La indignación no se ha hecho esperar sino que ha aflorado en cuanto los trabajadores que se disponían a acudir a sus centros de trabajo se disponían a ducharse y a afeitarse en el caso de los varones, y se han encontrado con que no salía agua de los grifos, lo que ha motivado por reflejo salir a la calle para constatar el estado de la llave de paso de la vivienda. La razón, según se ha podido conocer, se debe a la necesidad de conectar el servicio de agua a un edificio en construcción, el conocido popularmente por El Toblerone.
Han sido muchísimos los trabajadores residentes en Ciudad Jardín, 500 Viviendas y El Zapillo que no han podido asearse, ni siquiera preparar agua para poder asearse, siendo los más afectados los propietarios de bares, restaurantes y cafeterías, quienes en un día de temporada alta se verán sin agua durante toda la mañana y parte de la tarde.
Y todo ello sin previo aviso, circunstancia que ha aumentado la indignación. Resulta inverosímil que en un país supuestamente desarrollado y en el que una provincia costera, en plena temporada alta para mayor grado de afección, no se pongan carteles en las calles anunciando el corte del líquido elemento en fecha tan señalada.