{mosimage}Para tener una idea clara del asunto vamos a imaginar que se quema nuestra casa y los señores que han de sofocar el incendio y salvar nuestros bienes, vienen cansados, estresados, mal equipados y hasta con problemas de ansiedad al tener que tomar decisiones en décimas de segundo sobre la seguridad de nuestros bienes e incluso sobre su propia seguridad, fuerte ¿no?.
Ahora imaginemos que no son sólo nuestros bienes lo que está en peligro, si no que estamos atrapados por el fuego en un quinto piso, o en nuestro coche en el fondo de un barranco, y quienes han de rescatarnos están en las condiciones que he descrito. ¡Fuerte! ¿No?
Yo estoy convencido de que estas son cosas que importan a las gentes que vivimos en Almería, así que nadie me puede convencer de que se preocupa por mí, ni por lo que me importa, cuando se aumenta el dinero que tiene para representación y protocolo a costa de mi seguridad. ¡FUERTE!.
Fuerte lo de la seguridad
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