Los desastres naturales como inundaciones, tormentas tropicales y largos periodos de sequía están aumentando, lo cual trae consecuencias devastadoras para la gente de bajos recursos que vive en países en vías de desarrollo.
Las sequías son la causa más común de escasez de alimentos en el mundo. En 2011, una sequía recurrente causó grandes pérdidas en el sector agropecuario en Etiopía, Somalia y Kenia. En 2012 hubo una situación similar en la región del Sahel en el África occidental.
En muchos países, el cambio climático ya está causando condiciones adversas. Cada vez más tierras fértiles sufren de erosión, salinización y desertificación. La deforestación a manos de los humanos causa una erosión acelerada lo cual dificulta la cosecha de alimentos
Guerras y desplazamientos
Alrededor del mundo, los conflictos armados interrumpen de manera constante la cosecha y producción de alimentos. Este tipo de conflictos también fuerza a millones de personas a huir de sus hogares, dando como resultado severas crisis en la seguridad alimentaria de las personas que, una vez que se desplazan, se encuentran sin los medios para poder mantenerse a sí mismas. El conflicto en Siria es un perfecto ejemplo.
En la guerra, a veces los alimentos se convierten en armas. Los combatientes obligan a sus adversarios a rendirse por medio del hambre, tomando los alimentos y el ganado y destruyendo sistemáticamente los mercados locales. Los campos, usualmente, minados y los pozos de agua contaminados, obligan a los agricultores a abandonar sus tierras.
El conflicto creciente en Somalia y la República Democrática del Congo ha contribuido significativamente al alto nivel de hambre en esos dos países. En comparación, el hambre se está reduciendo en las partes más pacíficas del continente africano como Ghana y Ruanda.
Mercados inestables
En años recientes, el precio de los alimentos ha sufrido una gran inestabilidad. Los precios suben y bajan como una montaña rusa, lo cual dificulta el acceso consistente a alimentos nutritivos para la gente de bajos recursos. Éstos necesitan acceso adecuado a alimentos todo el año y estas alzas en los precios ponen los alimentos fuera de su alcance, trayendo consecuencias permanentes a niños pequeños. Cuando los precios suben, los consumidores tienden a cambiar a alimentos más baratos y menos nutritivos, dando como resultado deficiencias de micronutrientes y otras formas de desnutrición.
Desperdicio de alimentos
Un tercio de todos los alimentos producidos (1.3 mil millones de toneladas) nunca es consumido. Este desperdicio de alimentos representa una oportunidad perdida en la lucha por mejorar la seguridad alimentaria global, en un mundo donde una de cada ocho personas sufre de hambre.
Producir estos alimentos también utiliza preciados recursos naturales necesarios para alimentar al planeta. Cada año, los alimentos que son producidos, pero que no son consumidos aglutinan un volumen de agua equivalente al flujo de agua del rio Volga, en Rusia. Producir estos alimentos también libera un aproximado de 3.3 mil millones de toneladas de gases de invernadero.