Me comentan que en la reunión celebrada al día siguiente de la monumental y barriobajera bronca que protagonizaron en la Casa Consistorial las ediles ‘populares’ Paula Jiménez y Mari Paz Bonet estuvieron presentes el Alcalde y la Concejala de Cultura en contradicción con lo publicado y obviamente no contrastado lo suficientemente, así, pues, mis disculpas que de sabios es equivocarse.
No es la primera vez que me equivoco, me suele ocurrir con suma frecuencia, pero, al contrario que les pasa a los palmeros y a los pesebreros, yo suelo pedir disculpas sinceras y mi dignidad no se ve menoscabada sino honestamente me siento más fuerte. En fin, gajes del oficio, diría el castizo.
Lo que hoy me ocupa es lo sucedido en la mencionada reunión del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Garrucha, porque me cuentan que Bernardo Simón le pidió abiertamente la dimisión a Juan Francisco Fernández y este le respondió que “me iré con honra”. Me aseguran tres fuentes informativas la veracidad de la petición al Alcalde, suscitada para relegar a Paula Jiménez y disminuir los efectos políticos que tendrá la presumible inhabilitación a la que se enfrenta Juan Francisco Fernández ante la imputación judicial de que es objeto por la querella que le presentó el Grupo Municipal Socialista por facturar el Ayuntamiento que preside a la empresa de la que era Administrador Único.
Con independencia de los avatares judiciales, en términos estrictamente políticos yo calificaría como un grave error de Juan Francisco Fernández el haber tomado opción en las normales disensiones que se desencadenan en un Equipo de Gobierno, cuya opinión única es difícil conseguir. El haberse implicado de manera tan activa y con suma determinación por la concejala de Cultura, que dicho sea de paso tampoco es un espejo en el que puedan reflejarse los garrucheros y las garrucheras, solo puede obtener como reacción la postura en contra de los demás concejales, que con el quehacer cotidiano solo puede conseguirse magnificarse las disensiones. Por consiguiente, desde mi humilde punto de vista, el haber tomado postura activa y no haberse mantenido imparcial como Alcalde de Juan Francisco Fernández ha lastrado su gestión, porque parece ser que desde el primer momento surgieron las diferencias entre Mary Paz y Paula.
A este error del Alcalde se suma la insensibilidad de la concejala de Cultura en un momento de especiales dificultades económicas para el país y muy particularmente para el Ayuntamiento de Garrucha, que por segunda vez se ha visto obligado concurrir al plan gubernamental para pagar a sus proveedores, lo que sitúa al Ayuntamiento en un gran punto de inflexión al desconocerse el pago de nóminas a la plantilla municipal. Y en este momento de gran dificultad tiene la feliz ocurrencia la concejala de Cultura, también de festejos, de contratar a un artista con tan elevado caché, 25.000€ más la correspondiente comisión, que ha supuesto un insulto al orgullo, a la responsabilidad y a la inteligencia de los garrucheros y a las garrucheras que están viendo como se despilfarran los dineros que están pagando por un 30% más de IBI y por imposibilidad económica se ven en la obligación de limpiar sus aceras además de ir sorteando en las calles todo tipo de objetos.
Ante tan magno despropósito solo podría encontrar Paula Jiménez una reacción por parte de sus compañeros que ha arrastrado al Alcalde, como no podría ser de otra manera. La contestación de la mayoría de concejales del PP se la ha buscado solito el Alcalde, por haberse alineado con la concejala de Cultura y por desconocer que estaba cometiendo un presunto delito al facturar a la empresa de la que era Administrador Único; es la petición de dimisión la respuesta a ambas.
En cuanto a que se irá con honra, me limito a transcribir como define honra Doña María Moliner en su Diccionario de Uso del Español: “Con referencia a cierta persona, circunstancia de ser intachable por su conducta, por no haber cometido actos delictivos, inmorales, o, en general, que merecen el desprecio de la gente”. Sin comentarios.