En el año 1980, hace veintitrés años, las Naciones Unidas reconocieron explícitamente que la violencia contra las mujeres en el entorno familiar es el crimen más frecuente en el mundo.
Desde CSIF consideramos que sigue siendo necesario promover una concienciación real de la sociedad para terminar con esta lacra que evidencia el enfoque más terrible y traumático de la desigualdad y la violencia que se ejerce contra las mujeres.
Y esto solo se conseguirá si situamos las políticas de igualdad y el valor de la mujer como una pieza fundamental en las prioridades sociales y educativas de los diferentes gobiernos. Esta tarea pasa necesariamente por un incremento de la inversión presupuestaria en este tipo de políticas que, lamentablemente, han quedado orilladas en el contexto de la actual crisis económica.
Debemos dar un apoyo incondicional a las víctimas y una enérgica repulsa de la manifestación más grave de la desigualdad, la violencia de género.
Asimismo, debemos mantener los proyectos o actividades que tiendan a la prevención y erradicación de la violencia de género, así como fomentar la elaboración de protocolos de acoso sexual y por razón de sexo en el ámbito empresarial y Organismos Públicos.
Las presiones de CSIF, junto a otros sindicatos, han permitido, en el ámbito de la Administración General del Estado, reabrir la Comisión Técnica de Igualdad, que llevaba paralizada desde hace dos años.
Pues bien, ha llegado el momento de:
• Recuperar el tiempo perdido y desarrollar y dar un nuevo impulso al Plan de Igualdad de la AGE con el apoyo de las Unidades de Igualdad.
• Impulsar como medida de prevención, el Protocolo de actuación contra el acoso sexual y por razón de sexo, que es otra manifestación de violencia contra la mujer pero en el entorno laboral. (sólo cuatro Ministerios lo han adaptado).
• Desarrollar protocolos de movilidad para empleadas públicas víctimas de violencia de género entre las distintas Administraciones que garanticen su seguridad y su adaptación a la vida normal.
En las Administraciones Públicas también existe una realidad invisible que se traduce en movilidad en el puesto de trabajo por otras causas que esconden violencia de género por miedo de las mujeres a ser estigmatizadas y que en muchos casos va unido a la pérdida de retribuciones, dificultades para conciliar, dificultades de promoción profesional, entre otras.
Sin dudar de la buena voluntad de esta forma de actuar debemos denunciar que genera un vacío de seguimiento y que no permite evaluar los resultados de las medidas implantadas y su necesaria evolución para una mayor protección y para garantizar que ninguna mujer quede desprotegida. Debemos seguir trabajando para garantizar un entorno laboral libre de violencia, libre de acoso sexual y por razón de sexo, y el derecho a que las trabajadoras en la Administración que sufren este estigma sean tratadas con la mayor dignidad y respeto.
CSIF quiere mostrar su apoyo incondicional a las víctimas y su enérgica repulsa a la manifestación más grave de la desigualdad, la violencia de género.