Indudablemente, hoy se valora mas al que “tiene” que al que “es”. Sin embargo el hecho de haber sido Presidente de la Comunidad de Madrid o su alcalde, no cambia sustancialmente lo que uno es.
Ruiz Gallardón se ha retirado de la política, siendo lo mismo que era cuándo entró: Gallardín, porque Gallardón era su padre. Entró en Alianza Popular de su mano; succionó las tetas de Fraga durante toda su vida política; zancadilleó a todo el que le superaba y estorbaba y se ha retirado a un aúreo exilio político, por que fuera de la política, no ha dado un palo al agua en toda su vida.
Pretendo dar a conocer unos hechos en testimonio de unos entrañables amigos que fueron injustamente tratados y miserablemente difamados y, al mismo tiempo, mostrar la condición de uno de los causantes de ese daño y que ha llegado a ser Ministro de Justicia.
El 10-8-1984, el alcalde de AP de Gergal, fue agredido por un grupo encabezado por un asiduo visitante de la cárcel de Almería y actualmente preso por la muerte de una persona. El motivo de la agresión fue por la negativa del alcalde de concederle el bar de la verbena, que el Ayuntamiento instalaba con motivo de las fiestas patronales.
Con el alcalde ingresado en el hospital, este grupo amenazó al Teniente de Alcalde, de que no permitirían que alquilara el bar a otros que no fueran ellos. Éste pensó en suspender las fiestas. Pero poco después, con el conocimiento del partido, llamó a un militante, asiduo colaborador, para que se encargara de recoger las entradas de la verbena.
El 15-8-1984, aparecía con grandes titulares en la primera página del periódico socialista ” La Voz de Almería” (cuya propiedad fue el fruto de una golfería),que “una banda armada ha sembrado el pánico a tiros en Gergal”. En un esquinado y pequeño recuadro interior, venía un informe de la Guardia Civil que decía que “no se tenía constancia de la utilización de armas de fuego y que la riña había sido influenciada por la ingestión de bebidas alcohólicas, en un bar situado frente al cuartel.
Una larga campaña de desprestigio por parte socialista se inició en los periódicos locales y nacionales. Interviú publicaba dos reportajes en semanas sucesivas, en los que aparecía el Presidente Provincial caricaturizado con dos pistolas al cinto y con vestimentas simbolizantes de la extrema derecha.
El Presidente Regional Hernández Mancha, pocos días después, condenaba ante los Medios de Comunicación los procedimientos pistoleriles. Condena que tuvo que rectificar al día siguiente, ante la advertencia de enviar un notario a levantarle acta por sus declaraciones. La razón por la que Hernández Mancha hizo esas manifestaciones no se conoció hasta meses después. Fue obra de su Secretario Regional Andrés García Lorca, actual Delegado de Gobierno de Almería. Lo sucedido en Gergal le vino a éste como anillo al dedo para sus ambiciosas pretensiones en Almería. Para ello, concertó y preparó con el gobernador socialista una carta que para hacerla mas interesante llevaba el sello de confidencial. Ésta le sería remitida a él mismo, para que través suya la hiciere llegar a Hernández Mancha y a Fraga. La carta fue redactada y acordada a toro pasado. Lleva la fecha del día que agredieron al alcalde, por lo que todo su interesado contenido prueba que perseguía un objetivo que al final alcanzó. El gobernador, a su libre albedrío, relata en ella unos hechos que sucedieron con posterioridad a la fecha en que fue escrita.
Dos años después, un juez condenó al agresor del alcalde a seis años y un día de cárcel e impuso una multa de 5,000 pesetas, a los que participaron en la riña, según la sentencia, producida por exceso de alcohol.
El 20-9-1984, sin conocimiento de la Dirección Provincial, Antonio Hernández Mancha acompañado de sus dos vicepresidentes, allanaban la Sede Provincial y convocaban una rueda de prensa en la que se les comunicaba a los Medios el fulminante cese de la Dirección Provincial. Mientras se celebraba la rueda de prensa, un cerrajero cambiaba la cerradura de la puerta. Esa misma tarde muy “ democráticamente” se nombraba una Junta Gestora. No hacía falta misivas, se notaba la mano de Fraga. Éste, sin duda, estaba dotado de una cabeza privilegiada. Pero también tenía sus peros, sus proverbiales arrebatos y como todo humano muchas carencias.
El 6 de octubre se le entregó en mano un escrito firmado por mas del 85% de los cargos políticos y del partido de Almería y provincia, en el que se ponían todos los cargos a su disposición, si en un breve plazo de tiempo no se convocaba un Congreso Provincial que dirimiera el error cometido. Tras la entrega del escrito, Fraga prometió tres cosas: Que el Congreso se celebraría en el plazo mas breve posible; que se realizaría bajo su presencia y que velaría él mismo por su pureza. Pocos días después enviaba una carta a todos los firmantes del escrito, en la que decía que todos los seres humanos son susceptibles de cometer errores, pero los errores son tanto mas disculpables cuánto mayor es la buena fe con la que se actúa.
Para velar por la pureza prometida, Fraga nombró a Ruiz Gallardón, y le confirió plenos poderes para arbitrar y mediar en el conflicto creado. Como mozo de mulas, quebró todas las garantías internas del partido y quebrantó la honestidad de la mayoría de sus militantes.
El 25 de octubre, la Junta Gestora de acuerdo con Gallardón, convocaba asambleas locales en todos los municipios de la provincia para elegir nuevas Juntas. El varapalo que recibió la Junta Gestora fue histórico. En el mismo comunicado se hacía constar que a partir del día 4 de Noviembre, el listado de afiliados estaría a disposición de las candidaturas. Todas las nuevas Juntas Locales celebradas, la mayoria con una sóla candidatura, fueron ganadas por los dirigentes destituidos, incluso el Congreso Provincial de los jóvenes de NNGG. Sólo Adra, pueblo en el que se adoptó no acudir por no dividir la militancia se lo anotaron los partidarios de la Junta Gestora, aunque el resultado fue chistoso. El número de votos alcanzados fue menor al número de personas que integraban la candidatura.
La entrega del listado de afiliados prometida por Ruiz Gallardón, para el citado 4 de noviembre, se logró doce días antes de la celebración del Congreso, después de setenta escritos( uno por día) presentados y sellados en la Sede Provincial, y dos actas notariales.
El 3-1-1985, sin mas comunicación que la de un periódico local, aparecía publicado, un ultimátum firmado por la Gestora. En él, se daba un plazo hasta las dos de la tarde del día siguiente, para hacer efectiva una cuota que habían estipulado, para poder asistir al Congreso.
En tan poco espacio de tiempo se logró ingresar en la cuenta del partido del Santander y en la Sede Provincial, la cuota de 802 militantes, como consta en el extracto de la cuenta bancaria, en la que Ruiz Gallardón se “olvidó” retirar los poderes que tenían concedidos los anteriores gestores. Los ingresos de la candidatura apoyada por Ruiz Gallardón, puesto que su mediación se había convertido en una parcialidad desvergonzada, fueron 38.
El 14 de Enero, después de 18 reclamaciones oficiales ( una por día) se logra cerrar el libro de afiliados. Los estatutos obligaban al afiliado tener un mes de antigüedad para poder votar en los congresos del partido. Ruiz Gallardón y sus muchachos habían falseado el libro oficial de afiliados.. Arrancaron la última hoja del libro dónde aparecía el afiliado 3,305, como el último anotado dentro de plazo. A continuación aparecían cuatro afiliados fuera de fecha. La fraudulenta manipulación les permitió introducir 115 nuevos militantes. Casi todos eran residentes del marginal barrio del Puche. Personal dispuesto por una gratificación ir a un baile de máscaras. El partido en ese barrio nunca había alcanzado ni la tercera parte de votos, al de las personas afiliadas tras la falsificación.
Tres días antes de la celebración del Congreso, Ruiz Gallardón, sin notificación alguna y ante su notorio fracaso, anulaba el pago de cuotas que él mismo había estipulado y cambiaba el lugar de la celebración. Publicado y aceptado como estaba oficialmente El Ejido, lo trasladaba a Mojacar, municipio situado a ciento cincuenta kilómetros en dirección opuesta.
El 26 de enero, día anterior al congreso, la representación de la candidatura que encarnaba la dirección destituida, se reunía con Ruiz Gallardón El objeto de la reunión era para concretar el orden del día, con el fin de que ambas candidaturas pudieran converger en el Congreso sino en entendimiento, al menos en corrección y respeto.
Iniciada la reunión se le mostró a Gallardón, la hoja arrancada y rota, y ahora recompuesta, del libro oficial de afiliaciones. Ante esa realidad , Gallardón se sonrojó y evidentemente nervioso se levantó de la silla y sólo supo balbucear que aquellos afiliados dolosamente incluidos había que aceptarlos, junto con varios centenares mas de fichas de afiliados, con el formato de Coalición Democrática, que llegaron en ese preciso momento. Esa nueva obscenidad acabó con la escasa relación que quedaba y la candidatura declinó nombrar apoderados para las mesas que se dispondrían para la entrega de credenciales.
Y llegamos al día del Congreso. Habían determinado empezar a las ocho de la mañana la entrega de credenciales. Interminables colas de afiliados esperaban pacientemente su acreditación. La mayoría residían en las zonas mas próximas de dónde en un principio habían notificado celebrar el Congreso. Con el inicio de la entrega de credenciales se reiniciaron, de nuevo, los problemas. Muchos militantes sobradamente conocidos, concejales, miembros de la Junta Directiva Provincial, incluso el senador y ex presidente provincial destituido, resultaron no ser afiliados. Fueron muchos los que indignados con esta nueva ofensa regresaron a sus casas y quizás ganaron, al no presenciar el bochornoso espectáculo que continuó durante toda la mañana. Después de iniciado el Congreso, sobre las once de la mañana, comenzaron a llegar autobuses llenos de gentes desconocidas, con las credenciales visiblemente enganchadas de sus ropas. Gentes de toda ralea. Era como el preludio del programa actual de tele-5, Sálvame, en el que a los espectadores y palmeros se les ofrece gratis un día de esparcimiento, viaje y comida.
La ineptitud demostrada por el niñato Gallardón y sus secuaces, hizo que se dejaran sobre la mesa los listados de afiliados de todos los municipios que habían sido utilizados esa mañana. Una prueba mas de los numerosos fraudes cometidos por el futuro ministro de Justicia . Zurgena aparecía con 147 militantes, tres de ellos concejales del PSOE, cuando en realidad sólo contaba con 17 afiliados. Tíjola aparecía con 300, cuándo su número eran 97. Antas que sólo tenía 4, aparecían 35. Otros municipios también mostraban desproporciones semejantes y todos ellos el mismo punto en común: su proximidad a Mojácar. Fraga, presidenció la comida con tan inverosímil compañía. Al acabar ésta y dirigir unas palabras a los comensales, finalizó con una frase para enmarcar, recogida por ABC:” Doy fe de la pureza del Congreso.”
Los miembros destituidos y tratados como delincuentes, habían sido elegidos en un Congreso Provincial. Se hicieron cargo de la provincia mas roja de España, después de Sevilla, tras las Elecciones Generales de los cien años de honradez. Lo primero que acordaron fue su incompatibilidad para ostentar cargos políticos. Caso insólito en política. Fruto de esta decisión, en la Elecciones Municipales celebradas meses después, Almería recogió los mejores resultados de toda Andalucía. Obtuvo el mayor porcentaje de votos, incluso por encima de la media nacional, sólo superado por muy pocas provincias; obtuvo el mayor porcentaje de alcaldes, de concejales, de diputados provinciales y también el mayor número de candidaturas presentadas. Exceptuando Granada, Almería logró 24 alcaldías, igualando en número a las seis provincias restantes. Sevilla, por ejemplo, con idéntico número de municipios y con la gran ventaja de contar con todo el aparato regional, sólo consiguió tres alcaldías. Almería llegó a ser, según la estadística nacional del partido, la primera provincia española en número de afiliados con arreglo a población.
De aquellos polvos, Fraga, Ruiz Gallardón, y “los que ganaron el Congreso” le dejaron a Aznar como herencia, una provincia dónde en las elecciones Generales de 1989, el partido sólo ganó en tres municipios de los 103 existentes aportando al nuevo PP, entre los tres 271 votos. Almería fue la única provincia en toda España, dónde el PSOE, en esas elecciones, aumentó su número de votos con respecto a las anteriores. El 50% de los municipios carecía de representación municipal. De la lista “ganadora de Mójacar” su autofagia sólo dejó cuatro de los mas de veinte miembros que la componían.
El nefario día que Fraga defenestró a la Ejecutiva Provincial, yo fui el único que no fue destituido. Hernández Mancha y los dos Vicepresidentes Regionales así me lo comunicaron dos horas antes en la sede provincial. En ese mismo instante les agradecí el detalle y les manifesté que mi sitio estaba junto a la Ejecutiva. A ti Alberto, al contrario que a mi, te han abierto la puerta de la calle y, de nuevo, te has agarrado a las tetas del partido que no las has soltado desde que tenías 25 años.