La Junta General de Socios de la Asociación de Periodistas – Asociación de la Prensa de Almería (AP – APAL) pide solidaridad y valentía para afrontar la difícil situación por la que atraviesa el sector de los medios de comunicación y la profesión periodística en particular.
En un comunicado a la opinión pública aprobado por unanimidad en el día de hoy, se dice: "Miles de empleos de periodistas se han perdido, están amenazados o corren grave riesgo; las condiciones de trabajo se deterioran a ritmo acelerado y nadie en este momento puede decir que no le afecte la grave crisis del sector. Almería no es ajena a este panorama como ha quedado demostrado en los últimos meses, donde han ido al desempleo más de 50 periodistas. Padecemos la mayor tasa de paro en la profesión de los últimos años".
El texto del comunicado aprobado por unanimidad en la junta general de socios dice lo siguiente:
La Junta General de Socios de la Asociación de Periodistas Asociación de la Prensa de Almería (AP-APAL) pide solidaridad y valentía para afrontar la difícil situación por la que atraviesa el sector de los medios de comunicación y la profesión periodística en particular. Miles de empleos de periodistas se han perdido, están amenazados o corren grave riesgo; las condiciones de trabajo se deterioran a ritmo acelerado y nadie en este momento puede decir que no le afecte la grave crisis del sector. Almería no es ajena a este panorama como ha quedado demostrado en los últimos meses, donde han ido al desempleo más de 50 periodistas. Padecemos la mayor tasa de paro en la profesión de los últimos años.
Una crisis tan profunda que está recortando los ingresos y los beneficios de los editores, uniendo otras dificultades que se arrastran en torno al modelo para ejercer la profesión y a la calidad del producto comunicativo. Existen agravios que empeoran este panorama, pues en muchas empresas hay quienes cobran sueldos suculentos, mientras otros están muy mal pagados y en precario.
Hace algo más de un año, nos echamos a la calle en Almería, por primera vez en la historia, para denunciar la precariedad laboral que padecemos. A pesar de ello, a pesar de las inspecciones de trabajo que se han realizado en emisoras de radio y de televisión y en periódicos, y que hemos promovido desde la Federación Andaluza de Asociaciones de Periodistas (FAAP), la situación no ha mejorado. Ha empeorado, y mucho. Hemos pasado de los sueldos miserables, de las a veces surrealistas condiciones laborales, a los despidos. Se han cerrado tres periódicos y, curiosamente, detrás se encontraban los mismos empresarios. Que no tenían demasiada vocación, por lo que parece, por el servicio público y en libertad que es el periodismo, y sí oscuros intereses más o menos económicos.
Otros medios almerienses, algunos municipales, han recortado sus plantillas, han reducido sueldos y prestaciones económicas a sus empleados y colaboradores, han doblado el trabajo de los que más padecen la precariedad, o, inclusive, amenazan la estabilidad ganada a pulso por muchos. Las consecuencias de la crisis son evidentes.
La crisis, dirán algunos, que salpica a los medios y les quita publicidad y clientes, lectores y audiencia. Pero también es cierto que algunos están aprovechando las dificultades como excusa para reducir costes, contratando por todavía menos dinero a periodistas o, sustituyendo a los trabajadores por becarios o, lo que es todavía más grave, cargando de trabajo a los pocos que van quedando en las plantillas.
Y los que salen perdiendo no sólo son los periodistas, los que nos quedamos en la calle, también la sociedad. Cuando se cierra un medio de comunicación, se rompe un cristal del prisma frágil en que está sostenida cualquier sociedad democrática.
Por eso, pedimos a los empresarios de los medios que se aprieten el cinturón, si es que les hace falta, por otras trabillas, no siempre por la de los periodistas. Porque cuando se despide a un periodista, cuando se le contrata por mil euros, el resultado es también mileurista: menos calidad, más empobrecimiento del mensaje, más manipulación. Y más oyentes, más telespectadores, más lectores, huyendo.
A las administraciones y poderes públicos les exigimos apoyo y ayuda para evitar mas deterioro laboral y profesional; pero a la vez mano dura con las empresas periodísticas que incumplen la legislación laboral o se aprovechan de la actual situación de crisis.
Y a los periodistas, reflexión y valentía, solidaridad y unidad. Reflexión para que analicemos en qué nos estamos equivocando; por qué son cada vez menos los que compran un periódico o los que se creen las noticias de la tele y la radio. Por qué hemos perdido el prestigio y la confianza de la ciudadanía. Y valentía para recuperarlos y, a la vez, afrontar las injusticias desde la solidaridad.
La AP-APAL, como ha hecho a lo largo de los últimos meses con más de veinte comunicados emitidos, seguirá luchando y defendiendo con todas sus fuerzas la dignidad del trabajo del periodista.
Y hoy, nos unimos a la manifestación que se está celebrando en Madrid en defensa de la dignidad del trabajo de los periodistas, convocada por la Asociación de la Prensa de Madrid.