El medio centenar de alumnos ha aprendido a capturar imágenes sin cámara, sin flash, sin objetivo y sin carrete, empleando únicamente una lata y papel fotográfico. Esta técnica, la de la ‘cámara oscura’, ha sido una de las más aplaudidas por los alumnos, “nunca imaginamos que se pudiesen obtener imágenes con una simple lata”.
Ilan Wolff, fotógrafo israelí de importante prestigio internacional, se ha especializado en esta técnica, llegando incluso a perfeccionarla y añadirle matices nuevos que han dado lugar a dos técnicas diferentes, el lunagrama y el calorigrama, siendo la luna y el calor las dos fuentes que Wolff emplea para la obtención de sus fotografías.
El entusiasmo y pasión que pone en su profesión ha sabido trasmitirla durante este Curso de Verano a los alumnos, llegando estos a asegurar que el taller “ha superado nuestras expectativas”.
Pese a que ninguno de ellos era estudiante de fotografía y nunca antes se había iniciado como fotógrafo, Wolff ha asegurado que el resultado obtenido tras estos cuatro días de taller ha sido “asombroso”. Por su parte, el director del curso, Francisco Elvira, ha llegado a proponer que el curso que viene se lleve a cabo una exposición donde se recojan los trabajos de los alumnos para que se pueda apreciar la calidad obtenida.
Cómo única crítica realizada al curso, los alumnos han demandado una mayor duración, ya que en cuatro días “no podemos aprender todo lo que nos gustaría”. Y es que sin duda, el fotógrafo ha despertado en los alumnos una pasión oculta por la fotografía.