los seres humanos que compartir
miedos y esperanzas. Porque hay que hablar también de la esperanza.
Esta crisis nos ha permitido dar un salto cualitativo en el teletrabajo. La
aplicación de las nuevas tecnologías se ha impuesto en nuestras relaciones de todo tipo: en las comerciales, en las personales y también en su aplicación en la docencia.
Quiero felicitar a la comunidad educativa porque el esfuerzo y la confianza
conjunta de docentes, trabajadores, padres y alumnos han mantenido en pie
uno de los pilares de nuestra sociedad como es la educación de los andaluces
del futuro.
La nueva realidad nos ha hecho ver con claridad que la digitalización es el futuro,
así como la importancia que tiene proteger el medio ambiente y luchar contra el
cambio climático.
Al igual que seguiremos trabajando para que desaparezca la violencia de género
y la mujer ocupe el lugar que merece en nuestra sociedad.
Andalucía ha demostrado tener un potencial que algunos desconocían.
Nuestras mujeres y hombres valientes de la pesca y el campo han permitido
llenar las despensas de Europa durante los duros meses de confinamiento,
batiendo el récord de exportaciones.
Nuestros transportistas han desempeñado una labor vital para conseguirlo y a
ellos quiero también mostrar mi agradecimiento y mi afecto, sobre todo en estos
días en los que muchos se han visto atrapados sin poder cruzar una frontera.
También estamos en deuda con vosotros.
Como decía Aristóteles, la esperanza es el sueño del hombre despierto.
Nuestras metas más cercanas y también esos anhelos que el tiempo ha
guardado en el frío cajón del olvido, todo eso, seremos capaces de alcanzarlo y
recuperarlo si no dejamos de soñar y no dejamos de lado la esperanza.
Soñemos que el 2021 vencerá al coronavirus, soñemos que el mundo podrá
derrotar a la pandemia y tengamos esperanza, esperanza en las vacunas que
en Andalucía se comenzaron a administrar hace tres días, el pasado domingo.
Andalucía tiene los medios para vacunar, tiene un personal sanitario motivado y
preparado, las infraestructuras y el instrumental necesario. Todo ello, fruto de
una adecuada planificación.
Soy consciente del esfuerzo que estamos haciendo todos y lo complicado que
es gestionar una pandemia como ésta, pero confío en que el Gobierno de
España haga todo lo posible por aumentar el envío de vacunas.
Al mismo tiempo que tenemos organizada y en marcha la logística para vacunar
en las ocho provincias, nos preparamos para luchar contra una probable tercera
ola.
Hoy, afortunadamente, somos una de las comunidades autónomas con menor
tasa de contagio con 134 casos por cada 100 mil habitantes, pero nadie puede
asegurar que dentro de unas semanas no estemos en peor situación, porque
así está ocurriendo en otras regiones de España y del mundo.
Quiero insistir en la prudencia de todos. A los más jóvenes, sé que os estamos
pidiendo mucho y quiero daros un mensaje de ánimo y confianza porque
Andalucía os necesita, necesita a su juventud.
A los mayores, quiero deciros que estamos especialmente orgullosos de
vosotros y que os admiro porque resulta admirable cómo estáis haciendo frente
a esta situación, demostrando una vez más que sois esa generación que tanto
nos ha dado y por la que vivimos mejor y más libres.
Me emociona saber que, pese a lo importante que es para todos estar en familia,
miles de andaluces habéis decidido pasar estas fechas solos o en grupos muy
reducidos y os habéis conformado con ver a los hijos o a los nietos por la
pequeña pantalla de un teléfono móvil. Con el corazón os digo que tenéis todo
mi respeto y mi admiración, porque nos estáis dando a todos una lección
admirable de valor y de coraje.
A todas las andaluzas y andaluces os pido confianza y esperanza. No nos
cansemos nunca de repetir la palabra esperanza, verde como el verde de
nuestra bandera. Cada vez estamos más cerca, pero todavía no hemos llegado
al final, así que no perdamos el pulso en los últimos meses.
Os pido confianza en un Gobierno que a su vez confía plenamente en Andalucía
y en los andaluces. Juntos ya hemos demostrado que podemos conseguir grandes metas y venceremos a la pandemia, reconstruiremos todo lo que se ha llevado por delante, desde nuestro corazón, con nuestras manos, con nuestra alma, con nuestra esperanza, con toda nuestra esperanza. Esperanza en un tiempo mejor para el que puedo prometer la máxima entrega.
Andalucía y los andaluces tienen hoy más derecho y más necesidad que nunca
de una política de altura y vamos a estar ahí.
Os deseo, ante todo, salud, fuerza y el mismo coraje que habéis demostrado
hasta ahora y, una vez más, os doy las gracias por lo que habéis luchado,
resistido y aportado durante este año tan difícil.
Cada día está más cerca la hora del reencuentro.
Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo.