La Mesa del Clima de Almería celebrará el Día Mundial de Medio Ambiente con un evento lúdico-reivindicativo, la mañana del 4 de junio, en la Plaza Vieja del Ayuntamiento.de Almería, para festejar que los 21 ficus se quedan.
Desde 1974 la comunidad internacional viene celebrando el Día Mundial del Medio Ambiente, recordando el daño que infligimos al Planeta, el perjuicio sobre el bienestar de las personas y la urgencia de restituir los ecosistemas naturales, de poco ha servido en España y en especial para Almería.
Nuestra provincia, una de las regiones europeas más expuestas a los impactos del cambio climático, necesita transitar con mayor urgencia hacia otra manera de producir, consumir y transportarnos con justicia social y ambiental, dando respuesta a la escasez de agua, la desertificación y pérdida de suelo fértil, los residuos y carestía energética.
Para la Mesa del Clima el agua es vida, un derecho humano fundamental y no sólo un recurso económico, aludiendo a la sobreexplotación que sufren los acuíferos subterráneos por la agroindustria superintensiva cuyo impacto es la desertificación y pérdida de suelo fértil en la provincia, especialmente reflejado con el “ecocidio” del río Aguas.
Asimismo, advierten sobre la expansión de macrogranjas porcinas, concentradas en Levante almeriense, que consumen una cantidad ingente de agua, y cuyos purines producen fuertes olores y concentración de insectos, contaminando la capa freática con sus nitratos.
La depuración de las aguas residuales tampoco cumple con parámetros de saneamiento eficaces, lo que exige cambios normativos en el tratamiento de las depuradoras, evitando el deterioro creciente del litoral y de las masas de agua costeras.
Otro elemento de preocupación es la presión urbanística, ya que el cambio del uso del suelo, está amenazando tanto a las tierras fértiles de cultivo de las vegas de Almería como a la costa por ejemplo los proyectos de construcción de “hotelitos con encanto” en el del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar que ponen en riesgo su conservación y sustentabilidad.
Además, la provincia está asistiendo a una presión voraz de las grandes empresas eléctricas y fondos de inversión para la implantación de megaplantas fotovoltaicas y eólicas, que transforman al territorio y a sus habitantes en zonas de “sacrificio”. Un modelo que favorece al monopolio energético, frenando el desarrollo del autoconsumo y comunidades energéticas basado en renovables, como ocurre en la zonas de la Alpujarra granadina y almeriense (línea Orgiva- Gádor), el Campo de Tabernas y Sorbas, etc.
De igual modo preocupa la contaminación provocada principalmente por los residuos del plásticos (agroindustria), que forman parte del suelo, aire y agua afectando a la salud de las personas y del ecosistema, y que los temporales arrastran al mar con frecuencia.
Tampoco se olvidan de las tierras contaminadas de Palomares, que tras cincuenta años del accidente sufrido por el B-52 y la caída de las 4 bombas termonucleares, siguen sin ser evacuadas, ni sus daños restituidos a su población ni a su hábitat.
Desde la Mesa del Clima entienden que es hora de revertir la situación, destacando la necesidad de organización y movilización ciudadana para frenar las políticas depredadoras; cuyo ejemplo más ilustrativo lo encontramos con la reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, que destacando el valor patrimonial y ambiental de los ficus de la Plaza Vieja de Almería, va ha impedir que se arranquen, lo que ha constituido una conquista de valor histórico; y aplauden la decisión del gobierno municipal de no recurrir dicha sentencia, pero se le recuerda la responsabilidad de cumplir los compromisos adquiridos, reclamando la necesidad de poner en marcha los Consejos Municipales de Medio Ambiente y el del Clima.