En unas semanas de vértigo en España se produce en Garrucha el sobreseimiento de un caso que fue presentado políticamente de presunta corrupción que me provoca el recuerdo de otros en el mismo cargo de este pueblo del Levante Almeriense.
Mi pasión por el Levante Almeriense no es nueva, tan es así que se utilizó como arma arrojadiza contra mí para orgullo y satisfacción personal, y tan es siempre que se me presenta la ocasión alardeo de la zona donde pienso poner fin a mi ciclo vital tras acabar el laboral. Pues bien, hago esta reseña personal para comentar que al ir por Garrucha me encontré durante el mandato de Andrés Segura algunos pasquines que me produjeron sincero estupor, sobre todo por ser una persona conocida desde mi juventud y con la que por razones profesionales tuve un cierto trato.
Me comentaba hace dos meses Andrés que acababa de salir inmune de la 18ª causa judicial que le había provocado su cargo público como Alcalde, y yo que he pasado también por ese trance me llamaba la atención su reacción por la serenidad que proyectaba y la forma en que lo asimilaba, sinceramente porque parece que los que nos dedicamos a la cosa pública parece que imprime carácter. Todo pasa, pero no menos cierto es siempre queda un cierto poso, aunque también es verdad que la memoria suele ser frágil en ambos casos.
Pues bien, pronto haré pública mi opinión sobre como se afrontan en Garrucha las Elecciones Municipales, sobre las que tanto a Andrés Segura si se presenta como a Juan Francisco Fernández si repite les afectará determinantemente la situación procesal que han vivido porque ambas Alcaldías se han judicializado, sin olvidarme de Adolfo Pérez que hubo de conocer también estos sinsabores aunque creo recordar tenían otros motivos. A la sorna con que se tomaba la declaración de Juan Francisco Fernández ante la Juez de Vera se le podría aplicar perfectamente el viejo dicho de nuestro rico refranero ‘quien ríe último, ríe dos veces’ con la consiguiente infravaloración intelectual que se le aplicaba.
La mofa con que ha estado condimentado este caso se ha tornado en un brillante final como si la carga social hubiera incidido en estos asuntos que al acabar no se acierta muy bien a pensar si han sido políticos y utiliza la Justicia para desgastar al adversario. Juan Francisco ha estado sometido durante este tiempo a una presión adicional que a buen seguro no le habrá sido ajena, como tampoco supongo que le fue a Andrés Segura. Parece como si la Alcaldía de Garrucha tuviese el plus de verse ante la Justicia, porque los tres Alcaldes democráticos se han tenido que cometer al buen criterio de ella.
Desde la perspectiva personal supone una reflexión que pasa por un replanteamiento de la acción política, ahora achacable al PSOE en Garrucha pero con anterioridad también al PP en esta misma localidad, donde los dos últimos Alcaldes han pasado por un calvario no deseable para nadie, pero también se hace necesario el recurso a la Justicia como amparo y en este caso está sumamente justificado.
Lo legal, en mi opinión, no implica que sea ético políticamente, y por supuesto que desde el punto de vista de la ética hay comportamientos que merecen la descalificación política por muy legales que sean. No obstante debo señalar que si bien la actividad política no debe judicializarse, y mucho menos la administrativa en los municipios, debe el PP ser coherente y pensar que lo que ahora le piden al PSOE no fue exactamente lo que hizo estando en la oposición con Andrés Segura, quien, por cierto, siete años después todavía tiene pendiente una causa judicial provocada en el ejercicio de su cargo como es la UE-6 y hasta hace dos meses le han hecho dieciocho fotos entrando en el Juzgado. Dicho de este modo se podría pensar que la demanda ahora archivada podría ser un ajuste de cuentas, pero nadie en Garrucha ni en el Levante Almeriense puede pensar eso porque Andrés Segura ya no es afiliado al PSOE y no creo que a nadie del PP se le haya ocurrido pensar que Mari Toñi lo hiciera para compensar a Andrés.
El PP de Garrucha no debería pedirle al PSOE que renuncie a la acción judicial sino que debería alegrarse por haber derrumbado el icono socialista de estos siete años, y bien contento debería el Equipo de Gobierno por tener una Oposición tan trabajadora como para tener serias dudas de que las próximas Elecciones Municipales las gane si se presenta Cristóbal Valera compitiendo con María López y figurara Andrés Segura como árbitro. Espero que tras esta opinión pueda ser considerado menos socialista en Garrucha como tan poco popular en Roquetas desde que no escribo, pero lo que no ansío es pasar al olvido sino muy al contrario seguir conservando la simpatía que se me dispensa en algunos lares.