“Las iniciativas sociales son un motor esencial para el desarrollo local”, afirma Denyse Côté en los Cursos de Verano de la UAL. La experta ha explicado en Purchena una experiencia de economía social llevada a cabo en Québec (Canadá), que duró tres años y generó gran cantidad de empleos.
La profesora Denyse Côté, de la Universidad de Québec en Outaouais, ha participado esta mañana en el curso de verano de la Universidad de Almería sobre ‘Experiencias de Desarrollo Local’, que se celebra en Purchena, donde ha manifestado que “las iniciativas promovidas por colectivos sociales son un motor esencial del desarrollo local”. El título de su ponencia ha sido ‘Gobernabilidad, descentralización y desarrollo local’, y en la misma ha explicado que “en la actualidad está cambiando el concepto que tenemos de las zonas rurales, que no son sólo el lugar donde uno nació, sino que también son zonas dinámicas, con realidades presentes y con expectativas de futuro”.
Según ha dicho, “ha cambiado la manera de ver lo local, sobre todo a causa de la descentralización administrativa, con los medios de comunicación, que llegan a todas partes, internet, la mejora de las infraestructuras, la gente viaja más, etc. Se ha modernizado mucho lo que son las regiones y, por ejemplo, en Québec, ha habido movimientos sociales muy fuertes desde finales de los años 60, sociales, ambientales, feministas, etc., que han sido un motor de desarrollo”.
En su intervención, Denyse Côté ha detallado determinadas experiencias de desarrollo local en el Québec, en concreto, una serie de proyectos de economía social llevados a cabo en los años 90. Ha expuesto “cómo se plantea el desarrollo local en el contexto de la descentralización administrativa y política que tenemos, porque el Estado está delegando poderes. Está situación se está dando por todo el mundo, porque el nuevo modelo del Estado es muy descentralizado. En Québec en particular se está descentralizando con un modelo que es distinto del resto de Canadá y de Estados Unidos, porque Québec siempre ha tenido unos movimientos sociales muy fuertes, muy enraizados a nivel local. Siempre ha habido unas élites locales fuertes”.
Por eso, ha afirmado que “hay multitud de grupos en todo Québec que están muy enraizados a nivel local y la descentralización les obligó a tener contactos con la empresa privada o las administraciones locales o regionales. Ahí entra el desarrollo local pensado, no sólo en términos económicos, sino también en lo social. Esto ha producido unas experiencias bastante interesantes en Québec”.
Ha relatado una de las citadas experiencias, ocurrida en los años 90 en Québec. “El gobierno central decidió establecer una política de apoyo económico a proyectos locales de economía social, que fueran administrados por un comité paritario formado por representantes del gobierno y grupos de mujeres. Esto nunca se había visto en el mundo. Y el gobierno, en manos de un partido independentista, que tenía su propio programa político, y quería el mayor apoyo de los votantes para el referéndum que había en poco tiempo, apostó con esa política para ganarse a ciertos sectores sociales. Ahora se dice que la experiencia fue un fracaso, porque sólo duró tres años, pero yo digo que fue algo muy novedoso, una auténtica revolución y produjo muchos empleos”. Según esta experta este modelo se puede aplicar en otros lugares del mundo.